Aquella frase de la serie "Fama" se ha transformado en un lugar común. "La fama cuesta y aquí es donde empiezan a pagarla..." decía una profesora blandiendo un bastoncito. Sabemos lo que cuesta llegar a ser famoso. La de cosas que hace la gente para llegar a ocupar la consideración pública. Pero lo de este muchacho me parece un exceso che.
Tratemos de no difundir esta información. Imagínense la fila de aspirantes a famosos que inmediatamente van a comenzar a llenar la solicitud para la transacción mencionada. El maligno es el maligno, pero también se cansa.
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