El profesor Horacio Potel, creador de los sitios www.jacquesderrida.com.ar, www.heideggeriana.com.ar y www.nietzscheana.com.ar fue procesado por la justicia argentina y se le dictó un embargo de 40.000 $.
¿Cuál es el delito tremendo y pavoroso cometido por el profesor Horacio Potel?
Haber subido a Internet textos de Heidegger y Derrida que eran casi imposibles de conseguir.
La justicia penal consideró que este hecho, subir textos filosóficos a Internet, atentaba contra el orden público.
El proceso comenzó cuando la editorial francesa Les Editions de Minuit presentó una queja a la que se sumó la Cámara Argentina del Libro.
Entre las amenazas proferidas contra Potel se incluyeron intervenir sus teléfonos y allanar su domicilio.
En definitiva, Potel es culpable de difundir filosofía en forma gratuita a través de Internet. Un delito excecrable, tal como certifica la sentencia de la justicia penal.
Sobre esta sentencia Horacio Potel declaró:
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“Si las cosas se guiaran por la razón, se debería revisar esa ley de 1933, que está provocando que se criminalice a las bibliotecas públicas y a sus bibliotecarios. Eso, claro, si se sigue pensando que éstas son instituciones útiles y necesarias, como me enseñaron en la escuela primaria, donde me decían que entre las principales funciones del Estado está la difusión de la cultura, en la convicción ilustrada de que sólo el conocimiento nos hace libres”.
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“Los jueces están para hacer cumplir las leyes, no para cambiarlas, pero deben tener su criterio. En este caso, tal criterio parece ser que he cometido una falta gravísima que los autoriza a perseguirme y castigarme –entrar en el sistema judicial penal ya es de por sí un castigo– como si fuera el peor de los delincuentes, procesándome en tiempo record e imponiéndome un embargo insólito a sabiendas de que no tengo ninguna propiedad, que soy docente y que en mi último recibo de sueldo figura que gano 1350 pesos de bolsillo.”
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“¿Es tan tremendo, tan inmoral para el Estado argentino la existencia de bibliotecas públicas, bibliotecas adaptadas a las nuevas tecnologías que decuplican el poder de difusión (...)? Este es un problema político que excede el marco legal y necesita de definiciones políticas. Necesitamos saber si esta criminalización de las bibliotecas es una política de Estado o solamente la interpretación del juez Pablo Raúl Ormaechea, subrogante del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº 37”
Haber subido a Internet textos de Heidegger y Derrida que eran casi imposibles de conseguir.
La justicia penal consideró que este hecho, subir textos filosóficos a Internet, atentaba contra el orden público.
El proceso comenzó cuando la editorial francesa Les Editions de Minuit presentó una queja a la que se sumó la Cámara Argentina del Libro.
Entre las amenazas proferidas contra Potel se incluyeron intervenir sus teléfonos y allanar su domicilio.
En definitiva, Potel es culpable de difundir filosofía en forma gratuita a través de Internet. Un delito excecrable, tal como certifica la sentencia de la justicia penal.
Sobre esta sentencia Horacio Potel declaró:
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“Si las cosas se guiaran por la razón, se debería revisar esa ley de 1933, que está provocando que se criminalice a las bibliotecas públicas y a sus bibliotecarios. Eso, claro, si se sigue pensando que éstas son instituciones útiles y necesarias, como me enseñaron en la escuela primaria, donde me decían que entre las principales funciones del Estado está la difusión de la cultura, en la convicción ilustrada de que sólo el conocimiento nos hace libres”.
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“Los jueces están para hacer cumplir las leyes, no para cambiarlas, pero deben tener su criterio. En este caso, tal criterio parece ser que he cometido una falta gravísima que los autoriza a perseguirme y castigarme –entrar en el sistema judicial penal ya es de por sí un castigo– como si fuera el peor de los delincuentes, procesándome en tiempo record e imponiéndome un embargo insólito a sabiendas de que no tengo ninguna propiedad, que soy docente y que en mi último recibo de sueldo figura que gano 1350 pesos de bolsillo.”
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“¿Es tan tremendo, tan inmoral para el Estado argentino la existencia de bibliotecas públicas, bibliotecas adaptadas a las nuevas tecnologías que decuplican el poder de difusión (...)? Este es un problema político que excede el marco legal y necesita de definiciones políticas. Necesitamos saber si esta criminalización de las bibliotecas es una política de Estado o solamente la interpretación del juez Pablo Raúl Ormaechea, subrogante del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº 37”
13 comentarios:
Muchos de los libros que me exigieron en la Facultad, los pude bajar de esa página. De hecho, los conservo como si fueran los originales.
Algunos, ni siquiera pueden conseguirse en el país. Otros, se pueden conseguir, pero a un precio que habría que vender un riñón.
Cómo se le ocurre a este hombre cometer tremendo delito contra la humanidad!!!
Desparramar Filosofía por el mundo. El peor de los pecados.
Claro. Es más. Merece ser quemado.
Lo único que falta. Estimular el pensamiento y permitirle a un grupo de bárbaros salvajes y sudacas acceder a materiales que no son para ellos.
Que se conformen con la Paparazzi.
Carajo.
A Derrida podrían quemarlo tranquilamente. Pero ese es otro tema.
Celebro la palabra carajo.
No che, que me caía bien el franchute.
Si yo no pido que quemen a Ortega y Gasset tengo derecho que no se mande al horno a Derridá.
Aparte de "carajo" me sé otras. Por ejemplo, "cornos".
Una vergüenza más... y van. Señor Potel, cómo se le ocurre comportarse como un bibliotecario del siglo XXI, sabiendo que los jueces son del siglo I y quienes deben crear leyes del siglo II. Mi más solidario abrazo. Raúl.
Procesado y embargado por 40.000$. Qué lo parió! Podemos hacer algo?? Difundir esto y ver si se puede lograr modificar esto??
Mi solidaridad con el Sr. Potel.
Me recuerda los más de 4000 procesados por los piquetes obreros desde el 2001.
Por pedir que el estado atienda a los desocupados en sus reclamos.
Y...digo...y sé que no tiene nada que ver pero...cuántos procesados oligarcas del campo hay, por hacer piquetes y cortes de ruta y tractorazos??
Perdón dormidano. Vuelvo a solidarizarme con la filosofía gratuita y libre.
Raúl:
Siempre insisto con este concepto. La propiedad privada tiene límites.
Hasta que los jueces no lo entiendan pasarán cosas como las que le ocurren a Potel.
Saludos Raúl.
María:
Lo mejor que se puede hacer es difundir la información para que llegue a la mayor cantidad de gente posible.
Para que la situación de Potel sea puesta a consideración pública y se pueda advertir la arbitrariedad de las decisiones de la justicia penal.
Cabe advertir que esto puede sentar un precedente.
Por lo que es doblemente peligroso.
Saludos María
Primera vez que entro en tu blog gracias al comentario que dejaste en el nuestro. Y leo este post sobre esta irritante y odiosa medida judicial. Hay que difundirlo.
ELLOS atacan los nudos de intercambio. NOSOTROS los construimos.
Construyamos, entonces.
Saludos.
Permiso Dormidano,
Acá te paso un link a una nota muy interesante del diario Clarín donde nos cuentan lo buenos que eran los genocidas del Proceso (afanado de Deciloquequieras.blogspot.com)
Nota del diario Clarín <---- Click ahí
Sé que no tiene nada que ver con el post pero me parece que esto es bueno que se difunda.
Saludos.
Ariel:
Exactamente.
Hay que seguir construyendo.
Gracias por la visita.
Alex:
Ta que lo tiró al recorte.
Me ha dejado sin palabras.
Permiso dormidano, leí el recorte: qué linda chica la que está de espaldas, pero... yo siempre sospechando, no sé si es una arrepentida o una chica de clarín en su escritorio.
Y la verdad, a quienes sabíamos toda la verdad en aquella época, leer eso, no nos movía ni un pelo. Siempre la verdad fue otra.
Y la publicidad y el compromiso de Clarín, siempre fue el mismo.
Ni qué hablar del diario la nación, ja!
No hubo, salvo página viejo, humor, nadie que no estuviera publicamente del lado del terrorismo de estado.
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