De este desopilante artículo, copio algunas de las "razones" invocadas como válidas para que los crucifijos sigan engalanando las aulas. Una delicia.
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3.- Porque la cruz es un símbolo de paz, de amor y de sacrificio por los demás.
4.- Porque retirarlo sería como enseñar a los niños que la cruz es un símbolo de enfrentamiento, de odio y de que importa mas la opinión de uno que la del resto.
5.- Porque forma parte de la tradición, costumbres y cultura del país en el que viven.
6.- Porque respetar otras creencias no significa renunciar a las propias.
7.- Porque España es un estado aconfesional, es decir, respetuoso con todas las creencias y no laicista, es decir, beligerante contra las creencias.
8.- Porque es un error ocultar a los niños que la religión es el hecho cultural mas importante de la historia de la humanidad.
12.- Porque si la educación es obligatoria y los padres tienen el derecho de educar a sus hijos conforme a su moral con libertad, la escuela pública tiene que dar respuesta a este derecho.
13.- Porque nada representa mejor que el crucifijo la angustia por la injusticia, y los crímenes contra los mas inocentes.
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El resto de las "razones" son interesantes, pueden repasarlas y aprender lo que es bueno.
Entre nosotros, el lugar de donde saqué la imagen merece también un repaso atento y no exento de sorpresa. Uno supone, pobre ingénuo, que la edad media fue superada y cosas como las que aparecen citadas en este humilde e insidiosos blog ya son parte de la historia. Y no, están vivitas y circulan por ahí como el maní salado.
Tengo miedo de que aparezca un Torquemada para dar cumplimiento coercitivo a estos dogmas revelados.
¿pedirán que se pongan medias lunas, estrellas de David, elefantes hindúes,símbolos sintoístas, etc, además de las cruces? Porque dicen que hay que respetar a todas las religiones ¿No?
ResponderEliminarAcá es donde sacan a relucir su peso de mayoría y se cagan en las demás religiones a las que dicen respetar, claro.
Y el día en que nos respeten un poquito a los ateos y/o agnósticos, así sí que se viene el apocalipso, se viene.
Cualquier crucifijo es hoy nada más (nada menos) que nostalgia angustiosa de lo que alguna vez fue el cristianismo para la historia de la humanidad.
ResponderEliminarNadie mejor que Nietzsche para pensar y aceptar eso.
Un abrazo, los leo siempre
Guarda con invocar a Torquemada porque, si aparece, se va derechito para su casa con todos los elementos para encender una buena hoguera, a usted ya no se lo puede redimir, Dormi.
ResponderEliminarDormi, habría que empezar por descolgar el crucifijo enorme de la cabecera de la Corte Suprema. Y así siguindo en todas y cada una de las instituciones públicas.
ResponderEliminarEsto traería aparejado sin dudas una "guerra santa" que habrá que dar y punto. Porque pensando en consecuencias es que hemos alimentado al lobo policial por miedo a que se enfurezca (y de paso sacar tajada, jueces y funcionarios) y hoy nos está comiendo.
Iris:
ResponderEliminarAlguna vez, no muy lejana, escribí un pequeño artículo en el que defendía el estudio de religiones en las escuelas. Específicamente: Historia de las Religiones. Digo, tanto que cacarean los jerarcas católicos acerca de la importancia de la religión nada mejor que ampliar el panorama estudiando todas las religiones posibles, a través de su historia.
Sospecho que no estarían de acuerdo.
GISOFANIA:
ResponderEliminarEn el fondo de lo que hablan estos armatostes recargados es de poder, y no de cualquier poder, del poder sobre la conciencia, sobre el sujeto. El poder que permite controlar las acciones a través de la culpa y el rechazo al cuerpo, al pensamiento, a la razón y a la dignidad.
Gracias por leer los disparates que se nos ocurren.
Adrián:
ResponderEliminarNo hay traje antiflama que me salve a mi.
Daniel:
ResponderEliminarSería un buen primer paso.
De hecho, la Iglesia Católica nos ha mordido el garrón una y mil veces pero nadie se le anima, parece, o se le animan a medias.
Por ese control y poder que tratan de mantener a través de la culpa.
No es un buen antecedente que el jefe de gabinete sea un católico ferviente (no sé si fanático)