A esta altura de los acontecimientos podemos decir, sin temor a equivocarnos, que Lilita y Eduardo han fundado un estilo que podríamos denominar, a falta de mejor cosa, político apocalíptico. Uno los escucha y se los imagina parados en lo alto de un monte, blandiendo el báculo y amenazando con el dedo índice (de la mano derecha, que te has pensado) a esa runfla plebeya que no los sigue, con inundaciones, hambrunas y las siete plagas de Monsanto. Para completar este cuadro, los dos deberían estar vestidos con una túnica, pero creo que sería demasiado ¿no?
No me gusta ser Casandra (versión 2023)
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Otro año interesante ,en el sentido de la maldición china,se termina.
Siempre me he considerado el nivel cero de la perspicacia. No soy buena
previendo aco...
4 comentarios:
Y no, pelotudo, "la secta" está tratando de esquivar la crisis.
Este bicho infecto, habla de cómo chocar "mejor" al Titanic, cuando lo que realmente sirve es NO chocar.
Lo peor es que no me imagino a San Juan Evangelista en esa actitud destructiva y promotora de la idiotez que tienen los apocalíticos de la política argentina.
Una "pequeña secta" apoyada por el 50% de los votantes, Cabezón...
Igual el bañero más famoso debería tomar sus propios consejos y "dejar de dictar cátedra como si fuera este (el neoliberal) el único modelo".
La gente, debería entender el cara de piedra, elegirá al "mejor capacitado para afrontar con firmeza la tormenta internacional que se avecina", o sea elegirá a Cristina Fernández, que ha mostrado una muñeca excepcional para estas cuestiones.
Ah, y "la pequeña secta" que rodea a Duhalde, debería convencerlo de tomar su medicación contra el Alzheimer o dejar la botella para terminar con el delirium tremens, lo que corresponda en su caso.
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