domingo, 12 de abril de 2015

CARTA ABIERTA AL PERIODISMO INDEPENDIENTE ARGENTINO

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Mis queridos y poco admirados periodistas independientes de mi país:
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Soy un insignificante bloguero argentino subtitulado Dormidano. No soy quién para darle consejos a ninguno de Uds., eminencias sempiternas a quienes considero la expresión más acabada de la degradación de la palabra periodismo. El blog que perpetro casi no es otra cosa que el inventario de vuestros desatinos. No soy periodista pero admiro a los periodistas. O sea, no los admiro. Más que nada porque no defienden a los más pobres y más débiles de la sociedad. Confío es que sean menos sombríos que las palabras que expresan porque tengo la esperanza de que sean mejores de lo que muestran en cada uno de sus mensajes.
Creo que nadie ha hecho tanto para destruir el país en donde vive como uds.: han invertido la ecuación enarbolando la armadura de cruzados para defender al poder económico concentrado, invocando como excusa la independencia periodística. Entiéndanme bien: uds. pueden defender lo que tengan ganas (como yo, como el blog antes citado) pero no pueden argumentar que la defensa corporativa es defensa de la libertad y la independencia. En definitiva, no piensan en los más pobres y los más débiles en tanto el poder económico que defienden perjudica a los pobres y débiles. ¿Me explico?
Yo reconozco que no soy dios (más allá de mi agnosticismo). ¿Uds. hacen lo mismo? Yo admito ser la imperfección caminando ¿uds. hacen lo mismo? Desde mi pedestre humanidad y la inveterada costumbre de meter la pata que cargo en mi espalda me atrevo a expresar mi disidencia para con vuestros puntos de vista. Como dije antes, no busco la verdad, sino el desatino (aunque desenmascarar desatinos quizás permita encontrar la verdad). Y con esos desatinos tengo una lucha diaria y despareja (yo tengo un blog ¿vio? no un diario de circulación masiva).
¿No les parece un desatino hablar en nombre de una supuesta mayoría? ¿No les causa al menos un poco de alergia primaveral? Inventar una leyenda llamada "una gran porción de los argentinos" y atribuirle un estado de ánimo me parece al menos una operación lingüística desafortunada. De lo que deviene que, indicar que esa mítica porción está enojada porque el Papa recibe a Cristina Fernández de Kirchner es más bien un disparate.
Por supuesto que uds. eminencias tienen el derecho a inventar lo que se les ocurra, pero mi obsesión es señalar cada desatino para sumarlo a sus prontuarios. Mäs que nada porque esas fábulas terminan por incluir a sujetos que nada tienen que ver con sus opiniones, que no las comparten ni propalan (por ejemplo al usar la expresión: "los argentinos piensan...etc, etc.") 
Yo no quiero ser hipócrita con Uds. aunque vuestra opinión me importe un soto. Yo vendo levadura, no pan, como decía Unamuno: las palabras que Uds. dicen hace rato que no valen nada. Las han vaciado de contenido, andan por ahí pobrecitas cabeza gacha y ojos tristes, espantadas de su propia suerte. 
Yo pienso (no una "mayoría de compatriotas" en nombre de la cual no respaldaré mis propias opiniones) que uds. han sido autores de abuso deshonesto. Han abusado sin piedad de la palabra "periodismo" (poner por título a una exposición "40 años de periodismo argentino: de Walsh a Lanata" es una muestra de ese abuso). Se la han pasado por el culo, se han limpiado la boca sucia de salsa de pizza con ella. La utilizan para hacer propaganda electoral para los que quieren seguir teniendo el chupetín por el palito (gracias Quino) y nos dicen que hablan en nombre de la libertad de expresión. Uds. representan los intereses de las instituciones más retrógradas de nuestro país. Las más dogmáticas, las más recalcitrantes. Instituciones impermeables a la democracia, que suponen tener asignado por decisión divina el derecho de pernada sobre toda la sociedad. Instituciones conformadas por sujetos y sujetas oscuros y poderosos que operan en la penumbra para perpetuar sus privilegios. Uds. se han puesto a su servicio, inclinándose en una perversa genuflexión. Luego usando el fementido título de periodistas, los defienden a capa y espada, camuflando esa defensa como la lucha por la libertad. No señores. No luchan por la libertad, pelean en nombre de los intereses de esa clase parásita (si si, parásita) que necesita conseguir consenso e imponer sus puntos de vista. Para eso uds. se dejan usar (a cambio, supongo, de alguno que otro plato de lentejas). Díganlo, admítanlo, tan solo éso.
Permítanme que les diga mis nunca admirados periodistas independientes: reclaman manos limpias, uñas cortas y etica para la función pública pero no hacen lo mismo para la actividad privada. Más que nada para la actividad privada de los que pagan vuestros suculentos platos de lentejas. Sobre esas prácticas no piden nada de nada. Bueno si. Comprensión. Porque bueno, ya se sabe.
Uds. hablan de ayudar a los pobres, pero no se los ayuda haciendo un programa que se llama "Esta es mi villa" ni haciendo que los tipos prendan o apaguen la luz. Mucho menos apuntalando los argumentos y prácticas de empresas monopólicas u oligopólicas que fabrican pobres. Uds. dicen defender el consenso y el diálogo pero organizan y promueven marchas que tienen como consigna el odio a todo el que no piense como Uds. (o vuestros patrones, como quieran).
Me gustaría que sepan que "la mayoría de los argentinos según todas las encuestas" es otra petición de principio. Porque no conocemos (nunca la conocemos) la naturaleza de esas encuestas, a quiénes encuestan, en dónde, cómo, cuál es el universo que representan, etc. Y ya se sabe que el dato central de una encuesta no es el resultado sino la forma en que fue elaborada, sus parámetros y el marco teórico que la sustenta (a Uds. que tanto gustan hablar del INDEC).
Y me gustaría que sepan que, hablar en nombre de esa supuesta mayoría de argentinos reporta una doble falacia: dar por sentada la existencia de ese colectivo y arrogarse la representación de sus ideas (no, no es lo mismo el gobierno nacional, dado que fue elegido por una mayoría concreta expresada en votos). 
También quiero decirles que necesitan atención médica especializada o al menos, tomarse una vacaciones de sí mismos. Porque están un poco chalados: ponele, hablarle a la pantalla detrás de la cual suponen que está escuchando Cristina Fernández de Kirchner o escribirle una carta al Papa (supongo que con la intención de que de alguna forma llegue a destino) evidencia una salud mental en entredicho. Emocionarse leyendo una carta que infieren será tenida en cuenta y obtener comentarios de fervoroso apoyo por parte de sus radioescuchas indica que es una patología extendida. Algunos hablan de un brote psicótico, que se yo, yo no soy psiquiátra, psicólogo o psi algo.
No se me ocurriría ni en mil años pedirles disculpas por algo. En estos últimos párrafos me gustaría decirles que hace ya una punta de calendarios los leía con atención y respeto. A Leuco, a Lanata, a Lejtman, a tantos. Y de alguna manera me quedé huérfano. Porque cambiaron. Por lo que fuere que sea, cambiaron. Abandonaron la profesión que desempeñaban y se transformaron en lo que ahora son. Antes eran o simulaban ser periodistas. Ahora solo queda la simulación. Un simulacro que sirve para encubrir la defensa corporativa de un poder concentrado que no quiere aflojar un céntimo. Un poder al que antes al menos decían cuestionar. Me quedé huérfano y eso no está del todo mal.
Lo que más me entristece, lo que más me enerva y subleva es que han renunciado a la rebeldía. A hacer lio. Dicen que lo hacen pero no. Simplemente defienden lo indefendible, lo que sigue siendo indefendible usando como excusa al periodismo independiente.
Para cerrar me voy a aprovechar de Charly, el García. Les dejo esta estrofita y me voy cantando bajito a preparar el mate.
...
No cuentes lo que hay detrás de aquel espejo,
no tendrás poder
ni abogados, ni testigos.
Enciende los candiles que los brujos
piensan en volver
a nublarnos el camino.
Estamos en la tierra de todos, en la vida.
Sobre el pasado y sobre el futuro,
ruinas sobre ruinas,
querida Alicia.
...
Ya no son Alicia señores, ahora apenas arañan el Alice.
...
Que los salude Montoto y reclámenle a él el fuerte abrazo.
...

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja... 10 puntos!!

Anónimo dijo...

Flaco sos un maestro...

José Pepe Parrot dijo...

Anónimo:
Chas gracias.

José Pepe Parrot dijo...

Anónimo II:
Me puse colorado.

Anónimo dijo...

Escuche a Leucowich leyendo su vergonzoso papelucho en Radio Magnetto. Es asqueroso ver como el y la basura del hijo se arrastran sin ningun limite en un esfuerzo de posicionarse ahora que el Escuerzo esta operado. Su sordida codicia los va a perder como perdio a su congenere Judas. Estan creidos que fueron ellos los que hicieron echar a TNenbaum y Zoloto y ahora van por el sitial del Escuerzo. EL papelucho es una de las cumbres de la mentira, la falacia y la opereta antidemocratica por supuesto en coordinacion con los buitres y el PRO, como se hace todo ultimamente. Cantado que la carta la traducen y la publican los medios internacionales afines a la usura.

José Pepe Parrot dijo...

Anónimo:
Apostaría guita a eso último que dice.

Claudio N L dijo...

Excelente, che!!!
Uds. deben ser jóvenes y tener el hígado sano para poder soportar una escucha semejante. A mí no me da, por lo que no se de qué papelucho están hablando, aunque no me está costando nada imaginarme por dónde va el ex guerrillero mediooriental...
Nunca menos.

Daniel dijo...

Espectacular!

Anónimo dijo...

Muy bueno che!

donchango dijo...

Que nadie me toque el Escuerzo, sepan, señores y, sobre todo, el nene y papá, que al quierido Escuerzito lo banca el pueblo ¿eh?

Marta dijo...

Jajajajaja mori
Entre esta carta y la declaración de Duran el ecuatoriano, sobre que el Pro es el unico partido de "izquierda" de la argentina, me siento plena para este finde.
Gracias amigo Dormi

tatincito dijo...

Dormi: ¿Te puedo llamar hermano?

Me emocionaste. Suscribo cada una de tus palabras.

Un fuerte abrazo.