jueves, 29 de octubre de 2009

LA Ñ TAMBIEN ES GENTE

El concepto "Relaciones Carnales" fue pergeñado por Guido Di Tella (comando civil de la Revolución Libertadora entre otras cosas) e indicaba que la doncella, Argentina, se había levantado la falda o bajado el pantalón (como Ud. quiera) y dejaba que la violaran con la mayor de las sonrisas. Sonrisa simulada por otra parte, dado que el dolor en el tujes era real y palpable.
Pese a que esta tesitura de las relaciones carnales se abandonó dado que el culo no daba para más, algunos ¿periodistas? siguen insistiendo con el tema.
Uno de los que sigue llevando la propuesta como un estandarte es Andrés Oppenheimer. Basta recorrer sus columnas de "opinión" para comprobar que Andresito se baja los lienzos hasta los tobillos cada vez que se lo pide el vecino del norte e incluso se los baja cuando no se lo pide, por las dudas ¿vió?.
Y Andresito se entrega en todos los ámbitos. Incluso en el de su propio idioma. Oppenheimer está dispuesto a denigrar su propio idioma a los efectos de agradar a los muchachos angloparlantes.
Obsérvese la forma en que Andrés bastardea al Español desde las páginas de The Nation en este articulete:
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"La Real Academia Española (RAE), que, desde 1713, regula la lengua española, evalúa seriamente eliminar antes de fin de año los acentos de las palabras "éste", "ése" y "sólo". En este momento, esas palabras llevan acento cuando se les emplea en ciertos casos y no en otros, lo cual es un verdadero dolor de cabeza para muchos."
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Creo que el principal dolor de cabeza proviene de la cabeza de Andresito. Estos hispanoparlantes prehistóricos que no aprenden inglés, que es un idioma civilizado y moderno.
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"Además, en un futuro próximo la RAE podría adoptar oficialmente las versiones fonéticas de palabras inglesas como marketing , parking y sex appeal .

El Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE, que es una especie de diccionario no oficial de términos usados frecuentemente y que están siendo considerados para ser admitidos en el diccionario oficial de la RAE, ya ha aceptado "marquetin", "parquin" y "sexapil"."

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Alegría de Andresito que salta de contento. El Castellano se parece cada vez más al inglés. Viva viva. ¡Hurry Up!!!

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"Las palabras viajan mucho más rápido hoy, por Internet y por los viajes -dijo García de la Concha-. Para sobrevivir, una lengua debe ser usada por un gran número de personas, tener un idioma unitario y estar actualizada con la tecnología."

La tendencia a simplificar la lengua española no es nueva. La Academia ya ha eliminado acentos de verbos muchos años atrás. Pero ahora pretende eliminar las tildes de palabras usadas mucho más frecuentemente cuando éstas no sean indispensables para marcar la tonicidad"

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Más festejos de Andresito. Lo vemos parado encima de su escritorio con una banderita de barras y estrellas, preparándose para lanzar petardos el 4 de julio.

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"Mi opinión: me alegra ver que la institución esté tratando de simplificar y modernizar más rápidamente la lengua española."

"Las palabras "fútbol", del inglés football , o "mitin", de meeting, hoy día son parte de la lengua hispana, sin que a nadie le choque. Y el intento de eliminar los acentos debería ser más que bienvenido: en la era de Internet y de mensajes de texto, donde casi nadie usa las tildes, estas últimas se están convirtiendo, cada vez, en más obsoletas."

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Toda la perorata se podría resumir en una sola oración: para Andresito mientras más se parezca el Castellano al inglés, mucho mejor.

No queda más que contestarle a este energúmeno con un hermoso texto de María Elena Walsh.

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La ñ También es gente

La culpa es de los gnomos que nunca quisieron ser ñomos. Culpa tienen la nieve, la niebla, los nietos, los atenienses, el unicornio. Todos evasores de la eñe. ¡Señoras, señores, compañeros, amados niños! ¡No nos dejemos arrebatar la eñe! Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración. Ya nos redujeron hasta la apócope. Ya nos han traducido el pochoclo. Y como éramos pocos, la abuelita informática ha parido un monstruoso # en lugar de la eñe con su gracioso peluquín, el ~. ¿Quieren decirme qué haremos con nuestros sueños? ¿Entre la fauna en peligro de extinción figuran los ñandúes y los ñacurutuces? ¿En los pagos de Añatuya cómo cantarán Añoranzas? ¿A qué pobre barrigón fajaremos al ñudo? ¿Qué será del Año Nuevo, el tiempo de ñaupa, aquel tapado de armiño y la ñata contra el vidrio? ¿Y cómo graficaremos la más dulce consonante de la lengua guaraní? “La ortografía también es gente”, escribió Fernando Pessoa. Y, como la gente, sufre variadas discriminaciones. Hay signos y signos, unos blancos, altos y de ojos azules, como la W o la K. Otros, pobres morochos de Hispanoamérica, como la letrita segunda, la eñe, jamás considerada por los monóculos británicos, que está en peligro de pasar al bando de los desocupados después de rendir tantos servicios y no ser precisamente una letra ñoqui. A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, sólo porque la ñ da un poco de trabajo. Pereza ideológica, hubiéramos dicho en la década del setenta. Una letra española es un defecto más de los hispanos, esa raza impura formateada y escaneada también por pereza y comodidad. Nada de hondureños, salvadoreños, caribeños, panameños. ¡Impronunciables nativos! Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece. Algo importante, algo gente, algo alma y lengua, algo no descartable, algo propio y compartido porque así nos canta. No faltará quien ofrezca soluciones absurdas: escribir con nuestro inolvidable César Bruto, compinche del maestro Oski. Ninios, suenios, otonio. Fantasía inexplicable que ya fue y preferimos no reanudar, salvo que la Madre Patria retroceda y vuelva a llamarse Hispania. La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software. Luchemos para no añadir más leña a la hoguera dónde se debate nuestro discriminado signo.

Letra es sinónimo de carácter. ¡Avisémoslo al mundo entero por Internet! La eñe también es gente.


13 comentarios:

vae dijo...

Hace ya años escuché en una conferencia a Emilia Ferreiro (especialista en educación, sus trabajos se basan principalmente en la comprensión del proceso evolutivo de adquisición de la lengua escrita), decir que conservar la ortografía (sobre todo las marcas por arriba y por debajo de las letras -acentos, diéresis, patita de la ñ, etc.- marcas prácticamente no contempladas por los teclados) era una de las maneras de resistencia a la dominación.
Mi hija sufrió las consecuencias del impacto que me produjeron sus palabras. He visto pocos niños escribir prácticamente sin errores, tanto, que a veces le consulto a ella…

Oscar dijo...

¿Habrá algún sueco que escriba proponiendo eliminar la enorme cantidad de signos que en ese idioma difieren de las simples letras? ¿Algún brasileño querrá escribir voce, Sao o graca sin poner los signos correspondientes? ¿O somos nosotros, solamente...? Qué feíto...

José Pepe Parrot dijo...

Vae:
Pienso lo mismo.
Entre las frases que encontré y que casi fue el título de este textito estaba "El idioma es la patria" de Albert Camus.
Don Andrés tiene una sola patria, EE.UU., para esa patria labura y contribuye.
Ciertamente, conservar el idioma tiene que ver con resistir a la dominación. No entregar el sentido común a tan bajo precio, seguir construyendo nuestras propias representaciones.
La excusa más utilizada por estos neocipayos son las "nuevas tecnologías".
Y muchos compran ese argumento. Incluso los docentes que recortan su idioma y lo empobrecen. Especímenes que pululan lamentablemente. El otro día me contaban que una Directora de Secundaria dijo, muy oronda: "Los chicos PRODUCIERON manteca".
Que lo parió.

José Pepe Parrot dijo...

Oscar:
No. Definitivamente no. Mucho menos el alemán o el francés o el inglés incluso. Pero para un colonizado como Oppenheimer, el inglés ya es una lengua moderna y tecnológica y el español no.
Y al decir ésto olvida la historia de dominación y entrega que nos recubre.

José Pepe Parrot dijo...

Pero la olvida a propósito, sin duda alguna.
Y por un precio, seguramente.

Mariam dijo...

Como ya te dije "Cuando a un pueblo lo despojan de su lengua, su alma queda desconcertada"

Al señor, ni le preocupa. Ya no tiene alma.

Ringo dijo...

Eso de que conservar el idioma es resistir me suena feo... Seguiríamos hablando como el Mío Cid, entonces...
Sin embargo, ocurre que cuando uno lee el Quijote, siente ese castellano antiguo (no discrimino a la diéresis, sólo que no la encuentro) como un idioma extranjero. O al menos eso me pasa a mí. Y con el lunfardo, ¿que hacemos? ¿Pujamos por la conservación de la lengua? Qué hacemos con este tangazo, por caso?:
"En un bondi color humo,
que al trocén se dirigía,
presencié una fulería
que resultó una función.
Vi como un pobre chabón
palpándose la sotana,
le batió a un punga la cana,
y éste, al verse acorralao,
buscaba desesperao
aligerarse del paco,
fruto digno del atraco
que le fuera deschavao."

Y ojo, no trato de decir que estoy a favor de eliminar a la Ñ o a los acentos mencionados por el gusano, ni mucho menos de negar las dominaciones que cristalizan en la lengua. Pero digo: no hay que ser purista ni esencialista, ¿no?
En conclusión, podríamos decir que opino que la RAE, Oppenheimer y sobre todo, García de la Concha, me degustan el escroto, como debió haber dicho Maradona, para no hacernos quedar mal.
Genial el texto de María Elena Walsh

Pocomancha dijo...

No pueden quitar los acentos, entonces, ¿qué particularidad le quedará al idioma español, para nosotros el castellano, aparte de la eñe, que tengamos que estudiar en las escuelas?

¡Válgame Dios, con lo viejos que son algunos académicos y pensando en idioteces!, creo que ni Luis María Ansón, ni Ana María Matute hagan o piensen tal cosa.
Saludos amigo.

José Pepe Parrot dijo...

Mariam:
No. Ya no tiene alma.
Tiene precio.

José Pepe Parrot dijo...

Ringo:
No. No es la defensa del purismo del idioma. Es, creo, la defensa de las particularidades del idioma. Particularidades que a Andresito no le interesan.
El lunfardo por supuesto que es parte del proceso, así como también los acentos o la ñ. Pero Oppenheimer quiere sobre todo, "modernizar" y para él modernizar es parecerse al inglés. Pensando que el inglés es ya, per se, moderno.
Hace algún tiempo Don García Márquez se lanzó contra la ortografía y la gramática, y no dejaba de tener algo de razón. Pero no hablaba de simplificar la lengua, más bien de comprender su evolución.
Si por Internet fuera o los mensajes de texto, ya deberíamos estar hablando en monosílabos.

Eso, justo eso debería haber dicho Maradona. Jaime Baily dice cosas peores, pero con una "educación"...

José Pepe Parrot dijo...

Pocomancha:
Ahí está el asunto.
"Simplificar" el idioma porque a muchos "les cuesta" no es modernizarlo, es destruirlo.
Contemplar los procesos lingüísticos de cada país e ir incorporando o no, esos nuevos vocablos en un compendio que recorre el castellano es otra cosa.
Lo que sugiere Oppenheimer es destruir y festeja la destrucción alborozado.

Ringo dijo...

A eso me refería Dormidano. Pero es muy distinto hablar de las particularidades de la lengua que de la conservación de la misma. Eso me huele a perfume de vieja, diría cierto cuñado de cierto amigo. Había interpretado mal el comentario de Vae y su respuesta.
Una vez aclarado este punto, lo dejo seguir mamando.
P.D: Sobre la conservación de la lengua y los sociolectos hay un sketch fenomenal de Capussotto, el del tipo del Ministerio de Educación. Ahora no puedo buscarlo porque yo también la tengo atroden, como García de la Concha.

José Pepe Parrot dijo...

Ringo:
Cierto.
Ese muchacho, García de la Concha, no tendría que venir a Argentina. Sería demasiado cruel...