Hoy pasé con el tren por la estación Avellaneda. Como siempre, no pude dejar de acordarme de Kosteki y Santillán. Y acto seguido de los prontuarios de los responsables que aún andan por ahí sirviendo a la patria, responsables de esos dos asesinatos y de tantos más. Y casi vomito. También como siempre. Esa sensación de asco profundo que a uno lo agita desde las entrañas.
¿Consenso? ¿Acuerdo? ¿Perdón y olvido? Mis tripas dicen que no.
1 comentarios:
Avellaneda no es "mi zona" habitual pero cuando paso... me acuerdo siempre de los pibes que desde el suelo aún me miran... Creo que me dicen "no lo dejes pasar"
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