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Se puso de moda en muchas empresas ahorrar guita invocando excusas ecológicas. Ponele: "No imprima este mail si no es necesario. Cuidar la naturaleza es responsabilidad de todos", o "¿Sabe Ud. que por cada mail que imprime se pierde X superficie de bosque nativo?, no imprima este mail si no es necesario".
No hay ningún problema con que las empresas ahorren decadracmas, dado que ése es el quid pro quo de su naturaleza comercial. Pero que emitan coartadas ecológicas para justificar sus ahorros me parece una porquería.
Sería mucho más sincero poner "No imprima este mail si no es necesario. Esta empresa cuida sus costos". Claro que con una fórmula tan directa la conciencia políticamente correcta queda expuesta.
Además las empresas que dicen estar comprometidas con el cuidado del medio ambiente lo ensucian o ensuciarían a gusto y piacere si necesitaran bajar sus costos.
Otra variante de estas prácticas empresario-ecológicas son las bolsas de supermercado: los susodichos supermercadistas, para no invertir en materiales biodegradables, propusieron cambiar las bolsas de supermercado por bolsas de tela. Por una muy humana razón: bajar el costo de las bolsas de plástico y también evitar el costo de adecuarse a la ley que les exige usar material biodegradable. En buen romance, querían trasladarle el muerto a los consumidores.
Por eso, pese a su preocupación verde, no les dió la sensibilidad para proveer a todos sus clientes de bolsas de tela: se las vendían. Eso si, invocando a la señora ecología, tratando de alcanzar la conciencia de sus clientes, indicando que comprar una bolsa de género protegía el medio ambiente. Lo que constituía una delicada manera de matar dos pájaros de un solo trabucazo.
Como se ve que la iniciativa no tuvo el éxito esperado, tuvieron que afrontar el costo de usar bolsas biodegradables, sin poder recolectar algunas rupias extra por medio de las bolsas de tela.
Ni qué decir de los señores embotelladores de agua que afirman que con cada botella de agua que les compres protegés no sé cuántos metros cuadrados de bosque. Si no compras agua de esa marca sos un desalmado. Otra vez la excusa ecológica para recaudar alguno que otro yen.
Y hay más ejemplos, pero citarlos a todos sería demasiado fatigoso. Y así no ayudamos a la ecología. Sabelo.