viernes, 29 de julio de 2016

DESMONTANDO LA MÁSCARA DE LA DAIA Y DE LA AMIA

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La reacción (de manual) de la DAIA o de la AMIA ante cualquier crítica es: son antisemitas, tienen judeofobia, nos quieren exterminar como los nazis, etc. Bueno, no ha lugar. Esa chicana quizás funcione con tipos desprevenidos que encima tienen en el fondo la tendencia al pogrom pero lo disimulan detrás de una sonrisa bien educada.
Como el que suscribe se encuentra en las antípodas de esa postura, y además no es antisemita, ni judeofóbico ni cosa por el estilo y tampoco recurre al argumento eichmaniano de "tengo un amigo judío" para disculparse por las críticas, me voy a permitir, ohhhh Tutatis, esgrimir un par de argumentos en torno a la victimización permanente de la DAIA y de la AMIA para evitar cualquier cuestionamiento.
Es necesario aclarar que la DAIA y la AMIA más allá de ser instituciones judías son instituciones. Y las instituciones proceden del orden político. No es que dios puso el dedo en la calle Pasteur y dijo: "-che, acá levanten una mutual para el pueblo judío". Fueron los sujetos de la comunidad judía los que fundaron las dos instituciones, AMIA y DAIA. Como instituciones asumen una posición que es siempre de orden político (a veces partidario, a veces no, pero siempre político). Y como instituciones de orden político pueden ser analizadas y criticadas. Su carácter confesional no es un obstáculo. Porque de lo que hablamos es de analizar decisiones que impactan en la vida de la sociedad en las que ambas instituciones se insertan. Así como podemos (y de hecho lo hacemos) analizar y criticar al Opus Dei, también una institución religiosa de alcance comunitario de otra confesión puede y debe ser analizada porque influye en la sociedad. La confesión a la que responde no la exime de esa mirada crítica.
La DAIA y la AMIA se amparan en el genocidio que sufrió el pueblo judío (no solo a manos de los alemanes del tercer reich, la cosa había comenzado antes, digo ésto porque a la DAIA y a la AMIA a veces les falla la memoria y prefieren focalizarse en un período de la historia que no las comprometa en el futuro). El genocidio, como todos los genocidios, fue un espantoso crimen de lesa humanidad. No hay discusión sobre ese punto. Y a nadie que tenga un gramo de humanidad lo puede dejar indiferente. 
O sea, nos solidarizamos siempre con el pueblo judío por el Holocausto.
Pero eso no implica una absolución ad infinitum de las instituciones del pueblo judío que expresan su apoyo irrestricto al gobierno de la Alianza Cambiemos y su política neoliberal.
Tampoco implica que, a caballo de la justa indignación que despierta el genocidio judío, debamos disculpar el genocidio sistemático emprendido por el gobierno de Israel (que no es todo el pueblo de Israel) contra, entre otros, el pueblo palestino.
Mucho menos condonar las acciones del gobierno de Israel, por ejemplo, cuando apoyaba a genocidas en latinoamérica, incluso a la dictadura de Videla, Massera, Agosti y todos sus cómplices civiles. Cabe recordar que mientras Israel le vendía armas a los genocidas del ´76, esos mismos genocidas hacían desaparecer judíos en las mazmorras de la dictadura. Cosa que a la AMIA y a la DAIA les importó e importa un soto.
En resumen: no acepto que para evitar cualquier cuestionamiento la AMIA y la DAIA esgriman la carta del Holocausto. Hemos puesto a las víctimas de ese horror en el lugar que corresponde y haremos lo mismo con la DAIA y la AMIA. La sola condición de instituciones judías no les otorga impunidad ni inmunidad a las críticas que se les hagan por las cagadas que hicieron, hacen y harán.
Y que uno las critique no significa que esté alentando el exterminio de judíos, ni la desaparición del estado de Israel, ni cosa por el estilo. Uno no limita su solidaridad ante el genocidio solo al pueblo judío sino que la extiende a todas las víctimas de genocidios o exterminios planificados: armenios, palestinos, sirios, etc. Y si eso implica criticar al gobierno del estado de Israel, se lo criticará.
Calculo que el punto quedó claro.
Por si las moscas, hay una entidad de reciente creación, que también reune judíos (y varios más que no lo son, por ejemplo, yo) cuyo nombre es "Llamamiento Argentino Judío". Los judíos y los no judíos que parciticipamos en él no compartimos en absoluto las opiniones de la DAIA y de la AMIA. Porque, vaya novedad, hay judíos de derecha y de izquierda (y de otras posiciones políticas, of course) y que la dirigencia judía de la AMIA y de la DAIA esté conformada por halcones de la derecha argentina que actúan bajo la advocación de la embajada de EE.UU. y le arrimen cuadros al PRO no implica que todos los judíos argentinos estén de acuerdo.
Doy fe.

6 comentarios:

Palquienque dijo...

"En esto las autoridades sionistas estuvieron muy a la derecha de la administración de James Carter, el presidente estadounidense vetó la venta de armas a Videla de acuerdo a leyes inspiradas por el senador E. Kennedy. En Argentina los avalistas de la dictadura denigraban a Carter y firmaban solicitadas diciendo que eran “derechos y humanos”, incluyendo muchos docentes universitarios (caso de la Universidad Nacional de Córdoba). Fue tal el enojo de los militares argentinos con Washington, por este asunto, que algunos enajenados mentales calificaron a la dictadura de “PRORUSA”."

Mamita, que salsa...

Diego dijo...

Me parece que hay una inexactitud al poner el tema dentro del confesionalismo. Dentro de la comunidad judía hay también católicos de ascendencia judía y ateos judíos.

Las acciones de AMIA o DAIA van más allá de lo que es confesional y prácticamente este aspecto no influye en los posicionamientos políticos de las entidades (me parece).

Saludos y gran blog.

ram dijo...

Las "razones" para producir el Holocausto nunca fueron "confesionales" por lo religioso, los judíos (para los nazis) eran como animales (parásitos) o (cuando estaban "generosos") sub-humanos, raza inferior (aún los alemanes nativos). Igual que los gitanos, los discapacitados o los eslavos, ya que estaban. ¿Confesionalismo?. Nunca.
Y es una picardía no muy entendible, argumentar "confesionalismo" cuando no se critica ni la religión ni la condición de nadie y sí se pone el eje en la manipulación entre grosera y delictual de una tragedia que antes que "confesional" es criminal y antes que de judíos es de argentinos (porque si vamos a hablar de nacionalidad, la "judía" no existe, porque israelí es extranjero - no sinónimo de judío, aunque algunos se hagan los distraídos - y la mayoría de los muertos y familiares son argentinos, de religión judía, claro).
Que una institución, social, gremial o confesional, la que sea, con el chamuyo de una monstruosidad ocurrida hace 70 años en Europa venga a "traducir" una tragedia acontecida acá, con víctimas mías (que no soy judío de religión pero sí argentino), de acuerdo a libretos de dos potencias expertas en asesinatos y a las que las víctimas le importan según les sirvan. Si la AMIA volaba ahora, podría ser ISIS, o Rusia o los norcoreanos que Irán no los preocupa tanto en 2016.... y a éstos hay que creerles?. Yo, paso...
También, hace una generación que ese crimen asqueroso está impune, y seguirá impune así logren condenar "en ausencia" algún iraní porque nunca les interesó la verdad de lo sucedido, les interesó aprovechar el atentado y elegir el "mejor" culpable, a su gusto. El gusto del antisemita típico del siglo 21, los masacradores de palestinos (semitas dendeveras), vamos...
En fin, Dormi, usté tiene un amigo judío y a mí se me dió por tener una novia judía, debemos ser del Hezbolá, debemos ser...

Moscón dijo...

Está penado por Ley aquí y en todos los países "Occidentales" negar el holocausto, así que el principio de victimización no es de soporte empírico si no legal, todo aquel que se atreva a poner en duda el origen de las reacciones políticas y sus tangentes aberrantes hábilmente explotadas por la sinarquía, debe recordar los alcances de dicha Ley.
Es como un regreso al medioevo si es que no seguimos en el; con un comodín intocable, un As en la manga a la vista de todos utilizado sin vergüenza, a veces simulando ser cosas como daia o amia.
¿Es necesario, a esta altura de la life, explicar el tratado "De Como las Fuerzas Fácticas Mutan Y/O Se Aprovechan De Los Conceptos Históricos Colectivos De Dudoso Origen, Su Uso Y Abuso, Y La Oportuna Limpieza De Poderosos Ojetes Con La Misma"?

Moscón dijo...

FdE: Mismo.

GrouchoMarx dijo...

En respuesta lo que plantea Diego, hay una tendencia a considerar al judaísmo como una raza o un pueblo. Y eso es una inexactitud. El judaísmo es una religión. Un ateo no es ni católico, ni musulmán, ni judío. Es ateo.
Hay gran cantidad de personalidades que se convirtieron al judaísmo, de familias cristianas y viceversa. Entonces aceptar la existencia de la “comunidad judía” es una hermosa trampa. Son igual de judíos el afroamericano Sammy Davis Jr., como la anglosajona Elizabeth Taylor o el eslavo Polanski.
El historiador israelí Schlomo Sand ha sido bastante claro (y trasgresor) en el sentido de establecer como” mito” lo del pueblo judío. Hay un imperdible video en Youtube que recomiendo y está subtitulado. Por supuesto, “polémico”.
Pensar que los referentes de la “cole”, argentina o yanqui, son descendientes de una tribu de Medio Oriente que vagó por el desierto 40 años y después fue expulsada de su tierra es un mito, una leyenda, un bolazo. Deberíamos creer que Paul Singer o Héctor Timerman descienden de barbados semitas originarios de lo que hoy es Irak, es decir, parientes muy cercanos de Saddam Hussein. No muchachos, son europeos, tan eslavos como Putin o Juan Pablo II.
Seguramente, gran parte de los antiguos hebreos hoy son los barbudos de Hamás, habitualmente bombardeados por hijos de norteamericanos, rusos, polacos, francés, etc., de religión judío, argumentando dudosos derechos de propiedad.
Y, por si faltaba poco, al amigo Adolfo colaboró en el equívoco, tratando a los judíos de “raza inferior”, como a los gitanos y otros, cuando no eran más que vecinos de su propio barrio, algunos de los cuales cumplieron con unos ritos y otros con otros.
Hecha esta salvedad y, como el lunes, los chicos de la DAIA van a intentar seguir sacando aceite de girasol del ladrillo del caso Nisman, creo que sería prudente, de una buena vez, que los que tenemos la certeza de que no se encubrió el atentado para salvar a perejiles iraníes sino a prominentes hombres de negocios de la cole, como el amigo Beraja, decía, sería prudente saber qué pasa con el juicio por el encubrimiento, porque la prensa, tanto la dominante como la otra poco y nada informan. Y eso es lo que importa. No el invento indigesto y repugnante del encubridor Nisman y su banda de garcas, como Jaime, Pato y Laurita, mas dirigentes del PRO-DAIA, para distraernos de las responsabilidades de la dirigencia de la DAIA de esos años. Ya está bueno que nos sigan tomando por boludos.
Saludos