La Jeraquía de la Iglesia Católica insiste con la remanida excusa de que hay una campaña en su contra. Parece que trae amplios beneficios modificar el papel de victimario por el de víctima. No tienen un pelo de víctimas todos estos tipos que abusaron y abusan de niños al amparo de las Instituciones Católicas y de la misma jerarquía eclesiástica que se encarga con todo cuidado de ocultar sus propios delitos. No es nuevo este accionar. En absoluto.
Y la Iglesia Católica Argentina sigue la línea de ese razonamiento. Algunas pintadas en uno de sus edificios le sirve para colocarse en el lugar que más le gusta: víctima.
Los mártires de la religión católica están claramente en otra parte. Por ejemplo en las mazmorras de la Dictadura en donde murieron asesinados dando la vida por los últimos orejones del tarro, mientras los obipos argentinos (con algunas raras excepciones) le daban la comunión a los genocidas y además bendecían sus acciones. Eran sus cómplices en definitiva.
Al fin algo bueno hay en esas paredes llenas de podredumbre: la figura de El Eternauta que nos recuerda que el héroe es colectivo.
1 comentarios:
No me parece una buena estrategia las pintadas en los edificios históricos. Me parece desubicado y bastante torpe. Con la gran creatividad que tienen los pibxs, sobre todo lxs de las escuelas de arte (que fueron a la marcha en multitud)se podrían haber dejado testimonios públicos de manera mucho más contundente sin el menoscabo de esos edificios.
Un aporte:
Pintar con caca la catedral. Es barato y ecológico ¿o no? Hubiese expresado la idea general ¿o no?
No tienen xq agradecer, es un aporte generoso de mi parte.
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