viernes, 27 de agosto de 2010

ET TU, BRUTE (¿Y tu también, Bruto?)

8 comentarios:

Gaviotas Blindadas dijo...

¿Donde quedó el exelentisimo líder Tupamaro?

José Pepe Parrot dijo...

Gaviotas:
En algún arcón de los recuerdos. Acá no. Seguramente.

HUINCA dijo...

No seas, nabo, Pepe!

José Pepe Parrot dijo...

Huinca:
Hace bastante que viene dando tumbos Don Pepe.
Una desilusión.
Otra diría yo.

Moscón dijo...

Hermanos Uruguayos:A Pepe háganle una colonoscopía profunda,a ver si encuentran esos ideales que movilizaron tanto gasto humano.
Para que todos ustedes no sean solamente un gas producto de la orgía que seduce la comilona a los asquerosos chupasangres y sus secuases panqueques demagogos.

José Pepe Parrot dijo...

Moscón:
Marche un ADN...

ram dijo...

Pero hay algo de ternura en ese detallito de que ahora la izquierda, desde siempre con cara de cuco come niñitos, al final parezcan ositos de peluche y abuelitos bondadosos - mientras la derecha sea cada vez más bruta, más infame y, por suerte, más evidente.
Divino, divino, divino....

José Pepe Parrot dijo...

Ram:
Sería necesario que gran parte de la izquierda leyera o retomara a Daniel Bensaïd. Decía cosas como éstas:
"Efectivamente, ¡la historia se ha debido de dejar varios dientes por el camino! Somos unos vencidos, pero hay derrotas de las que se aprende mucho. Hemos perdido muchas batallas políticas, de diferente naturaleza, especialmente en el 68 y después. Pero sobre todo ha habido una derrota principal a escala planetaria, es la caída del muro de Berlín, aun cuando -en ningún caso- se pueda lamentar el fin del régimen burocrático soviético. Esta derrota es la reintroducción brutal en el mercado mundial de una tercera parte de la fuerza de trabajo planetaria y, por lo tanto, de decenas de millones de trabajadores. Evidentemente se trata de una derrota puesto que significa (durante varias décadas) una presión considerable a la baja sobre las condiciones de resistencias del trabajo.
Nos enfrentamos al reto de una reconstrucción social hecha de pequeñas resistencias y de victorias parciales. También es un reto político en el que tenemos que redefinir un horizonte estratégico que se ha desmoronado. Tenemos incluso que repensar las categorías, porque todas las revolucione de los siglos XIX y XX se inscribieron en un paradigma, en el mismo dispositivo de categorías políticas, que nació en el siglo XVII : ciudadanía, sí, pero social; guerra, pero popular; París Comuna contre Versailles; etc...
Los términos del debate reforma o revolución entre Lenin, Rosa Luxemburgo, Kautsky y otros hoy no dejan de ser interesantes, pero no son suficientes. Esta necesaria reconstrucción teórica debe afrontar el borbotón ideológico del pensamiento post-moderno, que nos relata la "sociedad en añicos" o "líquida" y que mantiene la confusión entre realización de las individualidades y repliegue individualista. Porque también los pensamientos críticos del orden establecido han sufrido 25 años de derrotas frente a las contra-reformas liberales."