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Entre otras cosas, dijo que "ellos" (los gordos y él mismo) habían combatido a la dictadura. Juro que cuando escuché semejante fantochada estuve tentado de asentarle un soplamocos a la pantalla del televisor, al estilo vudú, para romperle los dientes por interpósita persona a Luisito. Visto que semejante expediente es al menos ridículo, me tuve que guardar las ganas y la bronca.
Si hay algo que Barrionuevo nunca hizo fue combatir a la dictadura. Puede ser una apreciación mía, pero es mejor que lo diga
un breve párrafo que merece nuestra atención: "
Por entonces se sucedieron un sinfín de interventores, hasta que en 1979
el delegado interventor de la dictadura, Carlos Manuel Valladares,
devolvió la conducción de la obra social a Luis Barrionuevo como
delegado normalizador." No parece que la dictadura lo haya perseguido demasiado. Más que nada porque lo volvieron a poner frente al gremio de gastronómicos en plena dictadura, justo cuando otros dirigentes del sindicalismo combativo estaban siendo torturados, asesinados y desaparecidos. En medio del Proceso, con los centros clandestinos de detención llenos, etc. Lo reinstalan al frente
del gremio que se afanó. Suena más a colaboración que a combate.
Es un chiste de mal gusto (ni siquiera humor negro) que personajes como el nombrado o Rucucu pretendan reescribir la historia (ellos que no se cansan de criticar "el relato") cambiando la naturaleza del papel lamentable, cuasi delictivo (el cuasi es una precaución legal) que desempeñaron en ella.
Los dos, Luisito y Rucucu, deberían además aclarar su participación en el nefasto gobierno de Isabelita, sus relaciones con la Triple A por ejemplo. Entre otras tantas cosas.
Y no deberían tener tanta tribuna disponible.