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miércoles, 10 de abril de 2013

DURMIENDO CON EL ENEMIGO

¿Le puedo decir hijo de puta o eso es hacerle el juego a la derecha?
¿Cómo carajo va a uno a confiar en un Ministro de Trabajo que declara que a los tercerizados hay que "hacerles la cabeza"? ¿Con qué autoridad moral?
¿Seguimos con la tónica de cazar zurditos?
El asesinato de Mariano Ferreyra a manos de la patota ferroviaria es un espanto, y Tomada conspirando con Pedraza es otro espanto mayor.
La tercerización, una fuente de continua precariedad y arbitrariedad, defendida por el tipo que debería combatirla o al menos, regularla, es otro espanto.
Tengo una potente y persistente sensación de desamparo: como laburante y como el zurdito proverbial que los sindicalistas ortodoxos y violentos de este país quieren matar para convertirse en héroes.
Puta que lo parió.

viernes, 25 de febrero de 2011

SI EL PRESENTE, EL PRESENTE Y NADA MÁS

En Clarín, presente y pasado son lo mismo. Al menos a la hora de redactar titulares.
Te dije que vengas.
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martes, 22 de febrero de 2011

WORKING CLASS HERO

Nadie está más lejos de un laburante que los "Gordos" de la CGT. Y la distancia crece si hablamos de José Pedraza, entre cuyas hazañas se cuenta tener intereses en las empresa tercerizada que hace la limpieza y mantenimiento de las vías (motivo por el cuál el asesinato de Mariano Ferreyra cobra una entidad diferente). Por esa conciencia social, en homenaje al combativo perfil que mostró Pedraza durante el menemato, por su egregia figura de la clase trabajadora, hay paro de trenes. Para que liberen a semejante luchador. Un lindor.
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miércoles, 27 de octubre de 2010

Mariano

“No conozco a nadie y todos hablan de mí”
Fantasy, Charly García

Cuando salió para la estación, Mariano Ferreyra pensó que no la iban a tener fácil. Sabía que los de la verde habían estado pegando panfletos contra las movilizaciones de los tercerizados, sabía que cortar las vías del tren iba a implicar un esfuerzo militante importante y que, posiblemente, todo terminaría en una rosca contra la burocracia sindical, esa entelequia siempre tan encarnizada, tan palpable en todos los conflictos en los que venía participando con los trabajadores precarizados del Roca. Pensó en sus amigos, en sus compañeros de militancia de la FUBA, imaginó las conversaciones posteriores, los balances, los planes de lucha. No tenía grandes esperanzas de que sus reivindicaciones fueran reconocidas y satisfechas. Se conformaba, en realidad, con poner en agenda la cuestión, movilizar con los trabajadores, construir unidad y dar algún paso hacia delante. Tuvo hambre y se imaginó que a la tarde podrían ir a comer algo con los compañeros. No pensó en Pedraza ni en Boudou. Se sintió orgulloso de sí mismo, del modo que uno siente que está viviendo la historia de su gente, que está aportando a construir el mundo que desea, aunque no sepa si lo va a ver concretado algún día. Ese razonamiento estúpido que suele acompañar a las utopías, a los deseos más profundos, los más lindos. Esa manía de creer que hacer algo vale la pena, aunque no estemos para vivirlo, disfrutarlo y padecerlo. Un sentimiento vago. A los 23 años, la muerte no resulta familiar. A los 23 años, dar la vida por algo, se parece demasiado a una utopía.
Mariano Ferreyra  se convirtió en un nombre significante para millones de personas el 20 de octubre de 2010, cuando su cuerpo agonizante apareció en las pantallas de televisión, en todos los diarios. Mariano Ferreyra es ese pibe de barbita que sonríe a medias a la cámara, de refilón. Es también el que yace con los ojos desorbitados, el que se muere delante de todo un país atónito ante una muerte impronunciable. Desde entonces, las palabras sobre su asesinato se suceden, se confunden. Se pronuncia su muerte. Y sin embargo, queda tanto sin decir. Sobran las acusaciones cruzadas entre el oficialismo, sus compañeros de militancia en el trotskismo, los medios masivos y los representantes la derecha argentina más recalcitrante. La pertenencia política (o no) de la Unión Ferroviaria a la CGT moyanista deviene el centro de la cuestión, si el responsable político de la muerte es Kirchner o Duhalde. Me resulta por lo menos incómodo ver a una periodista que todavía me parece respetable como Sandra Russo haciendo una defensa a ultranza del sindicalismo de la CGT, haciendo el juego al planteo que supone una relación estrecha entre el asesinato de Mariano y el proyecto de participación en las ganancias de Recalde. No, Sandra. El tiro no fue dirigido hacia el gobierno, sino a los trabajadores precarizados, que peleaban por la reincorporación y el pase a planta. El tiro fue hacia todos los trabajadores que desafían a la burocracia sindical. El destinatario del tiro no fue Piumato ni Moyano ni Andrés Rodríguez. Fue Mariano Ferreyra, el pibe de barbita que sonríe a medias a la cámara, de refilón.
¿Interesa si Pedraza forma parte del sindicalismo más afín al gobierno? Sí, interesa. Digamos que sirve, pero no alcanza. Porque, aún siendo negativa la respuesta, los métodos del sindicalismo cegetista, no difieren demasiado. Supongo, para mis adentros, que el brazo izquierdo del kirchnerismo, los que hoy defienden a Moyano para defender al gobierno, quisieran otra alianza política, otro bloque histórico, pero es lo que hay. La realpolitik, la discusión que falta. Lo indecible kirchnerista (como dice Enrique Orozco: “Por eso, de Vandor y Rucci sólo quedan un par de libros. Moyano es el hijo reo de aquellos burócratas. Una bisagra en la historia, una bisagra para el país. Y si. En los ’70, fue de ultraderecha, en los ’90, estuvo con De Gennaro y el Perro en la calle, en la década que se va con Duhalde y, sobre todo, con Kirchner”. -La re-vuelta de Crisis es lo mejor que le pasó a la Argentina, en materia de periodismo, en muchos años-). La lógica de poder que es siempre conocida y nunca dicha. El trauma siempre vuelve (en forma de tragedia, parece).
            Cuando cayó desplomado, Mariano no pensó en lo que vendría. No pensó que eso que estaba viviendo, su propia muerte, serviría para lograr la reincorporación de los compañeros y el pase a planta permanente. Tampoco pensó que serviría para ganar posiciones políticas o dejar en evidencia la composición política del gobierno y sus aliados, ni que constituiría un punto de confluencia para el campo popular, la unidad del espanto. No sé que habrá pensado, pero en eso no pensó.
            La muerte de un compañero no nos sirve para nada.

jueves, 21 de octubre de 2010

EL ROCA Y LA CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

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Viajo a diario en el Roca. Dos veces al día, mañana y tarde. Como muchos otros, como tantos otros.
Debido a esa experiencia cotidiana uno puede percibir el pulso de la línea. Con solo llegar al andén el pasajero habitual se da cuenta si el tren anda normalmente, si tiene retraso, si el problema es más complicado que una simple demora, si los laburantes del tren están de mal humor, si los vendedores ambulantes que recorren los vagones han pispeado algo y comentan las novedades con sus pares en pequeños grupos en las estaciones o con un santo y seña cuando pasan al lado de un colega. En fin, la respiración secreta del tren que el pasajero comprende dado que es parte de su vida cotidiana.
Debido a esa percepción, desde el corte de vías ocurrido hace algún tiempo, el clima en el Roca estaba enrarecido. El día anterior y posterior al corte que tuvo lugar el 21 de julio en Avellaneda, pesados de la Fraternidad  y la UTA recorrían las formaciones, pensando que lo hacían disimulando su condición de tales. En grupos de dos o tres, tipos de una envergadura apreciable que claramente estaban semblanteando el pasaje. Al llegar a algunas estaciones intercambiaban saludos con ferroviarios a los que claramente conocían. 
Al llegar a Constitución los personajes descriptos se perdían en la maraña de oficinas que tienen su asiento en la terminal.
¿Cómo es que estoy tan seguro sobre mis apreciaciones preguntará Ud.? Amigo, acá tendrá que confiar en el instinto de uno como yo que tiene encima varias décadas de calle, manifestaciones, protestas varias, actos, congresos, reuniones multitudinarias y marchas. Un veterano del asunto que puede reconocer a un pesado de algun sindicato o formación cuando lo ve, a un servicio o un cobani de civil metido entre medio de los manifestantes. En la calle se aprenden esas cosas.
Luego, en los vagones del Roca, aparecieron unos carteles impresos que decían lo siguiente:
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"Sres. Usuarios del Ferrocarril Roca:
LOS TRABAJADORES FERROVIARIOS NO CORTAMOS LAS VIAS
Por lo tanto no somos culpables de los inconvenientes que estas actitudes de gente ajena al ferrocarril le ocasionan a los pasajeros, tampoco están en conflicto los trabajadores de las empresas que prestan servicios complementarios.
Los cortes son realizados por militantes políticos que no sabemos qué objetivos busca, lo que sí sabemos es que esta es la única forma que encuentran para impedir el funcionamiento de los trenes y causar inconvenientes a los pasajeros y con eso conseguir presencia en los medios de comunicación y tambien nos perjudican a nosotros que somos usuarios del servicio y la cara visible de la empresa todos los días del año.
¡NO SE ENOJE CON NOSOTROS, ENOJESE CON ELLOS, CON LOS JUECES, CON LA POLICIA!
Los verdaderos ferroviarios del Roca"
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Pensando en la condición de los tercerizados de muchas empresas, me pareció que semejante panfleto mostraba una falta de solidaridad espantosa con los laburantes. No soy quién para decidir qué trabajador es ferroviario o no. Pero este mensaje era básicamente cretino, casi una traición a la clase obrera.
Motivado por el cartel, busqué alguna información más y me econtré con ésta nota. Es una entrevista a Juan Carlos Fernández, del gremio ferroviario, de donde extraigo los siguientes párrafos:
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"No, este último conflicto vino desde afuera del ferrocarril, no veo cual es el origen y quien lo impulso, pero hay que mirar mas allá, y se ven las banderas que flameaban cuando el corte de vía, y se notaba que no eran ferroviarios, incluso no había ferroviario de las empresas tercerizadas, esto salió de un plenario que se hizo en el congreso nacional, del grupo de -proyecto sur-, que resolvieron que había que venir al Roca, por que decían, que había trabajadores en negro…y es una mentira, en realidad, en el ferrocarril Roca no pasa esto que ellos afirman, las empresas tercerizadas están controladas, tienen para hacer trabajo que no hacemos nosotros los ferroviarios, incluso, la Unión Ferroviaria le discute el salario, no tienen problema de salario mas  bajo como se dice, ni tampoco lo despiden por que si…es todo una patraña…"
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Ayer a la mañana, cuando tomé el tren, pude advertir a los personajes de la vez anterior. No los mismos, pero sí de similar traza. De nuevo el clima estaba enrarecido. Vi también que había más policías de lo normal y cierta agitación, cierto clima extraño que rondaba las estaciones, los vagones, en fin, algo malo se respiraba en el aire.
Luego, a la tarde, asesinaron a Mariano Ferreyra e hirieron a varias personas más. Cuando me enteré estaba en el trabajo. 
Nunca tuve vocación de Horangel, pero a ésto lo vi venir. Se veía venir.
Luego el amigo Unfor me proporcionó alguna pista acerca de los motivos de éste asunto, cuando me pasó éste link.
La nota da cuenta del acercamiento entre Duhalde y algunos "gordos" de la CGT, entre ellos José Pedraza de la Unión Ferroviaria. Yo no puedo saber a ciencia cierta quién es el responsable político de este asesinato, pero algunas sospechas tengo, si vos me preguntás. Y a esta altuna de mi vida ya no creo en las coincidencias.
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"En nuestro grupo no hubo ninguna arma de fuego. No tenemos patotas, ni barra bravas. Somos todos trabajadores", respondió esta tarde Díaz, de la Unión Ferroviaria, ante las acusaciones por la muerte de un militante del Polo Obrero durante un enfrentamiento gremial.Es más, Díaz indicó que quienes sí estaban armados eran los trabajadores tercerizados que intentaban cortar las vías. Por lo que escuchamos quienes estaban adelante, los que dispararon con armas de fuego fueron ellos", argumentó. El gremialista admitió que trabajadores de la Unión Ferroviaria participaron de un enfrentamiento en la zona de Barracas y advirtió, desafiante: "Mientras estemos nosotros, no vamos a permitir ningún corte en la vía".
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Los diarios insisten con el enfrentamiento entre sindicatos. Pero poco a poco comienza a aparecer la teoría de una emboscada. En cualquier caso los hechos no fueron casuales. Por la forma en que se desarrollaron y además por aquello del clima enrarecido del que hablé al principio. 
Había un mal augurio esta mañana y se confirmó.
Sin duda hay responsables políticos de esta matanza. 
El olor a operación política y zona liberada que se desprende de todo ésto es nauseabundo.
Repito, yo tengo mis sospechas. Calculo que Uds. también tienen las suyas.
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(la foto de Mariano Ferreyra fue tomada de éste sitio)