La estrategia de tirar la pelota afuera es un clásico del Macrismo: en este caso el Jefe de Gobierno porteño se hace el pelotudo para no reconocer que ayer le dieron una paliza importante a uno de sus delfines. Claro, la elección en Mendoza es "muy chiquita".
Si hubiera ganado, el tamaño sería distinto.
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