Siguen sin gustarme estos festejos, estos gestos de aprobación. Porque los tipos que los profieren son los que aplauden cada vez que alguien está dispuesto a romperle el tujes al laburante (hasta muchos laburantes que, guiados por una brújula prestada aplaudieron la salida de Moreno, aplauden: cosa que me espanta y supera mi capacidad de asombro).
Los tipos que ahora aprueban a coro y lanzando papelitos al aire son los que proponen lo que ya sufrimos. Por tanto, si manifiestan su beneplácito no me queda más que asustarme y salir corriendo a comprar un calzoncillo de lata, no sea cosa.
Ahí tenés entre la sanata que este títere se aprendió de memoria (no no, jamás obtendría una conclusión por su cuenta a partir de premisas o cosas tan abstractas como ésas) las palabritas mágicas: previsibilidad, agregar valor, etc. El rumboso engañapichanga con el que los que tienen el chupetín por el palito tratan de inclinar hacia su campo la puja distributiva (si boludo mío, analfabeto político adorable, de eso se trata). Lo demás son fruslerías para desviar la atención: ¿acaso crees, tesoro mío, ingenuote, que los señores como Mauricio tienen algún interés en la república, la democracia, la libertad de prensa, etc.? No pavote, chiquito tierno: lo que quieren es guita, tu guita para ser más exactos.
El viejo y entrometido Marx lo analizó hace tiempo y sigue teniendo razón (mal que le pese a los marxistas ortodoxos que han decidido derechizar a Marx transformándolo en una receta): la explotación sigue gozando de muy buena salud, la extracción de plusvalía continua sin prisa pero sin pausa (aunque a los marxistas ortodoxos estos dos procesos se les hayan perdido detrás de una caricatura de los mismos). La lucha de clases es tan obvia que uno no entiende cómo no la ven, cómo no la vemos.
Si los que explotan, extraen plusvalía y combaten contra los asalariados festejan: ¿no es lógico que yo me asuste y me cague en las patas?
3 comentarios:
Tal cual, Dormi.
Daniel:
Tengo pavor a los delirios de Capitanich (está claro que en este blog nos generaba dudas y rechazos desde antes), a sus palabras de acuerdo que suenan demasiado a una canción que yo ya escuché.
Es lógico. A Moreno yo lo votaba para presidente, mirá lo que te digo.
Jack Celliers
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