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martes, 3 de octubre de 2017

¿YA LES PODEMOS DECIR "TRAIDORES"?

¿Podemos usar la palabra "traidores" o todavía esperamos algo de ellos? Aunque en rigor de verdad, no son solo traidores, además son cómplices.
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Con amigos como éstos...

jueves, 10 de marzo de 2016

DALE BOSSIO, RELATAME ESTA GOBERNABILIDAD

Si esto es cierto, resulta que la Banelco
goza de buena salud y se multiplica.
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¿Me lo explican?
¡Ahhhh!
Parece que sí.
Son reales
¿Qué tulán?
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jueves, 11 de febrero de 2016

LA PREGUNTA CORRECTA ES: ¿POR CUÁNTO?

No creo que sean solo treinta denarios
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"Mirar para adelante" implica cagarte en el voto de los que eligieron al FPV porque no era Cambiemos. Si ahora haces las cosas que hace Cambiemos, sos Cambiemos. O sea, devolvé la banca, devolvé.
Ahhh, si participás en el saqueo de la Argentina que ha puesto en marcha Cambiemos, sos cómplice. Vos y todos los que en estos días subidos a la ola amarilla acompañan, aplauden y ejecutan esa perversidad que han llamado "reorganización nacional" que incluye un ministerio del pensamiento llamado Ministerio de Modernización (como si la "modernidad" no hubiera fenecido a manos del capitalismo in extremis) un eufemismo que esconde un dispositivo del estado que ejecuta una persecución ideológica descarada y obscena.
Cómplices.
Y los responsables y los cómplices van a pagar hasta la última lágrima que hayan causado. Hasta la última. Como hemos cantado durante tantos años, como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar.
Te lo juro por ésta.

viernes, 5 de febrero de 2016

BOSSIO NO ESTÁ SOLO

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Voy a contestar con algo que ya escribí por ahí:
El PJ no puede pensar que el 54 %, el 49 % y la plaza del 9 de diciembre le pertenece. No fue por el PJ, fue con el PJ. Voy a arriesgar una tesis que de a poco estoy corroborando: En el 2001 el PJ había entrado en la misma espiral que en estos días acabó con la UCR. Digamos, la conversión de un partido con un relato histórico que aglutina y nuclea en una federación de partidos provinciales y municipales con presencia en el territorio pero sin peso nacional, excepto como prestanombre para el PRO.
De esa anomia lo rescató la transversalidad que dejó entrar aire fresco y propuestas nuevas y creíbles. Esa amalgama pudo lograr doce años en el poder. El PJ fue parte central del armado, pero no su gestor ni su defensor. Es más, muchas veces fue el que puso palos en la rueda usando como excusa la ortodoxia dogmática, o sea, el peronómetro.
Que la doctrina justicialista volviera a tener carnadura y sustancia no fue un acierto del pejotismo. Fue el resultado de la construcción horizontal que aglutinó a sectores diversos en torno al PJ que de nuevo era aquel PJ histórico del que hablaban los tatarabuelos.
En algún momento del proceso el PJ se postuló a sí mismo como un eje efectivo y autosuficiente que podía prescindir de todos los demás elementos del FPV para construir poder y gobierno en soledad. Esto lo vimos en el proceso que derivó en las elecciones del año pasado, pero que comenzó casi a partir del triunfo de CFK por el 54 %. En ese asunto hubo pase de facturas y resentimientos.
El PJ pide autocrítica. y sin duda es necesaria pero de ambas partes, no solo del kirchnerismo. El PJ no ha revisado todavía el papel que desempeñó en los sucesos que nos llevaron al 2001. Los años de Cristina y Néstor recubrieron de alguna forma esas responsabilidades, pero ahora vuelven a aparecer y los protagonistas miran para otro lado y rosquean como si fueran vírgenes carentes de culpa y cargo.
Están a punto de hacer lo mismo, o sea, cagarse en los votantes en nombre de los cuales asumieron representación parlamentaria sin mirarse ni una sola vez al espejo, poniendo la culpa en cualquier lado menos en sus propias entrañas.
Luego de que una militancia espontánea y entusiasta los rescatara del desastre electoral hasta casi dar vuelta una elección que el pejotismo declaró perdida de antemano (derrota que no pocos pejotistas alentaron, o sea, ese verso de "lo importante es ganar" lo dejamos para otros ingénuos) ahora resulta que las Plazas que se multiplican, las reuniones, discusiones, etc., no sirven porque no son orgánicas.
Resulta que ahora hay que ser "realista" y contribuir a la "gobernabilidad" y no andar jugando a la comuna parisina. El pejotismo, ayuno de humildad, te mira a los ojos y dice "-Haceme caso a mi, yo sé mucho más que vos de estas cosas, hace 70 años que hacemos lo mismo". A lo que respondo "-Cada vez que los dejaron solos estrellaron la calesita" cosa que a mi me tendría sin cuidado pero resulta que los que viajamos en la calesita somos los orejones del tarro. Entonces, cuando el pejotismo se pierde en sus propios mitos, busca en el exterior la ayuda de los orejones para volver al primer plano. Cuando ya están ahí patean la escalera.
El pejotismo que es la derecha adosada como una rémora al partido justicialista, fue un actor central y esencial en la década del noventa. Convalidó con votos, cuadros y teoría el vaciamiento del país sin despeinarse, usando frases de Perón para justificar el despojo sistemático del estado a manos de los grupos económicos concentrados.
Cuando una parte nada despreciable del pueblo dijo basta (incluso a pesar de la operación para voltear a De la Rúa que fue desbordada) también le dijo basta a ese pejotismo. 
No escuché hasta ahora a ninguno de los protagonistas del pejotismo (y hay muchos) pidiendo disculpas por lo que hicieron, lo que permitieron, lo que legitimaron.
Tengo la presunción de que el PJ solo, quebrado, atomizado, tal como busca Macri, retornará al proceso de balcanización que estos doce años pospuso. Si no es capaz de comprender lo que tiene que revisar, si no está a la altura de las circunstancias, si se empeña en sustituir la voluntad de los votantes, seguirá por el mismo camino que la UCR.

jueves, 4 de febrero de 2016

BOROCOTAZO

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Lo primero que hay que decir es que no es la primera vez ni será la última. Traiciones como las de Bossio y los ¿unitarios federales? que se escindieron del FPV con una serie de excusas poco menos que ridículas han jalonado la historia parlamentaria argentina. 
Ahora, que sea practicamente una costumbre no lo convierte en legítimo. Digamos, por un lado es legal, pero por otro es ilegítimo. Como en el caso del Dr. Borocotó que ejecutó un pase similar, aunque llevándose sólo a él mismo en 2005.
Legal porque no existe ningún impedimento jurídico para ejecutar estas piruetas (sería bueno que existiera, aunque sospecho que la corporación política no impulsaría un instrumento semejante). O sea, no es un delito, no es punible. 
Ilegítimo porque sustituye la voluntad popular que llevó al legislador o legisladores al lugar en donde están. Reemplaza el mandato colectivo que se encarna en su designación por los objetivos y metas particulares, que pueden ser muy dignas y loables, pero son particulares. En el caso de este nuevo bloque, objetivos grupales que son distintos a los que impulsaron al votante. Este acto de sustitución convierte la maniobra en ilegítima.
O sea, en sentido literal, una traición. La sustitución reemplaza unos objetivos por otros y en ese acto la voluntad del voto es tergiversada. El mandato que contiene la banca deja de tener efecto puesto que la intención del sufragante es reemplazada por las intenciones de los disidentes, que no son por principio, las intenciones del bloque del que se escinden. 
Repito: en vez de representar, sustituyen. 
En el sistema electoral argentino los legisladores se eligen en bloque, o sea, no existe la opción de seleccionarlos individualmente al momento de votar. Por tanto el voto implica la aceptación de un colectivo que sostiene los intereses que el votante considera necesario defender o promover. No hay una decisión formal fundada en la individualidad. Entonces se espera que cada legislador responda al interés del grupo al que dice pertenecer y con el que se postuló.
Cualquier otro camino es, reitero, ilegítimo.
Más allá de las consideraciones personales o reparos que uno pueda exponer en torno a la figura de Diego Bossio (que ya venía avisando de este asunto incluso cuando estaba en Anses y no era candidato a nada) el cisma que han ejecutado es ilegítimo.
De más está decir que el quiebre favorece a Cambiemos. Y como me enseñó con toda crudeza un profesor allá lejos y hace tiempo: siempre hay que buscar en todo proceso social conflictivo al que se beneficia con la crisis, el que obtiene ventajas y sale favorecido. Por lo general ése es el instigador o el culpable. En este caso el traidor es un agente fungible que sin duda obtuvo algún premio o compensación, pero no deja de ser un peón. Y un peón, bien lo sabemos, juega como peón. Depende de una voluntad mayor. 
No hay que perder de vista al enemigo real y concreto. Bossio y el nuevo bloque que comanda son apenas peones en un tablero mayor, en un juego que los excede. Tendrán no me cabe duda, su quintita de privilegios y amenities. Pero no son el objetivo principal.