miércoles, 1 de diciembre de 2010

MERCADO DE VALORES O PEDOS EN UN CANASTO

De nuevo estoy de vuelta, como dice la canción. Para despotricar un poco, como es mi costumbre.
En este caso el asunto que me joroba son "Los Valores". Así, entre comillas y pronunciando la palabra mientras uno observa al cielo y ahueca la voz. "Los Valores" que ahora, en diversos foros, son reclamados como organizadores de la vida y que de acuerdo al sentido común, basta conocer para practicar y mejorar el mundo. O sea, aquella vieja propuesta: si conoces el bien actuarás el bien. Cosa que nunca ha sido verificada en la práctica.
En primer lugar, y con respecto al concepto "Valores" diré que un valor es algo a lo que el sujeto le otorga una posición de preeminencia en su vida, algo a lo que le da mayor importancia por sobre otras cosas. Un tipo que ama su vehículo y lo cuida hasta la obsesión está expresando que para él, ese auto es más importante que otras cosas de su vida, y actúa en función de tal elección. Por tanto, cuida el auto antes que a nada y organiza su existencia mediante ese parámetro. Then, el señor en cuestión puede expresar, cuando lo consultan en una encuesta, que para él la justicia y el amor encabezan sus prioridades, su "escala de valores", pero en realidad, y en la vida cotidiana, sus prioridades son muy distintas.
Y aquí llego al segundo punto: como buen sartreano, o sea, existencialista, no concibo los valores como entidades alejadas de la práctica. En vulgar castellano, para mi, y para muchos existencialistas como yo, un valor existe en tanto esté en acto. O sea, existe la justicia si se está practicando la justicia. Existe la solidaridad si se está siendo solidario. Considero que los valores no existen como entidades abstractas, sino como actos concretos. Cualquier otra cosa es un énfasis innecesario. Una declaración de principios sin mayor efecto. De tal situación puede dar fe la declamación ampulosa que hacen los "estadistas" en cada una de sus apariciones públicas. Si los hermosos conceptos que vierten sobre las hipnotizadas audiencias se transformaran en hechos, en actos, viviríamos en un mundo hermoso. Pero no es así. Porque no basta conocer el bien para actuar el bien.
Ahora es cuando el científico dedicado coloca la palabra "Ergo". Pero como acá apenas somos pichones de polemistas diremos...
Entonces:
1.-Cuando alguien sale al ruedo y propone cosas como "Educar en Valores" está incurriendo en un argumento absurdo. No hay otra manera, no existe otro camino, siempre se educa en valores. Siempre, indefectiblemente, el educador le enseña a sus alumnos valores. ¿Qué valores? ¿Los valores que se predican como deseables pero que no se practican? No. El educador le enseña a los alumnos los valores en los que él cree, aunque diga lo contrario. Porque el alumno aprende no tanto de lo que dice el educador sino de lo que hace el educador. Si el educador dice que la lectura es "un valor" pero no lee, entonces el alumno, que no se crió boliando pajaritos, no leerá. Por más que se lo predique el docente. Porque en realidad, para el docente, ese valor no existe. Si el docente indica que la solidaridad y el respeto son importantes y se ríe a carcajadas cuando en el programa de Tinelli maltratan al otro para reirse de su desgracia o juegan a la ruleta con la solidaridad, el alumno hará lo que hace el maestro. En este asunto no sirve aquella petición de principio que plantea "haz lo que yo digo no lo que yo hago". En absoluto. El docente, lo quiera o no, le enseña su escala de valores a los alumnos (hablár acá de lo manifiesto y lo latente sería muy bueno, pero un poco denso).
Una cosa distinta sería proponer cambiar los valores que se le enseñan al alumno en la escuela, para lo cuál deberíamos cambiar la escala de valores que practica el mismo docente, no sólo a nivel moral, sino también a nivel intelectual. Sería la única manera por otra parte. Y enseñarle otros valores al alumno implicaría modificar los valores que rigen de verdad la sociedad real y concreta. O sea, lisa y llanamente, cambiar la sociedad puesto que en definitiva, son ésos los valores que se enseñan, no sólo en la escuela.
Se pueden incluir doscientas materias que hablen de valores, pero eso no cambiaría nada. Porque los valores no existen hasta que existen en acto. Y si los valores promulgados como deseables, esenciales, etc. no se objetivan en actos concretos, son pedos en un canasto.
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2.-Hemos visto y escuchado a un montón de chupacirios y aspirantes a serlo, hablar de "valores" para ésto o aquello. También es un argumento fraudulento. Porque no está completo. Deberían sincerarse y decir "Mis valores" para ésto o aquello. Pretender que existen universales llamados "valores" (que no son universales en este caso sino valores individuales que yo postulo como colectivos)  en los que todos deberíamos acordar y luego practicar es un reduccionismo cuasi violento. Y además es transformar las apreciaciones individuales en apreciaciones colectivas vía enunciación de una taxonomía sobre la que supuestamente estamos todos de acuerdo. Ese consenso previo no existe. Así como los valores abstractos tampoco. Los valores están cuando están en acto. De lo contrario son entelequias dignas de un catecismo falible, como todos los catecismos, seculares o divinos. El consenso en éstas condiciones es obediencia. Ni más ni menos.
Los valores surgen de los procesos sociales, son ésos procesos sociales los que deben modificarse para que luego los "valores" muten. No al revés. Pero claro, de esa forma los defensores de esa cosa gaseosa llamada "Valores para ésto o aquello" corren el riesgo de que su propia mirada, que pretenden imponer al resto, sea desestimada por el colectivo. Y se ponen un poco autoritarios. Como hemos podido comprobar.
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Habiendo efectuado estas consideraciones, quedo a su entera disposición, esperando las críticas correspondientes y las refutaciones del caso.
Ténganme piedad, apenas soy un diletante.

23 comentarios:

Daniel dijo...

Claro, me cansé de ver hijos de puta preocupados por la pobreza. Ese valor expresado, mezcla de compasión mezcla de llamado a la acción por erradicarla. Esa demostración quijotesca para las cámaras pone -para el que quiere ver- al desnudo que el mayor valor para esos tipos es la tarasca que se llevan al bolsillo y la que le hacen ganar a los acaparadores de siempre, para lo cual, si es necesario, le pasan con una aplanadora a los pobres (generalmente, es necesario).
Mientras declaman, claro por el valor de la "solidaridad con los desamparados".

Muy buen artículo, Dormi.

José Pepe Parrot dijo...

Unfor:
Si señor.
Agrego, este asunto se parece a ése otro de la Constitución. Ahí, si uno lo mira desde acá, están expresados los valores supremos de la Argentina. Pero resulta que cuando esos valores quieren ser llevados a la práctica se arma un quilombo tremendo.
Además ¿en qué consiste un derecho enunciado que no se puede llevar a la práctica? En un pedo en un canasto.Me puedo pasar la vida diciendo que todo tienen derecho a una vivienda, a salud y trabajo, pero si no le proveo o proveo los medios para que eso ocurra, lo dicho es un enunciado sin sentido, carente de carnadura real y concreta. Una expresión de deseos que calma la conciencia mientras seguimos pasando la aplanadora.

Alejandro Bresler dijo...

Muy buen post. Yo tengo muchos reparos a tu llamado a personalizar los valores. Mmmmmm... "Mis" valores no me parece una frase feliz. Los valores no son universales, pero (menos aun) tampoco son individuales; son sociales, históticos, situados. El punto 1 está fenómeno. Es así, tale cuale.

José Pepe Parrot dijo...

Alejandro:
Ese segundo punto se refiere al acto de universalizar los valores individuales que usan varios tipos o tipas como la Hotton pongo por caso.
Tiene absoluta razón con respecto a la condición misma de los valores: son sociales, históricos, situados. Y colectivos en tanto brindan referencias acerca del mundo, una cosmovisión por llamarle de alguna manera. De alguna forma son emergentes de un proceso social, no es posible imponerlos como quien impone las manos y produce un milagro. Por eso, más que solicitar su individuación, lo que postulo es que se hace necesario cambiar, modificar el proceso social de donde aparecen esos valores. Por aquello ya dicho muchas veces sobre la determinación en última instancia.

ram dijo...

Bueno, para mí, en la escala de mis modestas pretensiones quisiera que en las escuelas se enseñaran bien algunos "valores", la gramática, la ortografía, la correcta redacción e interpretación de textos.
Ni siquiera es mucho y, menos todavía, carga con el sanbenito de "la moral"... es un grupito de "valores" básicos de escuela nomás y la poca bola que se le da.
Después ya en términos "morales" nos chorrean los "valores", la hipocresía, la impostura, la mentira descarada y el largo etcétera que solemos disfrutar, especialmente de los medios y los hijos de su madre a ellos asociados - Si uno tiene algún valor, no necesita "hablarlo", lo tiene o no lo tiene, lo practica o se hace el otario, la verdad es que somos grandecitos, nos conocemos bastante y no somos tantos como para que ciertas cosas se nos confundan por la multitud. Eso sí, hay que tener "valor" para decretar que doñarosa legrand es una "embajadora cultural" y ahí los ve, tan orgullositos ellos de semejante mamarracho. Y le apuesto 5 a 1 que a pedir "valores", a ésos no les gana naides..

Moscón dijo...

Estoy de acuerdo con el post.
La solidaridad es un valor.¿Estamos seguros que es un valor?,si,porque es la manera de ayudarnos entre todos.Que bien.Pero también es una manera de sostener un status quo injusto,en donde el poderoso estruja y el pobre aguanta compartiendo con otro lo que a el mismo no le alcanza,y el poderoso se solidariza con sus iguales porque sabe que el también puede caer y necesitar ayuda de sus pares.
La frutilla de esta torta es la limosna dada en caridad,que como decía(me paro y me saco el sombrero)don José Ingenieros,"La caridad es invérsamente proporcional a la justicia".
Cuando hay una catástrofe y mangan ayuda solidaria,y uno va como un gil y compra seis botellas con agua,está siendo solidario con el sufriente pero engordando las ganancias del vendedor de agua.

José Pepe Parrot dijo...

Ram:
Leí en un libro de Le Carré, en "La Casa Rusia" una frase genial: "Hay que ser un héroe para ser un ser humano decente".
Creo que la podemos aplicar a esta circunstancia.

José Pepe Parrot dijo...

Moscón:
Si, los dos coincidimos con Ingenieros.
Calculo que la primera solidaridad real consiste en el reconocimiento del Otro como un Otro, con una existencia concreta, humano, falible, sufriente, sonriente, etc.
Quitarle el anonimato.
Aunque de ese tema trataré de ocuparme uno de éstos días, del proceso de anonimización como fundamento de la explotación.

Mauro dijo...

Bueno, ante todo, muy buen post. No sé si tengo mucho más para agregar, pero puedo decir que a veces los valores funcionan de manera inversa: como ya le dije en alguna ocasión, en cierta escuela a la que solía ir, los directivos se esmeraban en evitar hablar de dictaduras, al punto de que cuando algún docente trataba de tocar el tema (que tenían totalmente prohibido) al rato había escándalo, amenazas y en muchos casos "renunciaba". Tanto silencio resulta demasiado sospechoso, porque basta caminar un rato para encontrar, por ejemplo, una placa a la vuelta del colegio recordando a un desaparecido; o las clases de historia o cívica, que en algunos casos no se podía hablar de absolutamente nada. Todo eso se vendría a convertir en un ejemplo, pero el de lo que no hay que hacer.

ram dijo...

Nooooo! así que ahora cada vez que aparezca por acá, lo "voy a ver" como Sean Connery.
Todo bien con le Carré, mejor con la Michelle Pfeiffer, pero usted de escocés? No, es una demasía.
Obvio, para algunos la caradurez es un "valor".
Hablando de valores, y del librito que menciona, hay que animarse a escribir una novela de amor, mezclando espías y burocracias soviéticas con yanquis nabos de la CIA que solo sirven para poner plata y hacer el ridículo. Gran valor don Le Carré.

José Pepe Parrot dijo...

Mauro:
Es muy buen ejemplo el que cuentan. Los tipos seguramente hablaban de la justicia, de la patria y cosas así, pero ordenaban quedarse callados en torno a la dictadura. Con lo que, esos primeros "valores" enunciados quedaban derogados por sus actos.

José Pepe Parrot dijo...

Ram:
Soy un fiel seguidor de Don Le Carré. Sin ser escocés o pretender serlo (aunque según varios angloparlantes, mi señora concubina que habla inglés ferpecto tiene acento escocés) debo decir que el libro que me sigue volando la peluca del autor antes mencionado es "La Chica del Tambor". Calculo que es un libro sobre espionaje casi perfecto. Eso si no estuviera "El Espía que vino del frío" que curiosamente, también es de Le Carré.

Mordi dijo...

Usté sabe, muchos años antes de que JP Sartre hubiera nacido, San Pablo explicaba esto mismo en sus cartas. Para San Pablo, la fe necesitaba de las obras. En la Carta de Santiago, también Nuevo Testamento, se enuncia "Mostrame, si podés, una fe sin obras. Yo, por mis obras, te mostraré mi fe".
Estos tipos de "Valores para mi país" y otros valorizadores se la pasan hablando de textos religiosos, pero, curiosamente, omiten esta parte de la prédica por el ejemplo.
Puede agregar la calificación que dio la diputada Hotton a sus proyectos, llamados por la autora "proyectos del corazón".

José Pepe Parrot dijo...

Mordi:
Si, la tenía clara San Pablo.
Es cierto, los valorizados escamotean el asunto de las obras.
Porque les conviene.

Espartaco dijo...

Se está usted metiendo en terrenos peligrosos, o por lo menos pantanosos (al tratar el tema tan "lisa y llanamente").

Para quienes piensan que ser de izquierda es ser -en el sentido latino de la palabra: radix- radical (la Wikipedia, gran promotora del valor Prudencia, aconseja: No confundir radical con fanático -extremista irracional), efectivamente: "enseñar otros valores implicaría modificar los valores que rigen DE VERDAD la sociedad real."
Que rigen (y que mueven) EN LOS HECHOS esta sociedad. Pero, como le decía, esas son palabras mayores.

La discusión acerca de la universalidad - particularidad y abstracción - concreción de los valores es ya un poco vieja pero plenamente vigente. Usted está en lo correcto, pero permítame poner un caso:
Tomemos por ejemplo el caso del 'valor' (o conjunto de valores) llamado DD.HH
La concepción que fundamenta este instrumento político (porque en eso se ha convertido, eso es EN CONCRETO) es aquella que enfoca al individuo como el centro de la historia, no las masas. (La persona humana es el fin supremo del Estado dicen pomposamente sus constituciones); es la concepción de los derechos inmanentes, propios de la “naturaleza humana”.
Pero, existe tal cosa llamada naturaleza humana, así en abstracto? Existen las cosas en abstracto?. Las cosas siempre tienen una existencia concreta, específica, definida.
Existe, por ejemplo, la "naturaleza humana" del oligarca (de la City o Wall Street), así como la "naturaleza humana" de un campesino andino, etc. siempre en concreto.

Así que, en síntesis, los valores tienen una existencia concreta. Una naturaleza relativa y esto significa: tienen un signo político, una utilidad politica (en el sentido profundo; no politiquera); un sello de clase. Tomemos el valor Justicia: lo justo en esta sociedad es rajarle la cabeza al debil; llevarse la parte del león y dejar migajas, es no solo lo justo si no lo deseable para las corporaciones, y sus apologistas.
Tienen una naturaleza, un recorrido histórico: lo que fue permisible antes ya no lo es hoy (la poliandría, o el incesto por ejemplo).
Y una naturaleza social: Un hijo obediente (valor deseable en la "célula basica" de la sociedad), un buen hijo, puede ser una mal prójimo (si los padres le han inculcado no socializar con extraños, y esto hace que le de la espalda a un indigente que pasa por su puerta).

Anónimo dijo...

Che ¿no era que los valores no existen, los valores valen?...

José Pepe Parrot dijo...

Espartaco:
Correctas apreciaciones.
Por eso mismo, los valores en acto son contingentes al momento histórico. Insisto en mi condición de existencialista, no conjeturo una naturaleza humana previa, ni un plan predeterminado, la naturaleza se construye como proyecto y es en tanto sea en acto.
Acá tendríamos que tallar finito sobre el asunto ése que menta "El Ser y La Nada" y nos perderíamos en una charla que necesita más espacio.

José Pepe Parrot dijo...

Anónimo:
Lo habrá podido leer más arriba, un valor es algo a lo que el sujeto le da importancia por sobre otras cosas. Y ese darle importancia es un acto que se expresa en el acto mismo de darle mayor importancia. Por ejemplo, si el sujeto considera que ir a la cancha es más importante que visitar a su novia, irá a la cancha y en el acto de ir a la cancha el valor existirá porque el sujeto tomo una decisión al respecto y la ejecuto. Y podrá decir que es más importante su novia, pero no será cierto porque el acto que es el valor que se conjuga en el existir no tuvo lugar.
Necesita ser existencialista para entenderlo, no esencialista, eso sí.

Jorge Mux dijo...

No leí los comentarios anteriores (quizás ya hayan dicho lo que voy a decir ahora), pero:
1. Si se propone una materia específica en los "valores esenciales", significa que en el resto de las materias no se enseña ningún valor esencial.
2. Como buen sartreano, seguramente observaste lo absurdo de ese "esencial". No sólo no hay acuerdo en cuanto a cuáles son los valores "esenciales", sino que el propio concepto de esencia es, en este y en cualquier otro caso, problemático.
3. Existe una asignatura que es "filosofía", dos de cuyas ramas (la ética, y también la estética)estudian valores. ¿Pretende reemplazar la filosofía por... por qué exactamente?
4. ¿Qué es lo que hay que enseñar con respecto a los "valores esenciales"? Excepto una enumeración arbitraria y abstracta, cualquier otra cosa (aprender a llevarlos a la práctica, estudiar su naturaleza o su "esencia") son tareas filosóficas, correspondientes a la ética. ¿Quieren incorporar la filosofía a los planes de estudio? Pues ya está, señores.

José Pepe Parrot dijo...

Jorge:
Ud. lo ha dicho.
Ahí está la Etica para estos menesteres.
De lo que se deduce lo que Ud. cita en el punto 4, la asignatura "Valores" consistiría lisa y llanamente en una especie de adoctrinamiento arbitrario sobre cierta cantidad de "valores" establecidos por vaya a saber quién.
Y por supuesto que centrar la enseñanza de "Valores" implica desconocer el laburo de las otras asignaturas.
El punto 3 me parece central. El reemplazo propuesto es un reemplazo light, es transformar la reflexión y el análisis en la lectura lineal y bobalicona de una cierta cantidad de textos o cosas parecidad cuya complejidad linda con los libros de autoayuda. Por lo tanto, tenemos un problema mayor, dado que estamos reemplazando el pensamiento por un adoctrinamiento light que, so color de un supuesto esencialismo, reduce el espectro del pensamiento en vez de ampliarlo.

Espartaco dijo...

Si propusiéramos cambiar A, deberíamos cambiar B. Incorporar cosas que están ignoradas implicaría modificar cosas consagradas.

Y por qué no superar los condicionales y pasar de nivel (al menos en el campo teórico)?
El nivel pedagógico, curricular tiene su importancia sin embargo mucho mas trascendente y "esencial" es el nivel al que llegaríamos (al menos en el plano teórico, digo) si se cumplieran las "implicancias" insinuadas.

Pero, incluso en el nivel curricular, el problema no es tanto la incorporación del tema Valores. Al fin de cuentas, más que lo que se enseñe es cómo (y para qué) se enseña.
Cuando se habla, cuando se enseña biología también se habla de química. Igual sucede con la geometría y la aritmética; así que puede ser una redundancia "Educar en valores" pero vale la pena enfatizarlos, hacerlo no desconocería el campo de otras asignaturas.
Y, si bien es cierto los valores no pueden reducirse a simples abstracciones teóricas, pues el hombre es un ser actuante, operante también es un ser pensante; necesita la teoría que podría consistir, por ejemplo, en utilizar biografias de personajes ejemplares en predicar (y aplicar) tal o cual valor.
Es decir el problema más importante es el enfoque, el uso la orientación de esa Educación en Valores.

ram dijo...

Dormi, lo del escocés corría por Sean Connery.
Sí parece que somos seguidores del mismo escritor (y ex espía) Le Carré, tengo casi todos sus discos y algunas películas - la del "Espía que vino del frío" con Richard Burton y en sesentista blanco y negro - o las miniseries de "La gente de Smiley" y "El Topo" con Alec Guinnes haciendo de Smiley.
"La chica del tambor", cometí el grueso error de prestarla y la muy guacha me abandonó para siempre - buena historia pero mis preferidas son las de Smiley, encuentro fascinante esa descripción del espía/jefe muy inteligente, muy cornudo, muy complicado y muy rutinario - esa mezcolanza extraña que, esto es pálpito mío, debe describir más a un tipo real que a un ser ficcional.

Espartaco dijo...

A usted que le encantan los temas "existencialistas" aquí un videito donde hablan un poco de eso; y de cómo en Francia están enseñándole Filosofía a los niños desde los 4 años, pues "la crisis es un terreno fértil para la filosofía"
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2010/12/101130_video_filosofia_francia_sao.shtml