miércoles, 4 de abril de 2012

LAS MINORÍAS AGRADECIDAS

Supongamos que damos por cierta la petición de principio ("la mayoría de los paraguayos son católicos"). Así y todo quedan los que no son católicos a los que el viernes santo no les genera mayores inquietudes, y que, si tienen ganas, pueden querer verse un partido de fulbo porque no piensan que eso es pecado u ofensa y cosas por el estilo. Bueno, al obispo en cuestión eso no le interesa, porque supone (mal supone) que la Iglesia Católica es el pulso moral de la sociedad y que ella debe marcar lo que el resto, sea o no católico, debe hacer.
En mi barrio a tipos así les decíamos "totalitarios". Espero que decirlo en vísperas de jueves santo no me convierta en un hereje peor del que soy.
...

4 comentarios:

edu, desde el barrio, dijo...

Bueno Dormi, los tipos comienzan a aggiornarse, se meten en el día a día y Ud. sigue pegando...Más tolerancia caramba!! Lo hace por nuestras almas. Suponga Ud llega arriba y le preguntan "Qué hacía el 7 de abril a la tarde?" y ud. dice "Miraba Olimpia y Guaraní por TV", que cree que le pasará? Eh?

José Pepe Parrot dijo...

Edu:
No hay caso, necesito un exorcismo.

edu, desde el barrio, dijo...

Rezaremos por Ud, creo...

Unknown dijo...

Repito el comentario que les hiciera a los tres bufones muertos hace un rato.
Un día pretendí ingresar a una iglesia a hacer una consulta sobre un trabajo al atardecer, y me cerraron la puerta en la cara.
A la semana, cuando volví a ver a la persona que me encargó el trabajo, me recriminó diciendo "Tan bién vos, venir a la iglesia con esa facha".
La señora se refería a mi barba, el pelo mas allá de los hombros,y las ropas raídas y sucias por el trabajo que realizo.
Molesto le contesté:- Si yo vine por un trabajo y me cerraron la puerta en la cara, si llega a venir ese a pedir comida y alojamiento ¿Que le hacen, lo crucifican?
Y me fuí, dándole la espalda al poster donde un Cristo, con peinado de Pantene, pelo mas claro y ojos mas verdes que los míos, era un símbolo del racismo, la mentira y la doble moral que engalanan la mitología politeísta católica.