jueves, 10 de octubre de 2013

A INSEGURO SE LO LLEVARON PRESO IV: LA GRAN ESTAFA

Mono con navaja
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El dispositivo de control basado en la inseguridad (temor extendido al delito) funciona sobre el miedo de los sujetos. El miedo oscurece el análisis, desvía la mirada y propicia situaciones de excepción.
Quienes usan la inseguridad como plataforma de lanzamiento explotan este miedo, azuzándolo, configurando escenarios futuros en donde el miedo es la norma dadas las circunstancias actuales.
Indican que “de no reaccionar”, la situación –de temor generalizado- será cada vez peor, más profunda.
En ese momento postulan la necesidad de establecer, dada la emergencia, un estado de excepción que contiene una notable disminución de las libertades individuales y una cesión de derechos y garantías (si si, es lo que están pensando, los proponentes reactualizan el Leviatán de Thomas Hobbes).
Una vez alumbrada esta coyuntura, las herramientas legales y punitivas se vuelven contra los que supuestamente debían proteger. Las excepciones operan sobre otras situaciones (que no eran las descriptas originalmente) y las definiciones nebulosas encuadran por polisemia hechos que se buscaba suspender o coartar definiéndolos como un delito o contravención fuerte (el caso de la Ley Antiterrorista sirve como ejemplo, acá y en varios países, como Chile). En ese punto aparece con claridad la verdadera naturaleza e intenciones del endurecimiento legal y punitivo, que no buscaba disminuir la sensación de indefensión sino avanzar sobre los derechos y garantías individuales.
La paradoja es que el endurecimiento legal y punitivo no sirve para combatir el delito, ni siquiera el delito que pretende combatir. Esa pelea no tendrá lugar porque los delitos menores y sus efectos psicológicos son funcionales al estado de temor generalizado. A lo sumo serán administrados y reguladas sus dosis para causar el efecto deseado (parece un escenario de ciencia ficción, pero no lo es. Recomiendo leer a Ragendorfer).
La delincuencia mayor, que implica relaciones estrechas y complejas entre las fuerzas de seguridad, el poder judicial y el mundo de la política, permanecerá a buen resguardo mientras la atención de los sujetos se concentra en los delincuentes de poca monta que no por violentos son menos intrascendentes. Sujetos que con gusto habrán renunciado a una buena porción de su autonomía, motivados por el miedo extendido al delito.
Esa renuncia los deja expuestos a represalias del poder político, toda vez que sus probables acciones de resistencia pueden ser caratuladas, por ejemplo, como actos de terrorismo o sedición y recibir castigos impensables en otras circunstancias.
En el fondo, o no tan al fondo, subyace la intención de blindar la propiedad privada concentrada de forma tal de evitar cualquier escenario en donde la legitimidad de la misma pueda ser cuestionada.
No hay que cruzar ríos engalanados con botas. Mejor, antes de cruzar cualquier río habría que, por prudencia, verificar la necesidad de ese cruce.

4 comentarios:

  1. Hay tanto garca favorecido por lo que no entiende protestando contra la "inseguridad"...
    Y tan poquito pero poderoso garca supra-ultra- súper- plus manejando a puro loby la magia de la responsabilidad que inquieta y alarma ciudadanos indignados y susceptibles...
    Terapia de shock.

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  2. En Zarate en los ultimos cuatro dias me llegan de testigos presenciales cuatro diferentes situaciones de atropello y uso desproporcionado de fuerza por parte de prefectura. aparte de amenazas y advertencias agresivas a ocasionales testigos que se quejaban del procedimiento. Sin palabras.

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  3. Moscón:
    Ha dicho una gran verdad. No hay nada de azaroso en el asunto. Nadita.

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  4. Claudio:
    En capital, entraron en la villa y allanaron sin explicaciones la redacción de La Garganta Poderosa. La prefectura.

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Bueno, os dejo en libertad. Disculpen las molestias ocasionadas.