jueves, 30 de junio de 2011

OIKONOMIA

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En este pequeño pero emotivo acto venimos a señalar otra obviedad que a fuerza de escamoteo no es tan obvia en nuestros días tan contemporáneos, valga la redondancia, a saber: la Economía es una Ciencia Social.
¡Si!. Una Ciencia Social y no una Ciencia Exacta.
A fuerza de modelos matemáticos y leyes de dudosa contundencia, muchos economistas (no todos, por suerte) han terminado por creer (dicho en términos de fe) que pertenecen al campo de las ciencias exactas. Que sus predicciones tienen la misma fuerza que una ley de la física, la química, etc. Y no es así ni mucho menos.
Las Ciencias Económicas están sujetas a todos los avatares que atañen a las Ciencias Sociales.
Por lo tanto y ante todo, no pueden formular leyes generales de alcance universal, verificables experimentalmente cuyas conclusiones sean aplicables en cualquier lugar, tiempo y espacio.
No señor.
Porque la Economía ¡es una ciencia social! Y las ciencias sociales se las tienen que ver morochas con un objeto de estudio altamente impredecible, en un contexto tramado de relaciones complejas y cambiantes, en el que uno aspira, como cientista social, a la comprensión. Jamás se le ocurriría formular a un científico social que se precie de tal, por ejemplo, una Ley General de la Violencia, dado que las conclusiones a las que arribe estudiando rigurosamente un hecho de violencia no pueden ser extrapoladas para analizar todos los hechos de violencia. A lo sumo quedará un método, un camino que servirá para iniciar nuevos procesos comprensivos. 
Mal puede la Economía (una ciencia social) formular así como así, sin mayores precauciones epistemológicas ¡modelos de comportamiento económico! y encima creer que se verifican en la realidad. Los delirios de Milton Friedman son éso, delirios. Sus "leyes naturales" de la economía fueron aplicadas a punta de fusiles y de FMI en muchos países con las consecuencias que todos conocemos. No funcionan. Y el motivo es obvio: la Economía es una ciencia social y posee los alcances y limitaciones de las mismas.
Quede anotado lo anterior y sea dicho cuando aparezcan los Cavallos de este mundo aderezados con sus reglaqs de cálculo con la pretensión de predecir el comportamiento del universo y planetas ad hoc.

9 comentarios:

Moscón dijo...

Dormidano:
¿Que,la economía no es una religión?
¿Es una ciencia?Que bola que soy,siempre mirando al dios dinero de reojo;sus sacerdotes me producen una gran desconfianza.

Rob K dijo...

Es tan cierto lo que Ud. dice que hasta un Cavallo lo suscribiría.

"Gris, querido amigo, es toda teoría, y verde el árbol áureo de la vida."

"Faust" (Goethe)

iris dijo...

Pero la rama ortodoxa-surrealista de la economía (los clásicos economistas cuya única receta es ajuste) no es ni siquiera una ciencia social, sino más bien una pseudociencia. Son insensibles a la refutación de la realidad. Cuando la realidad no cabe en sus teorías la quieren amoldar a martillazos.

José Pepe Parrot dijo...

Moscón:
Uy, ¿y si es una religión y yo estoy acá blasfemando?

José Pepe Parrot dijo...

Rob:
Quizás.
Aunque luego inventaría de nuevo la convertibilidad y los seguros de cambio.

José Pepe Parrot dijo...

Iris:
Son procustianos.

iris dijo...

Pero unos procustianos muy peculiares: Procusto acostaba sus huéspedes en un lecho y si eran muy bajos los estiraba, en cambio si eran más altos que la longitud del lecho les cortaba el sobrante.Estos economistas cortan inclusive a los petisos...

José Pepe Parrot dijo...

Iris:
Cortan que es su vocación en este mundo.
De cualquier otra cosa, pasan.

ram dijo...

Disculpe, pero lo suyo es puro macaneo, no hay modo de negar que la economía sea una ciencia exacta, lo es; así como no se pudo comprobar que los horóscopos son un cuento ni que las curanderas no curan el empacho y el mal de ojos.
Usted habla así porque no le garpan lo que le garpan a broda o melconian, no se haga el científico o el ingeniero que es envidioso nomás.
Amén.