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Pero no es ningún boludo. Sabiendo que la sede del mundial 2022 obtenida por Catar le debe haber costado a más de uno sus buenos rials catarís también está al tanto de que al aceptar las dádivas estaba pisando los callos del matón del barrio. Y el matón del barrio respondió. Con la furia justiciera que le sale de adentro cada vez que le cagan un negocio. Porque la corrupción en la FIFA, el COI y tantas otras siglas deportivas peina largas canas y se remonta muy para atrás. Tanto que uno puede pensar que todas las sedes obtenidas por EE.UU. para juegos olímpicos y un mundial de fulbo requirieron poner en acción los mismos dispositivos. Porque no me van a hacer creer que fueron, son y serán prístinos e incorruptibles.
Y en estas mismas declaraciones los está amenazando. Digamos, marcándoles la cancha. Como solo un monarca puede hacerlo. Lo que me hace pensar en el inevitable declive de los guardianes mundiales de la moral.
1 comentarios:
Es casi posta como lo pintás. Lo complicado es que uno, que es tan superior moralmente y tan republicano, queda del lado de los corructos.
Más fácil la tienen los de indignación impostada y sensiblera.
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