lunes, 3 de septiembre de 2012

INFILTRADOS

El lenguaje que usa Aguer, deplorable hombre de la Iglesia Católica argentina, es francamente peligroso. Dice "La Cámpota intenta infiltrarse...". No interesa lo demás, o sí, pero a modo de anécdota. Me voy a concentrar en esta frase. La palabra "infiltración" y sus derivados, infiltrado, infiltrarse, fue usada con fruición durante la últida dictadura militar. Los grupos de tareas buscaban a los "infiltrados" que con la mayor premura eran delatados por docentes, sacerdotes, funcionarios, dueños de empresas, etc. y los llevaban a esos lugares en donde dejaban de tener nombre, entidad, existencia. Los infiltrados terminaban como desaparecidos.
Las palabras de Aguer, hombre piadoso a todas luces, auguran persecución. Los "infiltrados" son indeseables, gente que hay que combatir dado que poseen intenciones aviesas y equívocas. Un infiltrado es un agente del demonio. Y al demonio hay que extirparlo.
Una belleza. Si me preguntan, alguien tendría que tomar cartas en el asunto porque lo que está diciendo el sacerdote no es sólo un exceso del lenguaje.
Dijo más cosas Aguer, pueden recorrer, si les da el estómago, el artículo aludido.

1 comentarios:

ram dijo...

A esta altura del partido, cada barbaridad que excrete el cura éste, importa menos que una ventosidad, por más reaccionario, dañino y golpista que sea; la hipocresía le chorrea por todos lados y está más quemado que el tridente de lucifer.
No hay que dejarle pasar una, no vaya a ser que lo reemplacen por otro carcamán más inteligente y endemientras que los evangelistas y demases cultos le desarmen la estantería un poquito todos los días.
Si eso es bueno o malo, se verá, pero no deja de ser un soplo de aire fresco el ver a estas santas lacras empantanados y furiosos.
Paciencia, Dormi, ¿se imaginaba hace 10, 20 años que a éstos se les nublaba el paisaje como se les está nublando?, y son negros nubarrones.