Mientras en el país está todo bien, todo marcha sobre ruedas, tiramos manteca al techo, tocamos el cielo con las manos, cantamos alabando nuestra buena fortuna, etc., el estadista que dice gobernarnos se junta con un conductor de televisión y, no contento con semejante hazaña, juega a intercambiar caras con snapchat.
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Así da gusto: uno se siente protegido por un tipo serio, responsable, conciente de su investidura y más que nada, preocupado por las tareas que le incumben a un presidente. El otro, es un coso que se dedica a entretener a "la gente", por lo que no se le puede pedir mucho más.
Al otro...
Pensar que uno se calentaba por la Ferrari de Mendez. La reputamadrequelopario
ResponderEliminarAdrián:
ResponderEliminarSiguiendo con la metáfora, le sacaron tres vueltas a Carlos Saúl I.
Una vez leí que los japoneses tenían muros en los que se podía escribir, garabatear, putear; en fin, hacer catarsis y/o sacar a pasear las furias y emboles; cada X días blanqueaban el muro y, de vuelta a empezar la ronda... sin que pase nada, salvo ese muy. muy módico "alivio".
ResponderEliminarEsta cosa con tinelli me parece que es un equivalente a esos muros, te indignás, te da por les bolas, puteás, renegás y mañana o pasado habrá una nueva "polémica", "reunión cumbre" o la boludez que toque y nada, el "muro" blanqueado y a empezar de nuevo. Y la realidad importante, la que cuenta, le de cagarnos la vida y los días, gozando de muy buena salud, la no-oposición siendo alcahueta y "responsable" y el habitual viva la pepa.... disculpen, está muy bien embolarse pero, ojito, que sigue siendo venta de gato por liebre.