martes, 7 de noviembre de 2017

GABINETE OFFSHORE

No entiendo porqué no establecen la sede del gobierno en Islas Caimán o Panamá, o Delaware. Para que los funcionarios estén más cerca de sus negocios. Sinceramiento le llaman ellos.
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Caputo, Aranguren en los Paradise Papers
Bullrich, Macri entre otros en los Panamá Papers
Vamos muchachos, ahorremos en infraestructura
Total, bajamos la Casa Rosada y se puede hacer una torre hermosa
Frente al río, 200 pisos...
Negoción

2 comentarios:

Palquienque dijo...

Lo qui pasa es que Juanjo es un anarcocapitalistalibertarian joder!

RT dijo...

bueno, a ver; no es que tengo experiencia, imagino: No se puede chorear un banco, un quiosco o un país, sin estar dentro. Sea eso, (estar dentro) conseguido de manera legal, (democracia) o ilegal, (dictadura).

Una vez dentro, para chorear, se puede ser PRO-Lijo o improlijo. Ser PRO-Lijo es ser una "derecha moderna" acompañada de una "izquierda moderna", en medio de consensos habilitantes, aunque no muy democráticos ni republicanos. Con el mismo nombre, como un Papa y como principio canónico, lo dijo Pablo: “el principio de inocencia no es absoluto”. Los que votaron el desafuero de De Vido, votaron el fin del principio de inocencia, en tanto no se demuestra la contrario. Y eso para imponer un plan económico atado a la división internacional del trabajo con el que "en veinte años con este proyecto tendremos pobreza cero".

Los PRO-Lijos lo hacen bajo el paraguas de un marco(s), en tanto peña judicial acontece, funcionando con la precisión y duración que tiene un electrodoméstico braun, conocida marca con años en el mercado local. O sea, si los integrantes de cambiemos se parece a una licuadora no es casualidad: Vienen licuando sus pasivos desde hace años.

Así, una vez obtenido el botín, no es muy inteligente guardarlo en "casa" (cualquier ladrón lo sabe), si cae la yuta está la prueba del delito. Pensando (ellos) en su familia, (su descendencia), no encuentran cómodo guardar el botín en el Banco Nación, por ejemplo. Digamos que si hacen saltar la guita a Panamá, de ahí a Caimán y luego a Mauricio (las islas), la guita se convierte en un número en una pantalla de PC, de la cual no se sabe muy bien de quién es, pero está lista para nuevos negocios, entonces se la pueden prestar al mismo que se la chorean y dejan de mano de la ruina, mediando pingüe interés, claro. Y todo eso cabalgando el mismo cavallo.


PD: No dé ideas, mire que un café de feo sabor puede justificar un edificio de 200 pisos sin el cafetero.