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martes, 25 de octubre de 2016

NO VIOLENCIA ACTIVA: #BoicotNiUnaMenos

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Pasemos al ataque:
Pasada ya la fase expositiva, el exordio digamos, hagamos operativa la consigna #NiUnaMenos.
Somos, como ya se sabe, orejones del tarro, apenas, a lo sumo, por lo cuál tendremos que apelar a la fuerza colectiva para que la fase ejecutiva tenga algún sentido y algo de éxito. No podemos dictar leyes, vetarlas, modificarlas o hacerlas cumplir. Tampoco propinar justicia por mano propia.
Pero hay, si uno tiene ganas de que el #NiUnaMenos pase de la fase epidérmica a la realidad concreta, una serie de acciones que se pueden emprender, que están al alcance de todas y todos. Acciones para las que no hay excusas porque no requieren actitudes heróicas, se pueden llevar adelante resguardando el anonimato y sin comprometer el escracho públicamente, por lo que no suscitarán reprimendas o medidas coercitivas públicas o privadas. O sea, el asunto posee una cantidad de ventajas inusitadas.
Y, si se ejecutan colectivamente, con la misma fuerza que se puso de manifiesto en la marcha #NiUnaMenos de octubre, tendrán efectos inmediatos y mediatos.
Una palabra podría resumirlas: Boicot
Una de las cosas que quedó a la vista con este asunto es el rol de los medios de comunicación y la publicidad en la conformación de estereotipos femeninos que cosifican a la mujer, la convierten en un objeto de placer, de limpieza, de culpa, etc, abonando la violencia de género a través de la violencia simbólica. Por eso, atacar el meollo de este asunto es imprescindible.
Ya hemos dicho que no tenemos el poder para castigar jurídicamente la actuación de los medios de comunicación ni de la publicidad en este sentido. Además sería contraproducente, dado que el cambio punitivo no produce necesariamente un cambio cultural. Por tanto propongo una acción un poco menos espectacular pero mucho más efectiva.
Un boicot generalizado a productos, programas, medios, revistas, programas de radio, de televisión, etc., que usen estereotipos femeninos cosificadores en su contenido para promover su imagen, aumentar las ventas y mejorar el rating.
Pongo ejemplos:
1.-La cerveza Schneider que usa la imagen de una mujer a la que se le lanza una cerveza
2.-La empresa Personal que para promocionar el Personal Fest usa la imagen de una mujer lanzando su corpiño con un arco.
3.-Las revistas Para Tí, Gente, Cosmopolitan, Ohlalá, etc. por promover la figura de la mujer adorno, objeto sexual, vengativa, frívola, y sigue la lista.
4.-Los programas de chimentos en donde la figura de la mujer es denigrada desde todos los ángulos, incluso por mujeres.
5.-Los programas  en donde le cuerpo de la mujer es usado como un objeto de exhibición.
6.-Los programas infantiles y los canales infantiles que insisten con la mujer princesa.
7.-Todos los artículos que se promocionan en esos programas mediante Publicidad No Tradicional.

Solo siete ejemplos, pero hay más. El punto es no legitimar de ahora en adelante todo medio o publicidad o programa o publicación en donde la mujer sea tratada como un objeto y dejar de consumir los productos asociados a violencia simbólica contra la mujer.
Como verán este boicot no necesita acciones heróicas, ni identificación, ni tendencias en twitter, ni memes en facebook. Solo necesita acción. ¿Qué acción? No consumir los productos descriptos. Simple y sencillo. Ni siquiera la propuesta es no consumir sino reemplazar los productos que usen la violencia de género como medio de venta por otros productos que no recurran a ese dispositivo.
Con respecto a los programas en los medios de comunicación: dejarlos sin audiencia.
No debería ser complicado, no requiere un esfuerzo fenomenal.
Y con esto le das  justo donde les duele: en la recaudación.
Con toda la energía colectiva que mostró la marcha del otro día calculo que se podría modificar desde lo microsociológico la estructura, dado que una empresa que ve descender abruptamente su volumen de ventas tiene que replantearse sus estrategias.
Incluyo a mujeres y hombres, porque también los hombres, que mostraron su solidaridad con el #NiUnaMenos pueden contribuir a este boicot con mucha contundencia, pensando que casi todos los productos destinados al público masculino usan a la mujer como gancho: por ejemplo las promotoras en las carreras de autos, en la publicidad de bebidas varias, en los programas de deportes en donde apelan al humor machista para lograr audiencia, etc.
Otra cosa: para que tenga efecto el boicot no puede durar un solo día o un par de horas. Tiene que ser por tiempo indeterminado. De esa forma servirá como castigo para unos y premios para los otros, dado que la suspensión de consumo de un producto no puede derivar en otra cosa que en prejuicio económico de sus fabricantes, y los prejuicios económicos, ya sabemos, son los únicos que preocupan a varios por ahí.
Supongo que si llevamos adelante este boicot silencioso podremos dar un paso decisivo en la búsqueda del #NiUnaMenos.
Convertiríamos las palabras en hechos, pasando de la denuncia a la acción, con recursos que tenemos a nuestro alcance y con una contundencia notable.
Entonces ¿ponemos en marcha el boicot?
Escucho propuestas.