jueves, 30 de diciembre de 2010

FRIGIDEZ GASTRONÓMICA

El límite entre el snobismo y la estupidez es delgado.
Muy delgado.
Preguntale a Carolina Aguirre.
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6 comentarios:

Daniel dijo...

uyyy, eso de "grasa", mmm para mi que es culinarismo racista ésto.

Dormi; aquí me acuerdo de usted, y biennn:

http://elaguantepopulista.blogspot.com/2010/12/feliz-ano-amigos_30.html

José Pepe Parrot dijo...

Unfor:
Es que a mi me critican las tortafritas y me vuelvo loco.

Ahí paso por allá.

ram dijo...

Claro, y mandarse una ensalada de rúcula, queso de cabra y mandarina con esferas de carne picada, debe ser la gloria. Para no decir "almóndigas" con esa porquería.

José Pepe Parrot dijo...

Ram:
A mi estas pretensiones de la comida gourmet me causan mucha gracia.
Para mi hay dos cosas que definen al morfi: su calidad misma y su abundancia.
Las muestras gratias y esas mescolanzas sospechosas no me agradan demasiado.
Paladar de pobre tengo.
Adiestrado en guisos y milanesas con puré.

Sujeto dijo...

Coincido con usted, Dormi.
Muy bien elegido el título del post, por cierto.

José Pepe Parrot dijo...

Sujeto:
Yo creo que esta muchacha adolece de esa enfermedad. Un pretendido savoir faire impostado que mira el mundo con la napia apuntando pal techo.
Y denigra por "grasa" todo aquello que no tenga otra pretensión que ser comida. Una milanesa que es milanesa le da pavor, ahora, si es carne envuelta en halo de huevo y astillas de pan, la cosa cambia. Ahí Carolina aprueba con la sabiola.
Nunca alcanzará esta señorita un orgasmo gastronómico como Tutatis manda. Eso se lo garanto.