miércoles, 3 de abril de 2013

EL DILUVIO QUE VIENE

Hola a todos los que me ignoran. De nuevo estoy de vuelta como dice la canción. Y para no ser menos he aquí algunas reflexiones bajo el agua acerca del tema que es de público conocimiento y que nos inunda por estas horas.
1.-"Contra la naturaleza nadie la talla".
Escuché esto varias veces en las últimas horas en boca de simples ciudadanos de a pata y en las solemnes fauces de funcionarios y gobernantes. Tengo algunas objeciones, como uds. sospecharán.
Antes de proseguir hay que aceptar la petición de principio que es la naturaleza en si. Con todo lo que eso significa. Por ejemplo que, pese a los mejores pronósticos, siempre puede desbordar cualquier previsión. En eso estamos de acuerdo señora, no discuta.
Y aquí recurriré a mi biografía personal que servirá bastante en este punto. Supongo que los he cansado con ese cantito acerca de mi condición de montañista. Perfecto. Esa condición implica más que nada que uno ingresa en el seno de la naturaleza más agreste, hostil y áspera que pueda imaginar: la montaña. Un ámbito en donde el soporte humano (no es otra cosa lo que nos permite sobrevivir) es mínimo, un lugar en donde hay que desplegar todo tipo de trucos y técnicas para no cortar con diez menos. Un espacio en donde el frío, la altura, el viento, la nieve, los precipicios, los seracs, las avalanchas, los desprendimientos de cornisa, etc., amenazan a cada segundo como una posibilidad cierta y palpable. En medio de semejante tembladeral lo que prima en la cabeza del montañista es la previsión. Muchos creen que el montañista está loco y quizás tengan razón. Pero estar loco, no es ser pelotudo. Con plena conciencia de lo que le puede ocurrir y con los escasos pertrechos que puede trasladar en el lomo uno intenta anticipar cualquier situación que se pueda presentar, situaciones que las más de las veces no son amigables. Por eso lleva el equipo que lleva, en las condiciones en que lo lleva, por eso se usan unos materiales y otros no, por eso el pronóstico del tiempo es el oráculo, por eso tantas cosas que el montañista usa para preservar su vida y la vida de los compañeros de cordada.
O sea, sentados en el extremo del asunto, se recurre a la previsión para no morir. Y aún así, como hemos señalado al principio, podemos estirar la pata.
Y sigo con los malos ejemplos: yo vivìa en Mendoza. Mendoza, por si alguno no lo sabe, es una zona sìsmica. Eso significa que todo el tiempo la tierra está temblando (siempre hay microsismos) y a veces esos pequeños temblores se vuelven más importantes hasta llegar a ser terremotos. Pensando en esa posibilidad la prevención en la provincia tiene dos ejes:
a.-En el aspecto edilicio se construye con normas antisísmicas de forma tal que las casas no se vengan abajo al primer movimiento (cimientos especiales, edificiones sobre rodantes, veredas anchas y calles amplias para no crear una trampa mortal, etc.). Puede que nunca jamás pase nada (aunque ya ha pasado) pero puede pasar y hay que anticiparse, o sea, previsión.
b.-Como el terremoto puede pasar entonces se diseñan planes de emergencia para prevenir la eventualidad, hay simulacros, educación a los niños en la escuela, a los adolescentes, difusión de medidas que se deben tomar ante un terremoto, etc. De nuevo, puede que nunca ocurra, pero puede ocurrir. Por tanto, prevenciòn.
Y llegamos al extremo de la prevenciòn y uniéndolo con lo de la naturaleza "imprevisible" a la que aluden los comentarios exculpatorios por estas horas llego volando bajito a lugares como Japón u Holanda. En ambos países la naturaleza es por demás imprevisible (en Holanda el mar y en Japón el mar, los terremotos, los tsunamis, etc.) Sin embargo se construyen edficios enormes o se edifica donde antes habìa mar. ¿Están locos estos tipos? No. Han medido los riesgos y han ejecutado en consecuencia obras para que la naturaleza no los afecte y además, les permita desarrollarse. Quizás alguna vez las previsiones sean desbordadas por un cataclismo inmenso, pero ese cataclismo deberá superar las previsiones llevadas a cabo por holandeses y japoneses y ahí sí te quiero ver. Pero superar la prudencia que han desplegado será bastante complicado.
¿Qué quiero decir con lo anterior? Que, pese a que la naturaleza es...naturaleza...los escenarios de catástrofes naturales se pueden anticipar y se deben realizar las obras que los controlen, anulen o domestiquen (mucho más cuando hay décadas de eventos para analizar) y además, diseñar los planes para reaccionar con presteza y absoluta eficacia en caso de desbordes mayores.
No es que nevó en Misiones y los techos, que no estaban preparados para esa situación, se vinieron abajo. Hubo un aluvión en una zona en donde los aluviones son una posibilidad.
Nadie puede anticipar del todo qué pasará en el entorno natural, pero por lo menos sí puede conjeturar lo que puede ocurrir y además, mejorar la respuesta que tendrá en caso de emergencia.
La excusa de "la naturaleza es esto o aquello" no tiene sentido cuando hubo eventos que mostraron lo que podía ocurrir y no se llevaron adelante las obras ni los planes requeridos para prevenir y mitigar.
2.-Con los muertos no se hace política.
Cortito y al pie. Los muertos no solo murieron por efectos del aluvión. Murieron por imprevisión en los dos aspectos antes mencionados. No es posible que un evento que es una hipótesis obvia desborde las previsiones en cuanto a obras de control y la capacidad de los servicios de emergencia ¿coordinados? (por ejemplo, no puedo ir a la montaña a alturas extremas sin llevar una campera lo suficientemente abrigada, porque como montañista yo sé de antemano cuáles son las condiciones climáticas a las que me voy a enfrentar y si me expongo a una temperatura de 20 grados bajo cero promedio con una camperita de gimnasia me voy a morir, fija)
Los responsables en este caso son varios y enhebrados: Nación, CABA, provincia de Buenos Aires, por citar solo a tres conglomerados a los que el asunto les atañe en lo más íntimo.
Por eso, en vez de arrojarse cadáveres, lo que tienen que hacer es trabajar para evitarlos. Los discursos que lanzan cuerpos por encima de la cabeza como quien tira la pelota afuera no son aceptables. Son francamente inmorales. Lo que denotan estos muertos es ausencia. Una ausencia de la que los mencionados deberían tomar nota.
Este titular de campaña salió publicado en Clarín. Puede que sea una chicana, como indica quién sabe quién, pero la pregunta es válida. ¿Dónde está Macri? No sirve salir a dar conferencias luego del quilombo. Tiene que laburar antes en los dos niveles de prevención que mencioné en el punto uno.
Decir que no le facilitan los avales para las obras necesarias tampoco es aceptable: gobierna la ciudad con el ingreso per cápita más alto de país, tiene acceso a muchos recursos, llegada a empresas privadas que han financiado obras enormes apoyadas en la futura contribución de los vecinos, etc. Hay caminos si es que el financiamiento no está. Decir que no lo "ayudan" es una pobre y espantosa excusa. Una chicana, ya que estamos.
Pero también el famoso hashtag podría incluir a quienes no estuvieron antes ni están ahora a la altura de las circunstancias: ni en la prevención mediante obras ni en la prevención mediante el diseño de planes de emergencia rigurosos, calculados y eficientes.
Las excusas por la ausencia pasada, presente y esperemos que no, futura, son un chiste de mal gusto.
Lo de Clarín ya a esta altura tampoco sorprende, pero eso no le quita ni un ápice de inmoralidad al titular que también arroja cadáveres por encima de su protegido.

4 comentarios:

Rob K dijo...

Comparto todo lo que Ud. dice. Es una de las graves carencias de nuestro argentino modo de ser: la previsión nunca ha gozado de nuestro favor. Mucho menos, gastar dinero donde no "se ve" ni rinde popularidad instantánea (¿y si no llueve?). "Dios proveerá". Pero parece que Dios prefiere, de momento, proveernos diluvios.

José Pepe Parrot dijo...

Rob:
Si si.
A lo que se agrega salir corriendo detrás de cualquier tema una vez que los muertos están muertos.
Graves vicios

Moscón dijo...

El muy turro corre el falaz imponderable al "no nos dejan hacer"??!!
Es ingeniero (¿será ingeniero?)y sabés que la urbanización es un separarte de la naturaleza,y para eso,como ud. bien lo describe, hay que estar preparado.Simple cuestión de sentido común que ante su falta, que mejor que deslindar responsabilidades como al caso, la lluvia de 1906.

José Pepe Parrot dijo...

Moscón:
Si, en eso consiste la defensa. Y además en lanzar peticiones de principio: "Las inundaciones llegaron para quedarse" o "Si vuelve a llover así Belgrano volverá a inundarse".
A eso me refieron con imprevisión, por error, mala fe o inutilidad que es todo lo mismo a los efectos de los muertos.