sábado, 18 de septiembre de 2010

MAESTRA CIRUELA

Hasta él tonito de discurso escolar tiene.
Blancas palomitas.
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Por supuesto, del Correo de Lectores de LN

5 comentarios:

Moscón dijo...

Siempre lo dije,que mejor que estudiar en un tranvía.La joda es donde conseguir uno.¿Un bondi será parecido?

Mauro dijo...

Ah, que curioso, la anécdota ejemplar es algo que salió en La Nación, me hace acordar a algo que salió hace poco en ese mismo correo de lectores, que vi acá mismo.
También me quedé pensando en lo de los tranvías, ¿que tenían, dos tranvías en el garage?¿Quién tiene dos tranvías en la casa?¿Y por dónde andaban?
Digo, yo nunca fuí a Pehuajó, ¿pero todo en mundo tiene tranvías ahí? Que ecológicos, ¿no?

José Pepe Parrot dijo...

Moscón:
Yo sugeriría un subte, al menos en Buenos Aires. Además está la ventaja que los chaboncitos no se le van a escapar porque está todo oscuro y si se escapan, ahí están esos cables de recontraaltatensión que los van a dejar fritos como corresponde.

José Pepe Parrot dijo...

Mauro:
En Pehuajó tienen a Manuelita y a ésta señora. Y los tranvía vaya a saber de dónde los sacaron.
Estos ejemplos de vida acercan a LN peligrosamente al lado del Readest Digest.

maría cristina dijo...

Ahora entiendo, por lo que comenta Mauro, por qué Manuelita se fue de Pehuajó realmente.

Es que no tenía las condiciones edilicias dignas para estudiar, cómo subía al tranvía? eh? y en el galpón, muerta de frío?? Para mí que se fue a París porque allí había edificios y bancos y estufas o calefacción y las paredes ni el techo se les caían como ahora les pasa a los chicos que por suerte toman los colegios para reclamar estas cosas y no se van a París como la Manuelita.

Ja!!!

Perdón me sale algo feo: Maestra de morondanga!!!