martes, 14 de junio de 2011

UN TRANVÍA LLAMADO OBJETIVIDAD

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Es necesario volver a señalar que eso de la "objetividad" es un engañapichanga. Nadie, abolutamente nadie, puede ser objetivo. ¿Cómo no se puede? me dirá alguien que todavía tiene fe en la epistemología normativa. No se puede porque siempre es un sujeto el responsable de encarar éste o aquel tema. For example: en una esquina se estrolan dos autos, hay una decena de testigos. Cuando son consultados acerca del accidente cada uno dirá cosas diferentes sobre el hecho. ¿Por qué? Porque cada uno es distinto al otro y además, estaban en una situación particular en un momento determinado y pese a que el choque ocurrió en el mismo instante, los testigo están inserto en sus propias circunstancias. Algo que resulta obvio cuando la subjetividad confunde los mensajes en el apasionante juego del "Teléfono descompuesto".
¿Entonces qué hacemos?
La actitud de un investigador responsable (cuya mirada además es instrumental) consiste en vigilar las condiciones en las que produce el conocimiento, o sea, poner en cuestión el contexto de descubrimiento de forma tal que se pueda comprender el impacto de ese contexto en el objeto de estudio que aborda. Siguiendo ese camino el investigador sabe que enfrenta al objeto de estudio desde sus propios esquemas de conocimiento, munido con ideas, prejuicios, circunstancias, etc., que impactarán en sus elecciones a la hora de investigar. El investigador ejerce sobre él mismo una férrea vigilancia epistemológica.
Esto se llama pretensión de objetividad y es un requisito fundamental para sincerar el objeto de estudio.
En otros ámbitos más ligados a lo cotidiano, el periodismo por ejemplo, se podría aplicar un procedimiento semejante al anterior. Al indagar sobre éste o aquel hecho, el periodista debería ser conciente de su propia mediación. O sea, que es él con todo su bagaje el que está tratando de informar y que, por eso mismo, lo que llevará al tapete será una versión recortada de realidad, selección que se ejecutará en función de intereses propios o ajenos. De esta forma el que lee, ve o escucha comprenderá que no está viendo la realidad sino una parte de ella. Evitaríamos así el efecto sinecdóquico (o sea, la parte por el todo) y esa pretensión (que es una petición de principio) de "esto es lo que Ud. tiene que saber antes de salir de casa".

11 comentarios:

Moscón dijo...

Diría Groucho¿Usted va a confiar mas en sus propios ojos que en los míos?
Muy buena entrada Dormidano,y el tema me remitió inmediátamente a la que creo fué la primera novela del policial negro,Los Crímenes de la Calle Morgue,de E.A.Poe.
Cinco marineros son testigos pero no se ponen de acuerdo sobre el idioma en que escucharon los acontecimientos,el aleman decía escuchar gritos en español,el español,en chino,el chino en inglés,y así etc.
El detective,un verdadero investigador responsable, termina descubriendo que el autor había sido un orangután después de observar la escena toda,y los gritos eran los guturales del animal.Los testigos declaraban los hechos a través sus conocimientos,o sea,compararon los hechos con sus registros ponderables,aunque todos conocían los orangutanes,ninguno a través del sentido común,imaginaría la presencia del animal suelto en una ciudad.

Daniel dijo...

Que curioso eso del "efecto sinecdóquico". Que manera perversa de aplicarlo consecuentemente.

Rob K dijo...

Todo es cuestión de matices. A un buen meteorólogo le voy a creer más el pronóstico que a mi vecina. Y si bien hay estadísticas que pueden falsearse, disponer de más datos - honestos - nos aleja de la subjetividad. Pero cuantificar siempre requiere esfuerzo, hablar por hablar es más fácil.

José Pepe Parrot dijo...

Moscón:
Por ahí anda la cosa. La conciencia de la propia intervención es la premisa.

José Pepe Parrot dijo...

Daniel:
Esa es la trampa. El gato por liebre.

José Pepe Parrot dijo...

Rob:
Nada nos aleja de la subjetividad. Ese es un mito de la Escuela de Viena. Y eso no está mal. Lo que está mal, a los efectos de la ciencia y varias cosas más, es negar que la subjetividad tenga una influencia, y grande, sobre cada cosa investigada. Porque ahí se alumbra una falacia: decir que lo que uno hace es "objetivo" es igual a decir que el sujeto investigador no está presente. De esa forma creemos que investigar la Gripe A es una decisión objetiva y no indagar sobre el Mal de Chagas una decisión racional, y de nuevo, objetiva.
Insisto, no es mala la subjetividad, porque tiene que ver con el deseo, que es el motor del conocimiento (llámele la voluntad si Ud. quiere, la intencionalidad o como sea), lo malo es negar que existe y que, al igual que la gravedad sobre la luz, también formatea el objeto de estudio.

Rob K dijo...

Estimado, la subjetividad será importante en otro ámbito, incluso lo es en algunas cuestiones científicas, pero si me dicen, por ejemplo, que es la Tierra la que gira en torno al Sol y no al revés, a la luz de la evidencia no me deja mucho margen para afirmar lo contrario. O si me cuentan que trece chicos murieron desnutridos en Salta, por caso. Son datos, no son opiniones.

Rob K dijo...

Igualmente comparto el sentido de su post, por eso le hablé de los matices.

José Pepe Parrot dijo...

Rob:
Incluso en los ejemplos que cita la subjetividad está presente. No es otra cosa la apreciación que decía que el sol daba vueltas alrededor de la tierra y que esos chicos no existen. Las evidencias se recolectan también en función de criterios, que necesaramiente son subjetivos al menos por elegir un objeto de estudio en particular y desde ahí se construye el conocimiento. Insisto, ahora tenemos evidencias que refutan el sistema teocéntrico de la Edad Media, y también otros que refutan el universo copernicano y si seguimos así, habrá luego datos para refutar el Big Bang (de hecho algunos hay), y en todos los casos, cuando el sujeto de cada época afirmaba su cosmovisión, estaba siendo objetivo en tanto su subjetividad construida en la época le mostraba esa realidad.
Sobre la realidad, bueno, linda discusión nos mandaríamos ahí.

Rob K dijo...

Dormidano, a los efectos que me importan, haya o no Big Bang o gire como gire la Tierra, esos chicos seguirán muertos. Salvo que yo sea solipsista, otra posibilidad.

Unknown dijo...

Rob K : Ojo con la objetividad de los datos numéricos y estadísticos.
Estamos de acuerdo en que muerto es muerto. Pero son acaso estas, las que hablan de datos duros, como natalidad y mortalidad las menos manejables de las estadísticas.Hay que tener mucho cuidado de caer en el cientificismo, porque la ciencia, si bién es acumulativa, está conformada por las ideas que desbancaron a ideas anteriores, que hasta demostrar su falsedad eran tomadas como verdades.
Además,no podemos ignorar que no hay ciencia neutra. Desde que se realiza con financiación, cada quién financia lo que se le antoja y le conviene, por eso enfermedades globales como el SIDA tienen recursos abundantes, y pandemias regionales como el chagas, apenas tienen fondos asignados.
Con todo, yo también le creo mas a un científico que a un charlatán y a un dato que a una intuición o a una revelación religiosa.