Granados no engaño a nadie, la enorme culpa frente a la ciudadania es de quien lo nombro, como se nombro al destituyente antidemocratico Gustavo Ferrari. El reciente acto donde llamo mogolico y desafio a pelear a un tipo cualquiera que le pido que devolvieran la plata que se chorearon en Ezeiza durante dos decadas lo muestra de cuerpo entero. En un acto publico de asuncion de autoridades alguien a cargo de un lugar clave se grita y se vocea con un particular como si fuera un choripan del puente la Noria. Y ahora recibe elogios de la maldita policia que asola con sus fechorias a la provincia desde hace añares.
Con estas cosas se me acaban las palabras, bregamos por mas y mejor política, apoyamos al Gobierno cuando enfrenta las corporaciones y casi como una maldicion cada cierto período de tiempo aparecen los malos, los jodidos de siempre y nos muestran que son ellos los que siguen teniendo la sartén por el mango, que los tipos de a pié tenemos que contentarnos con lo que ellos nos permiten hacer y guai con querer pasarnos de la raya. Disculpeme Dormi, pero con los saqueos, la policía maldita, los pelotudos de ayer en el Obelisco, la verdad, estoy bastante deprimido.
Adrián: Sobre los estúpidos del Obelisco ayer, y los estúpidos del picadito en La Bombonera publiqué un pequeño post, semianalítico, como para mostrar hasta donde les cubren el culo. Sobre los delincuentes mafiosos de la maldita y sus políticos adictos tengo tanto asco que quiero vomitar a cada segundo. Volvieron a aparecer, mediante una jugada política (porque eso fue, y quien dude del asunto no conoce a la policía) que inició De la Bota y continuaron sus adláteres. De la Bota sabía cómo se venía la mano, no me cabe duda. Y la maldita volvió, recargada, peor que antes. Y la clase política la mira entre estupefacta, cómplice o amedrentada. Y al fondo estamos nosotros que sufrimos la presencia policial todos los días en las calles: policía corrupta, transadora, delincuente, prepotente con los débiles y complaciente con los poderosos, racista, antisemita, etc. Y ahora volvieron...
la Maldita policía nunca se fue :-(
ResponderEliminarIris:
ResponderEliminarNo. Nunca.
Y ahora se sacó la careta, de nuevo.
Granados no engaño a nadie, la enorme culpa frente a la ciudadania es de quien lo nombro, como se nombro al destituyente antidemocratico Gustavo Ferrari. El reciente acto donde llamo mogolico y desafio a pelear a un tipo cualquiera que le pido que devolvieran la plata que se chorearon en Ezeiza durante dos decadas lo muestra de cuerpo entero. En un acto publico de asuncion de autoridades alguien a cargo de un lugar clave se grita y se vocea con un particular como si fuera un choripan del puente la Noria. Y ahora recibe elogios de la maldita policia que asola con sus fechorias a la provincia desde hace añares.
ResponderEliminarCon estas cosas se me acaban las palabras, bregamos por mas y mejor política, apoyamos al Gobierno cuando enfrenta las corporaciones y casi como una maldicion cada cierto período de tiempo aparecen los malos, los jodidos de siempre y nos muestran que son ellos los que siguen teniendo la sartén por el mango, que los tipos de a pié tenemos que contentarnos con lo que ellos nos permiten hacer y guai con querer pasarnos de la raya.
ResponderEliminarDisculpeme Dormi, pero con los saqueos, la policía maldita, los pelotudos de ayer en el Obelisco, la verdad, estoy bastante deprimido.
Anónimo:
ResponderEliminarTiene razón.
La culpa no es del chancho.
Adrián:
ResponderEliminarSobre los estúpidos del Obelisco ayer, y los estúpidos del picadito en La Bombonera publiqué un pequeño post, semianalítico, como para mostrar hasta donde les cubren el culo.
Sobre los delincuentes mafiosos de la maldita y sus políticos adictos tengo tanto asco que quiero vomitar a cada segundo.
Volvieron a aparecer, mediante una jugada política (porque eso fue, y quien dude del asunto no conoce a la policía) que inició De la Bota y continuaron sus adláteres. De la Bota sabía cómo se venía la mano, no me cabe duda. Y la maldita volvió, recargada, peor que antes.
Y la clase política la mira entre estupefacta, cómplice o amedrentada.
Y al fondo estamos nosotros que sufrimos la presencia policial todos los días en las calles: policía corrupta, transadora, delincuente, prepotente con los débiles y complaciente con los poderosos, racista, antisemita, etc.
Y ahora volvieron...