A esto llamo yo una crónica. Escueta, telegráfica, certera. Dolorosa. Porque el país no solo está conformado por los que piden comprar dólares a troche y moche, o los que ya reservaron en Punta del Este, o los que putean porque no pueden encontrar repuestos para su Audi.
El país también es de los que viajan en el Roca. Y su tristeza también es la tristeza del país. Mientras un grupo festeja la suerte que les deparó un voto encandilado otros se aprestan a recibir los latigazos en el lomo.
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