Esta conversación tuvo lugar en el costado izquierdo de un campo en flor. Dos vacas tradicionales, la Vaca Aurora y la Vaca de Milka charlaban acerca del futuro inmediato en estos términos:
-Te digo que no vayas Aurora, te van a faenar.
-Pero no Milka, la chica del frigorífico, esa con cara de muy buena, me dijo que no nos van a faenar, que nos llevan a un lugar mejor, porque en este campo ya no se puede vivir.
-Escuchame una cosa Aurora: te la pasas comiendo pasto fresco, tomando agua limpia, te vacunan todas las veces que haga falta, pudiste cambiar el cencerro dos veces este año ¿cómo que no se puede vivir?
-Es que el encargado del campo es un prepotente que no nos escucha...
-Pero si está todo el día tratando de que el campo no se quede sin pasto, revisando el molino, llamando al veterinario cuando hace falta...
-Igual, yo merezco otra cosa, soy la vaca Aurora ¿entendés? No soy cualquier vaca, no soy como esas vacas anónimas medio flacuchas que ahora se dan aires porque comen tres veces al día y les ponen vacunas, yo no soy igual a ésas
-Pero si hasta hace poco estabas piel y huesos Aurora. Hasta que no llegó el encargado actual apenas veías comida en la revista Chacra
-Es lo menos que puede hacer ese soberbio
-Pero nadie te había tenido tan rozagante nunca...
-Yo engordé gracias a que como, si yo no comiera y no fuera la vaca Aurora no pasaría nada. Estoy así porque me rompo la lengua comiendo
-Pero sin comida tu lengua no serviría para nada
-Yo merezco más Milka: no puedo compartir mi pasto, mi delicioso pasto con esas vacas recién llegadas que no tienen ningún derecho. Apenas si son vacas. Que se busquen ellas su propia comida, que aprendan, que hagan como yo hago...
-Aurora: vos comés porque el encargado se preocupa de que tengás comida
-Si, pero debería dejar de darle de comer a esas arribistas que no contribuyen y degeneran la raza
-Te repito Aurora: no subas a ese camión, te van a trozar
-¿Por qué te anticipás Milka? Estás prejuzgando, no sabés lo que van a hacer los del frigorífico y ya los condenás
-Es que un frigorífico más que nada mata vacas, las corta en pedacitos y vende esas porciones en las carnicerías, vos sos una vaca, si te llevan al frigorífico no creo que sea como empleada administrativa
-Eso decís vos porque tenés metida una ideología que te enseñaron esos, los encargados del campo de vacas lecheras. Ellos dicen lo que dicen para que nosotros no progresemos, para que seamos siempre lecheras
-Aurora: el dueño del frigorífico declaró en la radio local que van a incrementar las ventas de carne de vaca y para eso van a recurrir a todas las vacas lecheras que puedan conseguir
-¿Quién te contó éso? Son rumores para crear miedo Milka, para que no cambies, para que sigas dándole de comer con tu esfuerzo a todas esas vacas de pedigree dudoso que trae el encargado, obligándonos a compartir el campo con ellas, puaj.
-No Aurora: si visitás la página del frigorífico dicen que faenan vacas y nosotros somos vacas...
-Pero no somos cualquier vaca, somos vacas con status, con derechos, con historia y tradición, a nosotros no nos van a tocar. Nos llevan para ponernos en un spa, allí podremos dejar de sufrir como vacas todos los días, dándole leche al encargado para que la ande regalando por ahí.
-Aurora, abrí los ojos: si te subís a ese camión vas a terminar convertida en puchero de olla.
-No Milka, yo le creo a esa chica de ojos tiernos que me pidió que tuviera confianza.
-Aurora: en el frigorífico están afilando los cuchillos, escuché a los empleados hablando de lo que van a hacer con las vacas que lleguen
-Esos son inventos del encargado, yo me voy, quiero cambiar, quiero una vida mejor, quiero construir un futuro en donde participemos todos: las vacas, el dueño del frigorífico, los empleados del frigorífico, sin divisiones, sin conflictos internos, sin peleas simuladas. Hay que olvidarse Aurora de la ideología de los encargados de campos con vacas lecheras, tenemos que unirnos, consensuar, apostar al diálogo
-Aurora, te van a matar, sos la materia prima de un frigorífico porque sos ¡una vaca!
-No Milka, estoy cada vez más convencida, apenas llegue el camión del frigorífico me subo y listo
-Aurora, no vas a durar ni dos días
-Estás exagerando, la vida va a seguir igual
Ante la necedad de Aurora, Milka se alejó meneando la cabeza, con la impotencia de quien le habla a una vaca que no quiere escuchar y que ve solo lo que quiere ver.
En el frigorífico se frotaban las manos y la chica de ojos tiernos trazaba un mapa de cortes exportables sobre una foto de Aurora.