viernes, 20 de septiembre de 2013

BANDERITAS Y GLOBOS

Hoy llegué al trabajo y me encontré con que habían convertido la oficina en un curso de secundaria en plena efervescencia hormonal. Inundado de globos, flores de papel y guirnaldas de pésimo gusto, recordé que se avecina la primavera y con ella, todos los lugares comunes que los sujetos ponen en acto ni bien bajan la bandera de largada.
Las estaciones y la percepción que se tenga de ellas, como no podría ser de otra manera, está mediada por la cultura. Entonces, no importa si te gusta el frío o que en plena canícula no haya forma de pasarla bien con 45 grados a la sombra: como es verano la alegría es obligatoria y jodete. Y con la primavera ni te cuento.
Como si las funciones corporales hubieran estado suspendidas durante otoño e invierno, los locutores de FM dirán cada cinco segundos que esta es "la estación del amor", eufemismo para señalar que la gente se apareará más, como si hubieran guardado un monástico celibato durante seis meses, esperando desfogarse apenas el primer vendedor de pensamientos pise la esquina.
Con toda la petulancia de las frases hechas una manada de ciudadanos repetirá como un mantra que ahora la felicidad es posible, que las tardes tibias y las noches agradables, que ya llegó la primavera entonces las flores, los pajaritos, la ropa de temporada y etc. El optimismo será una obligación porque "estamos en primavera ¿vistes?".
La música que ponen en las radios seguirá la tendencia y tendremos en televisión una seguidilla de despropósitos  coronada por la explosión jaculatoria de Crónica y el final de la cuenta regresiva.
Es que hasta el 20, o sea hoy, todos estamos tristes, porque es invierno. Y en invierno la gente vive apesadumbrada, tiene una existencia gris perla, opaca y carente de estímulos. El invierno se sufre, el frío se padece y el ánimo está de luto.
Los pronosticadores, con sus objetivas apreciaciones, contribuyen a reforzar esa sensación: si está frío es mal tiempo, si llueve también, si hace calor el tiempo mejora y si el sol te quema las neuronas es buen clima que empeoraría si refrescara un tanto.
Aunque el invierno, en este caso el bonaerense y porteño, no haya sido riguroso, es una obligación moral denostarlo, no sea cosa. Y no te atrevas a decir que la primavera te parece una porquería más que nada por los que deciden que la primavera te tiene que gustar o te reviento.
Mañana, como por arte de magia mediática, una gran porción de la humanidad decidirá festejar quién sabe qué, porque el tiempo en que se celebraba la llegada de la estación en donde era posible cultivar los alimentos que serían consumidos durante el otoño y el invierno, en la cual los animales que serían consumidos cuando apretara el clima podrían engordar, en la que se podía reparar las casas y corrales dado que antes el invierno había impedido tal labor, ha pasado. Porque esa alegría tenía su asidero en la certeza de haber sobrevivido luchando con el entorno.
Hace rato que la civilización nos ha relevado de estos apuros. Sin embargo persiste como un eco, más bien un remedo de aquellos jolgorios esta alegría de mercado.
Una última y lapidaria apreciación: mañana los vendedores de flores invadirán la ciudad. Y tendrá lugar una ironía que nos pinta de cuerpo presente como en un velorio: el símbolo de la primavera, una flor que es la objetivación del ciclo de la naturaleza, será cortada para festejar su propio nacimiento. Mira vos.
Feliz primavera para los que así lo decidan.
Yo paso a cuarteles de verano a esperar el otoño y más que nada, el invierno.

8 comentarios:

  1. Tampoco desmerezcamos el evento, a muchos en nuestra adolescencia nos han dado grandes satisfacciones los festejos del 21 de septiembre y si no eran satisfacciones, por lo menos despertaba expectativas muy emocionantes para la edad... Ok, también convengamos que a los 45 hay que ser muy huevón para prenderse

    ResponderEliminar
  2. Adrián:
    Yo comprobé, en esos años que Ud. menta, que el 21 podía ser la culminación de arduos trabajos, pero que no era mágico.
    Había que remar para llegar hasta ese momento pertrechado.
    Quizás tipos con más pinta que uno que no debían recurrir al asedio táctico hayan tenido ese éxito instantáneo que indican los agoreros, pero lo que es yo, ya tenía el fuerte sitiado desde varios meses antes.

    ResponderEliminar
  3. Un 21 cuando era joven me transé una minita, libamos copiosamente, ya de noche perdí la minita y un zapato.
    Fácilmente me llevé por delante mas o menos unas 29 veces el mismo árbol buscando el zapato,finalmente encontré al hermano de la minita muuuuuy enojado.Que guardabosque resentido.Fue en Carcarañá.
    ¿Se creen que mi comentario no entona con la entrada? Después de ese día, mis hematomas produjeron un fenómeno:al 21 no hay que darle bola.

    ResponderEliminar
  4. Bien sabe usté, caballero, el profundo desprecio, la aversión primitiva y el odio visceral que siento por esta nefasta época del año...
    Así como mi estación más amada es el otoño porque me gusta por sí misma, pero más aún porque sé que luego vendrá el invierno... la primavera es la que más rechazo me produce porque inevitablemente (al menos mientras el mundo siga girando pa'llá..) la seguirá el bochornoso verano...

    Llegué a imaginar que si algún día llegara a ser presidenta de la Nación, la primera medida que tomaría sería sacar un Decreto de Necesidad y Urgencia prohibiendo el verano en todo el territorio nacional. Si quieren tomarse vacaciones, pues que lo hagan en invierno... joder!

    He dicho!

    ResponderEliminar
  5. No soy un robot.
    Si usted lo duda, es SU problema.

    ResponderEliminar
  6. Vamos, disfrute mientras pueda, ahora tenemos luz hasta las 7/8, podes andar en ojotas como lilita, en fin un placer

    ResponderEliminar
  7. Pues eso. Nada como que te vendan alegría y pasión obligatorias, (aunque yo odio el verano y el invierno por igual, si pudiera viviría con el aire acondicionado, que no tengo, o la calefacción que tampoco tengo, puestos a 25 ºC).
    Pero igual le traje flores: https://www.dropbox.com/s/wce1q6zrv8caqog/patito.png

    ResponderEliminar

Bueno, os dejo en libertad. Disculpen las molestias ocasionadas.