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Hace algunos días escribía este aspirante a supernumerario que no hay nada menos neutro que el castellano neutro (el castellano neutro es la supuesta lengua aséptica en la que están dobladas muchas series habladas originalmente en inglés).
Esta frase (ningún hallazgo por otra parte) me vino a la cabeza cuando leí esta nota del diario Público de España. En ella la presidenta del Partido Popular de Madrid Esperanza Aguirre (ni falta hace decirlo pero aviso, el PP es un partido de derecha) le pide al ministro de Educación, Cultura y Deportes de España, José Ignacio Wert, que “no ceje en la lucha para recuperar el castellano a la hora de llamar las cosas por su nombre". ¿Cuál es el motivo de semejante apelación?: ponerle coto a la jerga pedagógica promovida por los “ideólogos socialistas” quienes crearon una neolengua como la de George Orwell en 1984.
Ahí apareció la maldita ideología.
Rebobinemos: si los “ideólogos socialistas” han impregnado el castellano con términos que provienen de su concepción teórica, entonces el “castellano” a secas no contiene ni pizca de ideología (por extensión, diremos lo mismo del castellano neutro: si el castellano de cada país hispanoparlante está contaminado con la jerga de cada lugar, entonces el castellano neutro no contiene ni una pizca de esas deformaciones)
Ahora “aux arbres citoyens”: el “castellano” a secas, en principio, no existe. Si alguna vez hubo una lengua incontaminada a la que pueda denominarse así, fue en la imaginación de algunos teóricos sobrepasados por el rapé.
La lengua es más que nada un proceso continuo, movimiento, mutación, cambio. Eso es una lengua viva (dejemos las discusiones acerca de la naturaleza de esa mutación, no es un debate para este acotado espacio) ¿Qué es lo que causa semejante dinámica? El habla, o mejor, los hablantes. Si señó. Los hablantes que hablan y ponen en acción al idioma mientras intentan nombrar el mundo para tratar de comprenderlo, ni que sea un poquito.
Y como los que hablan una lengua viven en un lugar, trabajan en un lugar, juegan en un lugar, aman en un lugar, etc., no existe la posibilidad que sus actos, su transcurrir día a día en el paralelepípedo de nombre repugnante, no impregne su lengua, su lenguaje, su particular y general forma de hablar.
¿Tengo que señalar que el habla o el lenguaje de los sujetos se encuentran determinados además por la ideología que sustentan? No hace falta ¿no?
Con lo anterior damos por tierra con la pretensión de neutralidad que expresa la Popular de Madrid. No hay tal cosa como “el castellano” y la pretensión de que el castellano que ella propone como “el castellano” implica una tal cantidad de ideología que apenas cabe en este torpe comentario. Es lo que se conoce como “petición de principio”. Que además implica una cantidad importante de autoritarismo, entre otras cosas.
La lengua que propone (incontaminada por los “ideólogos socialistas”) es la lengua que refleja la visión que tiene su propio partido del mundo, objetivada en palabras que se dicen o se escriben y que nombran al universo de la forma en que lo ven desde ese lugar. O sea, pedir el retorno al “castellano” es también retomar la cosmovisión que supone una lengua incontaminada (algo tan ridículo como pretender que un sujeto no tenga alguna ideología política, ya que estamos) hablada por un nosotros que también está incontaminado y que, de alguna forma, usa o sugiere el uso de formas de comunicación ligadas a la descripción de un mundo naturalmente así. Cuestiòn de la que es evidencia la frase "las cosas por su nombre" como si las cosas tuvieran un solo nombre o ese nombre no fuera polisémico.
El castellano neutro es también, ya lo habrán sospechado, una petición de principio. Porque esa neutralidad que supuestamente se obtiene quitando los modismos de cada país es una operación ideológico-política que intenta asignar a todos los sujetos que comparten un mismo idioma, un bagaje de palabras “comunes” que no son más que la imposición del imaginario del grupo dominante. El castellano neutro y “el castellano” son reduccionismos que no solo limitan el volumen del idioma, sino que además intentan delimitar el alcance de su capacidad descriptiva y comprensiva.
También procuran, aunque no lo digan, recortar la posibilidad de subvertir la lengua, que tambièn es una forma de conjeturar el cambio como una posibilidad.
He dicho.
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Nota:
Hay un motivo para insertar esa tapa de ese libro en particular como ilustración del post. Recomiendo leerlo, por supósito. Una pista: "lo Neutro es un principio crítico, peligroso y desquiciante, una promesa nunca cumplida de la novedad más radical, aquella que permite liberar al pensamiento de su costumbre y de su condena clasificatoria." Tomá pa vos.
14 comentarios:
Yo me preguntaba con esta especie de dictadura de la gente de genero que dice preseidenta en lugar de sra presidente o señora ministro , me preguntaba si cuando en 2015 por fin tengamos un hombre en el cargo ( al menos ese es mi deseo que no tengamos mujeres por muchos años ) si le deberemos decir señor presidento ? La presidenta y el presidento
Por eso me quedo con el ingles en lenguajes mas normales , The sirve para el , la , los, las y listo una sola palabra para todos
Javier: No sabiamos que eras misogino,motherfucker.
Es el precio de militar con gente de genero que se la pasa hinchandote las bolas sobre como debes hablar y me dio por las bolas que la legislatura declarara un repudio a la tapa de una revista y no me banco las censuras de nadie
Me pase viendo las tapas de la revista noticias que le hacian a Menem y son del mismo nivel que le hacen a Nestor o Cristina , solo que le pones a una mujer gozando sexualmente y esta mal pero si fuese un hombre esta muy bien , por mi que publiquen lo que quieran , el unico limite son que sean mayores de 18 años despues que gocen como les guste y cojan con quien quieran sean del mismo sexo o heterosexuales , no se quien es misogeno si el que piensa que porque una caricatura de una mujer es abuso de genero y una caricatura de hombre esta bien o el que considera ridiculos esos planteos mientras el aborto sigue sin ser legal
Bueno, javier, la batata que te faltaba pa'l kilo, te molestan las cosas "de género", especialmente si te da una excusa para tirarle mugre a la presidenta. Cuyo pecado original parece ser que es ser mujer.
Si un señor llega a presidente, se lo vería de muy mal gusto si lo presentaran, en tapa de un pasquín, como caricatura que goza sexualmente, de hecho nunca hubo caricaturas (ni la del pocho sodomizando a lanusse califica en ese sentido) - entonces, si no vale para los varoncitos, menos vale para una señora, por todo eso del respeto a la investidura, el buen gusto y los buenos modales. Aparte, es de muy poca hombría la descalificación sexista.
El tema del post de Dormi es otro, pero eso para vos no cuenta, ¿no, javier?, hay que sacar a pasear la marea de boludeces que te obsesionan.
Yo no sé a qué llamará "neutro" una gurkha del PP, seguro que es malo para la gallegada (y la humanidad toda) ahora, si me preguntar sobre las películas, con esos tíos hablando a mil por hora y en ese léxico infame, mínimo que le pongan subtítulos, en castellano "neutro", o mejor dicho, entendible. Y si no, bueno, habrá que pasarse a las películas búlguras, suecas, cualquiera que use lenguajes más accesibles. Y de paso nos ahorramos de culpar al PSOE por crímenes no cometidos (bastante hay con los efectivamente cometidos)
Javier:
Hay algo de cierto en lo que dice con respecto a la insistencia, muchas veces histérica, por el lenguaje políticamente correcto. Cuando la tendencia es extrema lo que conseguimos es el efecto opuesto: el enmascaramiento de las situaciones que se describen. Hay mucha tela para cortar por ese lado.
Aunque la nota, el post, apunta para el lado de la no neutralidad de lo que se proclama como neutro, eso sí.
Javier:
Me hizo acordar a un capítulo de "Un tal Lucas" que Cortázar tituló: "Vida de artistos".
Pienso para mis adentros que la persecución constante de un lenguaje políticamente correcto produce nuevos ocultamientos cuando la intención es justamente la contraria.
Ahora comienza la discrepancia: sostengo que debe existir un límite, no una censura, a las cosas que se publican. No porque uno se escandalice de esto o aquello, nunca más lejos de mis intenciones el escándalo, sino porque debería primar algo como la ética periodística (no moralina barata, sino algo más relacionado con la honestidad intelectual) que, en función del medio en el que se está contemple al menos ciertos parámetros y se atenga a ellos. No para no decir cosas, sino para decirlas con mayor eficacia y ajuste al estilo del medio y los hechos. Cosa que no me parece mal, digo de pronto me parece. Y va para todos los medios, que no es un sayo exclusivo de este o aquel grupo.
Ram:
Nunca sufrí tanto como viendo una película traducida en gallego. Y nunca me reí tanto como viendo una película de cowboy hablada en gallego.
¿Ve? El esfuerzo español por castellanizar el inglés es, me suena, ridículo, hablando de lo políticamente correcto.
Todo neutro es político. Coño!
Larabi:
Joder tío, que sí.
Muy bueno. El lenguaje expresa una cosmovisión del mundo. Y obviamente, que quien pretenda homogeneizarlo nos está estafando. Me gustó el libro de Roland, como los teclados. Voy a ver si le pego una leída. Es muy interesante el concepto de neutralidad, muy similar al de "objetividad" que siempre nos intentan vender los que nos informan.
Habrá que decirlo una y mil veces, la objetividad no existe.
Saludos,
Pedro.
Satamente Don Pedro:
La objetividad no existe. Los científicos a lo sumo buscan una pretensión de objetividad que más que nada consiste en saber que uno es el que investiga para poder hacer que esa mirada sea puesta en juicio. En periodismo ni siquiera debería ser nombrada como tal la objetividad, dado que el periodista es ante todo, un sujeto social conformado como tal.
Chas gracias.
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