Se ve que estamos cabalgando, porque los chocos españoles (el significado de "choco" es obvio) ladran que da gusto. Su vaticinio catastrófico se basa en que les están poniendo los puntos sobre las íes a las empresas españolas a las que les regalaron el patrimonio nacional allá por los noventa (acá habrá algunos que mirarán para otro lado, porque en esa época, por boludos, por obediencia debida, por influenciables, por interés, apoyaron los argumentos privatizadores y las privatizaciones mismas).
Tomar decisiones soberanas para una monarquía anacrónica como la española es ir a la ruina. Por lo bien que le va a España aplicando ajustes, recortes y flexibilización laboral. Claro, los señores ibéricos andan queriendo pasarnos la factura de su fiesta, y por eso se ponen como locos cuando sus empresas de punta de lanza no pueden sacar divisas del país que siempre les sirvió como depósito y reaseguro.
Ojalá se les esté acabando la joda.
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