Dado que en este blog nos ocupamos de desensamblar minuciosamente los desaciertos y falacias de la Madre que te Parió Iglesia Católica, no dejaremos pasar la oportunidad que la misma nos sirve en bandeja para refutar todos los puntos que señalaron los señores obispos en sus reflexiones previas al cumpleaños de Sucristo.
No pregunto cuántos son sino que vengan de a uno.
Allá vamos:
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Los obispos argentinos, reunidos en nuestra 104 Asamblea Plenaria, hemos repasado con honda preocupación algunos síntomas de la persistencia de esta crisis moral y cultural. Compartimos algunos de ellos:
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1.- La dignidad de la vida desde la concepción hasta su término natural es la base de todos los derechos humanos. Reiteramos, una vez más, que el ordenamiento jurídico debe respetar el derecho a la vida.
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Si los obispos creyeran en sus propias palabras habrían condenado a Von Wernich y a Grassi, entre otros, que justamente ofendieron y ofenden la dignidad de la vida. No se ha escuchado una sola palabra de la Asamblea Plenaria en ese sentido. Además se hubieran al menos abstenido de colaborar con la dictadura militar, de hecho deberían haberla condenado enérgicamente. Si su apego a la dignidad de la vida fuera sincero y no una chicana, deberían refutar las acciones y palabras de Aguer, que apoya a los genocidas y ayudó a un banquero mediante una fianza, evitando que se lo castigara por ofender la dignidad de la vida de los estafados. Hay muchos más ejemplos del desapego sistemático de los obispos a la dignidad de la vida. Creo que estos alcanzan para dejar en claro cuánto les interesa esa dignidad.
Cierto es que la dignidad de la vida es la base de todos los derechos humanos. Los obispos, cada vez que defienden lo indefendible deberían recordar sus propias palabras.
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2. La familia, fundada sobre el matrimonio entre varón y mujer, es un valor arraigado en nuestro pueblo. Anterior al estado, es la base de toda la sociedad y nada puede reemplazarla. Vemos con preocupación una corriente cultural y un conjunto de iniciativas legislativas que parecen soslayar su importancia o dañar su identidad.
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La familia es una institución humana y es una construcción social. No es un “valor arraigado”, es un agrupamiento humano siempre en proceso, cosa que cualquiera puede comprobar comparando las actuales familias con las familias de hace cinco décadas, por establecer un período aleatorio. La familia muta, cambia, no hay roles estáticos ni funciones predeterminadas que se verifican sí o sí. Nada de eso, por el contrario, lo que hay es cambio. Lo mismo vale para el matrimonio que no es anterior a ningún estado, de hecho es una institución reciente en nuestra historia como sociedad y también cambia en tanto los modos de vida mutan, como no podría ser de otra manera. Las leyes solo reconocen esas mutaciones, tratando de hacer extensivo a los nuevos agrupamientos los derechos concedidos a las formas anteriores.
Pretender que, por desconocer los derechos de las nuevas formas familiares estas formas desaparecerán, es tratar de tapar el sol con el índice indignado.
Agrego además que “la identidad” también es un proceso. No una foto de ahora para siempre, sino un constructo en movimiento. Por no entenderlo la Iglesia Católica está condenada a hundirse en sus propios dogmas, ahora que no puede recurrir a las armas bendecidas para imponer sus criterios estrechos y mezquinos.
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3. Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. Tienen el derecho de que el sistema educativo no les imponga contenidos contrarios a sus convicciones morales y religiosas. Deseamos que toda la sociedad tome una mayor conciencia de la necesidad de mejorar el sistema educativo, de modo tal, que los más pobres sean sus principales beneficiarios. La necesaria preparación para la vida cívica de niños y jóvenes debe excluir la politización prematura y partidista de los alumnos.
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En esto estamos de acuerdo. Y como estamos de acuerdo y además soy padre, no quiero que ninguna confesión religiosa meta sus narices en los planes de estudio que son para todo el mundo y no solo para los católicos. Que solo se entrometa si elijo una escuela confesional y ahí me las tendré que bancar. No quiero que ninguna confesión imponga sus contenidos contrarios a mis convicciones morales y religiosas. No quiero que, mediante presiones y subterfugios ninguna confesión imponga sus objetivos de orden religioso como los objetivos educativos de todos, aún de los que no comparten sus preceptos. Tampoco quiero que los colegios que reciben subvenciones del estado difundan una doctrina religiosa, dado que esos recursos provienen de los impuestos que son abonados por ciudadanos religiosos y no religiosos.
Lo de mejorar el sistema educativo es también cierto y para tal fin y en primera instancia podríamos dejar de sostener a la iglesia católica y usar esos dineros para la mejora, pensando en los más pobres.
Sobre la “politización prematura y partidista” de los alumnos, sirve lo dicho al comienzo. No quiero que ningún credo religioso imponga su propia mirada de la sociedad como si fuera la única mirada legítima. Porque luego esa mirada apoya determinados partidos. La famosa politización prematura. Prefiero que el pibe conozca todo lo que hay y que opte, a que le vendan como válido para todo tiempo y lugar el sonido de una sola campana, de iglesia en este caso.
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4. Constatamos una angustia generalizada en nuestro pueblo por la vida de los jóvenes. Es enorme la cantidad de ellos que no estudian ni trabajan: ésta es una de las hipotecas sociales más desafiante para los argentinos.
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No parece ser ésta una preocupación de la iglesia católica, que no comparte en este caso la angustia generalizada que señala en la sociedad. Lo que le interesa a la Iglesia Católica no es el estado de los jóvenes sino que no sean católicos, tal como demuestran sus acciones de todos los días. Por eso apoya políticas que promueven la marginación de los jóvenes a los que alude en abstracto. Crece en el seno de la iglesia católica la influencia del Opus Dei y sus cuadros ocupan lugares centrales en la jerarquía y además, en las empresas que provocan y provocaron, marginación, desocupación, etc. La Iglesia Católica no ha considerado importante distanciarse de esas políticas y de hecho, las sigue apoyando.
O sea, se abstiene de preocuparse por los jóvenes que no estudian ni trabajan, contentándose con lanzar elucubraciones al aire, que es gratis. El desafío en este caso, y como siempre, no les compete.
Hacerse cargo de los profundos errores y de la doble moral que los llevó a identificarse con el estado neoliberal, bombardeando todas y cada una de las iniciativas que sus propios cuadros intentaron llevar adelante para frenar la desocupación y la marginación de los jóvenes, eso no consta en su manual de estilo.
Tampoco consta en ese librito la posibilidad de renunciar a sus ingresos que provienen del estado y solicitar sean dedicados a la atención de los jóvenes.
Todo consiste en señalar su indignación, pero evitar ensuciarse las manos. Y por favor, no me hagan reír con esa paparruchada de Cáritas u otros calmaconciencia por el estilo.
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5. La droga se extiende por el crecimiento del crimen del narcotráfico y la red de complicidades que lo sustentan. Pensamos que ésta es una de las causas principales de la proliferación del delito y de la consiguiente inseguridad.
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Me gustaría hablar de la red de complicidades. Resulta ser que los piadosos obispos respaldan con entusiasmo sin igual a candidatos que están, dicen las malas lenguas, relacionados con el tráfico de drogas. Pongo por caso, el irrestricto apoyo al Bañero, y más allá en el tiempo, las aventuras de Prolatín, entidad con fines de tráfico que supo asesorar con entusiasmo Don Moises Jardín. Con El Bañero por ejemplo, convocaron en el 2002 a una “concertación social”. En esta época las aventuras de Duhalde eran ampliamente conocidas. Tal cosa no estorbó la voluntad de poder de los señores jerarcas de la iglesia católica argentina que se lanzaron a la aventura acompañando a tal personaje del que podemos decir que las brujas no existen pero que las hay, las hay.
Decir “la droga se extiende” pretende también evitar ser nombrados junto con esos personajes a los que prohijaron y dieron albergue. Otra vez, la pelota afuera.
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6. A casi treinta años de la democracia, los argentinos corremos el peligro de dividirnos nuevamente en bandos irreconciliables. Se extiende el temor a que se acentúen estas divisiones y se ejerzan presiones que inhiban la libre expresión y la participación de todos en la vida cívica.
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Esto merece una atención especial, dado que plantea una topología de la sociedad que indica la aparición de una mirada maniquea y excluyente. En principio, ninguna sociedad “se divide en”. La sociedad está “compuesta por”. Por ejemplo, hay en la sociedad argentina una cantidad importante de hinchas de Boca Juniors que no quieren ningún tipo de reconciliación deportiva con los simpatizantes de River Plate, que también son numerosos. Pero esos hinchas de ambos equipos no son solo hinchas, además comparten lugares de trabajo, de esparcimiento, la misma familia, etc. Los dos están dentro de la sociedad, no la dividen. Atento al piojo, porque los obispos son hábiles en sofismas. Una sociedad es una red de interdependencias complejas y no una serie de compartimentos estanco.
Pensar que una postura divide implica quebrar puentes, romper lanzas. Acá mismo hemos señalado que semejante expediente es peligroso porque alumbra la aparición de otros irreductibles. Y lo hemos hecho extensivo a los dos bandos aparentes que los medios serios se han encargado de nombrar. Eso de “si no estás conmigo están contra mi” no tiene entidad. Puedo no estar de acuerdo y sin embargo, no estar en contra. Puedo defender lo que pienso y no pedir que los otros mueran, sean exterminados o desaparezcan por no pensar como yo. Debatiré con los argumentos contrarios, pero no eliminaré al mensajero. Esto es algo que la Iglesia Católica argentina no ha hecho, dado que miró para otro lado, cuando no apoyó, la desaparición.de los que pensaban distinto a los “valores tradicionales arraigados en la sociedad argentina”. Vemos aún hoy que sostienen ese discurso.
Pero la iglesia católica no se limita a señalar lo que acá ya hemos dicho. También toma partido por un bando, o sea, contribuye a “dividir a los argentinos en bandos irreconciliables”. El último párrafo del punto 6 es muy claro al respecto. Pese a los subterfugios y a la prosa barroca, señala quién, a su juicio, propugna esas divisiones y le achaca las culpas correspondientes. La iglesia católica, al menos la que expele esta perorata de medias verdades, está con la cacerola en la mano. Y lo dice, aunque dice que no lo dice. Y las evidencias están ahí en el documento, disponibles para el arqueólogo del sentido que quiera emprender la aventura de encontrarlas.
Como ya indicamos, apuntala una probable división. Declarándose parte de una de las mitades, si es que se admite esta torpe alusión a un topos inexistente.
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Conclusión:
Señores obispos, a papá primate con plátano de incienso. Si quieren jugar al adivina-adivinador, busquen a uno de su tamaño.
viernes, 30 de noviembre de 2012
CÓMO LES QUEDÓ EL OJITO
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Se viene el bombardeo en represalia.
Porque estos dos son unos amantes de la paz bárbaros.
jueves, 29 de noviembre de 2012
HUMANOS
Desde el tren, llegando a Constitución, mirando por la ventanilla a mano izquierda, se puede ver un magnífico mural a todo color que cubre una esquina completa. El mensaje que corona las imágenes dice “Ayudar nos hace humanos”.
He pensado bastante en esa frase, que remite de inmediato a la pregunta acerca de lo humano, qué es lo humano o mejor, qué es lo propiamente humano, la naturaleza humana si es que tal cosa existe.
Y en este punto recordé la canción de Pastoral, “Humanos”. Ahí, en ese tema se plantea una contradicción que discute con la frase del mural: “Humanos son los que cavan trincheras...”dice. Admite “Si también soy humano, y lo fue mi hermano...” coronado con un reconocimiento “Humanos, humanos son”.
Con lo que tenemos ya dos posturas: una que sostiene que ayudar nos convierte en humanos y otra que señala la condición humana de los que matan, cavan trincheras o le quitan la vista a un hombre. Entonces, no solo ayudar nos haría humanos. En realidad, ayudar sería otro aspecto del ser humano, así como matar o empuñar las armas.
Son humanos los protagonistas de esta historia que nos ha depositado aquí y ahora. Somos humanos.
La trampa consiste en la polisemia del término “humanidad”. Si por humano entendemos la pertenencia a una especie, o sea su sentido antropológico, ayudar es una más de las actividades que esa especie, la humana, despliega. Pero si usamos “humanidad” en sentido moral, hablaremos de rasgos morales positivos tales como compasión, altruismo, etc., que nos evaden de la condición de especie, trascendiendo la fisiología para superar cualitativamente los rasgos primarios de supervivencia.
La frase del mural refiere entonces al sentido moral del término humanidad: ayudar nos permitiría ser humanos en sentido moral, no antropológico. Con lo que tenemos un punto de apoyo importante para comenzar a pensar.
Pero sigamos adelante. Ayuda puede definirse como cualquier tipo de cooperación. Eso dicen varios diccionarios al menos. Inmediatamente inferimos que hay distintos tipos de ayuda, o sea, distintas formas de cooperación. Pero no todas las formas de ayuda nos hacen humanos. Algunas sí, otras no ¿Cuáles no? Las que no son desinteresadas. O sea, las que persiguen a cambio algún tipo de retribución. Por ejemplo, la ayuda para el desarrollo a países “subdesarrollados” que espera contrapartidas apenas confesables. Una ayuda que espera una retribución ingresa en el campo de las relaciones capitalistas. En el capitalismo toda contribución devenga una devolución de algún tipo, o sea, la relación de cooperación se transforma en intercambio de mercado. No se extiende la mano sin el cálculo previo acerca de las ventajas a obtener. Esa ética del capitalismo ha permeado casi todo el espacio social. Por tanto, aunque tenga la forma exterior de una ayuda, en realidad asistimos a un intercambio motivado por el interés de obtener un beneficio. He ahí el egoísmo como motor de la historia tal como lo postulan los teóricos del liberalismo. Esa ayuda, en realidad intercambio, no nos hace humanos. Por el contrario, nos resta humanidad en sentido moral porque los motivos profundos del acto son egoístas.
Ahí está el límite entre la humanidad y la humanidad, si se me permite la heraclitud. La humanidad ha permanecido hasta ahora sujeta, por motu propio, a la ética que propugna la sublimación de su egoísmo en forma de actividad de supervivencia. De la época de las cavernas hasta ahora eso hemos hecho, con honrosas excepciones. Esas honrosas excepciones nos han permitido vislumbrar que además de seres que sobreviven comiéndose los riñones unos a otros, somos capaces de acceder a otro tipo de relación que aumentaría nuestra humanidad en sentido moral. En definitiva, las honrosas excepciones nos permiten comprobar que podemos, dado que es potencialmente probable, superar la instancia de supervivencia transformándonos en una especie cualitativamente distinta. Humanos, en sentido moral. Una humanidad que quizás podría abrir el espacio para una vida que no sea sólo subsistencia sino existencia. Una humanidad en sentido moral que nos permitiría sobrevivir bajo otros términos.
Quizás el concepto de ayuda mutua propuesto por el anarquismo se aproxime en algo a lo que estoy tratando de explicarme, con Uds. como testigos.
Y creo que es ese el sentido final del mural. Una interpelación a nuestra capacidad de entregarnos sin esperar retribuciones, rompiendo de esa forma, la lógica del capital.
Si me preguntan, no veo otra salida para la claustrofobia actual. Por supuesto que esa ruptura debería adquirir un volumen político que le permitiera convertirse en una construcción colectiva.
Esta ayuda superaría el ombliguismo new age que ubica los problemas de la sociedad en el interior del sujeto, transformando en individuales los problemas colectivos, desconectándolo de su entorno y reduciendo su existencia a la apelación a verbos difusos que no pueden existir en solitario.
“Ayudar nos hace humanos”
Sin duda estamos hablando del mentado “hombre nuevo”, digo, por si alguien no se ha dado cuenta.
He pensado bastante en esa frase, que remite de inmediato a la pregunta acerca de lo humano, qué es lo humano o mejor, qué es lo propiamente humano, la naturaleza humana si es que tal cosa existe.
Y en este punto recordé la canción de Pastoral, “Humanos”. Ahí, en ese tema se plantea una contradicción que discute con la frase del mural: “Humanos son los que cavan trincheras...”dice. Admite “Si también soy humano, y lo fue mi hermano...” coronado con un reconocimiento “Humanos, humanos son”.
Con lo que tenemos ya dos posturas: una que sostiene que ayudar nos convierte en humanos y otra que señala la condición humana de los que matan, cavan trincheras o le quitan la vista a un hombre. Entonces, no solo ayudar nos haría humanos. En realidad, ayudar sería otro aspecto del ser humano, así como matar o empuñar las armas.
Son humanos los protagonistas de esta historia que nos ha depositado aquí y ahora. Somos humanos.
La trampa consiste en la polisemia del término “humanidad”. Si por humano entendemos la pertenencia a una especie, o sea su sentido antropológico, ayudar es una más de las actividades que esa especie, la humana, despliega. Pero si usamos “humanidad” en sentido moral, hablaremos de rasgos morales positivos tales como compasión, altruismo, etc., que nos evaden de la condición de especie, trascendiendo la fisiología para superar cualitativamente los rasgos primarios de supervivencia.
La frase del mural refiere entonces al sentido moral del término humanidad: ayudar nos permitiría ser humanos en sentido moral, no antropológico. Con lo que tenemos un punto de apoyo importante para comenzar a pensar.
Pero sigamos adelante. Ayuda puede definirse como cualquier tipo de cooperación. Eso dicen varios diccionarios al menos. Inmediatamente inferimos que hay distintos tipos de ayuda, o sea, distintas formas de cooperación. Pero no todas las formas de ayuda nos hacen humanos. Algunas sí, otras no ¿Cuáles no? Las que no son desinteresadas. O sea, las que persiguen a cambio algún tipo de retribución. Por ejemplo, la ayuda para el desarrollo a países “subdesarrollados” que espera contrapartidas apenas confesables. Una ayuda que espera una retribución ingresa en el campo de las relaciones capitalistas. En el capitalismo toda contribución devenga una devolución de algún tipo, o sea, la relación de cooperación se transforma en intercambio de mercado. No se extiende la mano sin el cálculo previo acerca de las ventajas a obtener. Esa ética del capitalismo ha permeado casi todo el espacio social. Por tanto, aunque tenga la forma exterior de una ayuda, en realidad asistimos a un intercambio motivado por el interés de obtener un beneficio. He ahí el egoísmo como motor de la historia tal como lo postulan los teóricos del liberalismo. Esa ayuda, en realidad intercambio, no nos hace humanos. Por el contrario, nos resta humanidad en sentido moral porque los motivos profundos del acto son egoístas.
Ahí está el límite entre la humanidad y la humanidad, si se me permite la heraclitud. La humanidad ha permanecido hasta ahora sujeta, por motu propio, a la ética que propugna la sublimación de su egoísmo en forma de actividad de supervivencia. De la época de las cavernas hasta ahora eso hemos hecho, con honrosas excepciones. Esas honrosas excepciones nos han permitido vislumbrar que además de seres que sobreviven comiéndose los riñones unos a otros, somos capaces de acceder a otro tipo de relación que aumentaría nuestra humanidad en sentido moral. En definitiva, las honrosas excepciones nos permiten comprobar que podemos, dado que es potencialmente probable, superar la instancia de supervivencia transformándonos en una especie cualitativamente distinta. Humanos, en sentido moral. Una humanidad que quizás podría abrir el espacio para una vida que no sea sólo subsistencia sino existencia. Una humanidad en sentido moral que nos permitiría sobrevivir bajo otros términos.
Quizás el concepto de ayuda mutua propuesto por el anarquismo se aproxime en algo a lo que estoy tratando de explicarme, con Uds. como testigos.
Y creo que es ese el sentido final del mural. Una interpelación a nuestra capacidad de entregarnos sin esperar retribuciones, rompiendo de esa forma, la lógica del capital.
Si me preguntan, no veo otra salida para la claustrofobia actual. Por supuesto que esa ruptura debería adquirir un volumen político que le permitiera convertirse en una construcción colectiva.
Esta ayuda superaría el ombliguismo new age que ubica los problemas de la sociedad en el interior del sujeto, transformando en individuales los problemas colectivos, desconectándolo de su entorno y reduciendo su existencia a la apelación a verbos difusos que no pueden existir en solitario.
“Ayudar nos hace humanos”
Sin duda estamos hablando del mentado “hombre nuevo”, digo, por si alguien no se ha dado cuenta.
miércoles, 28 de noviembre de 2012
MÁS ECONOMICIDIOS
El problema es que por este crimen y estos otros nadie irá preso. Eso si, el simpático presidente de España anda por ahí festejando las bondades del ajuste, aplaudido por Aznar el malo. Cosas que pasan ¿vio?
Me encantaría decir que acá, en Argentina, estamos curados de espanto. Pero, leyendo y escuchando a varios personajes no estoy tan seguro. Y menos seguro estoy cuando en la calle escucho a personas que sufrieron en tuje propio el resultado de los buenos oficios de los Cavallo´s Boys y que ahora miran con alguna simpatía aquellas mismas recetas.
No hay caso, la misma piedra otra vez.
Me encantaría decir que acá, en Argentina, estamos curados de espanto. Pero, leyendo y escuchando a varios personajes no estoy tan seguro. Y menos seguro estoy cuando en la calle escucho a personas que sufrieron en tuje propio el resultado de los buenos oficios de los Cavallo´s Boys y que ahora miran con alguna simpatía aquellas mismas recetas.
No hay caso, la misma piedra otra vez.
INTRODUCCION AL PENSAMIENTO CIENTIFICO II, CATEDRA HECTOR AGUER
"El libro da para pensar, no solo por el problema de la natalidad sino, en general, por lo que significan programas de educación sexual engañosos, como los que se están aplicando en la Argentina. Contenidos de educación sexual en los colegios que, como enseña este estudioso, están reducidos a la problemática biológica de la sexualidad y no encaran el fenómeno humano, delicadísimo, bello, profundo, que el sentido común de antaño, la razón natural bien fundada en datos científicos y la Iglesia, siempre han defendido. Pero resulta que aquí no se trata de religión sino de ciencia. Esto lo muestra la ciencia. La ciencia muestra que las pretendidas soluciones no son tales."
...
Hablando de engañosas, estas engañosas conclusiones provienen de la boca siempre lista del inquisidor mayor del Río de La Plata, Monseñor en Ejercicio Héctor Aguer. Vienen a cuento de la lectura de un libro de Roberto Volpi llamado ""El Sexo Superado: El crepúsculo de la reproducción sexual en Occidente". Volpi parece ser un investigador dedicado a la demografía y la estadística. No he podido recabar mayores precisiones acerca de su biografía, asi que, si alguien conoce algo más, bienvenido será el aporte (aunque sospecho para qué lado apuntan los cañones del citado).
En ese libro, según Aguer, Volpi indica que el divorcio es la principal causa de la escasa natalidad registrada en Europa, que la educación sexual y el uso de preservativos incrementan los embarazos adolescentes y las enfermedades de transmisión sexual: "No hay eficacia alguna verdaderamente demostrable del preservativo contra la transmisión de enfermedades de origen sexual y contra los nacimientos y los abortos en la edad adolescente" dice Don Aguer que dice el libro y acá estamos dispuestos a creerle.
Luego desgrana una perorata acerca del dogmatismo, con el falso argumento de que los dogmas contemporáneos (el económico por ejemplo, pero hay varios más a los que la Iglesia Católica aplaude con el mayor entusiasmo, participando de ellos con deleite) hacen que la iglesia no sea dogmática porque se opone a ellos con su propio dogma, con lo que tendríamos al menos el enfrentamiento entre los dogmas, si es que disentir con la Iglesia Católica configura un dogma. No es un dogma, por ejemplo, apoyar la economía de libre mercado, porque la iglesia católica cree en el libre mercado. No creer en el libre mercado es un dogma, eso sí, comunista para más datos, populista, tercermundista, subversivo, etc. Vemos con este ejemplo de ternura cómo se produce el desplazamiento de significado del término que, de ahora en adelante, indica no asentir respetuosamente con la cabeza cada vez que la madre iglesia declare santo algún sector que la apañe.
No es el objetivo de este humilde post debatir con Volpi, mitad porque el libro no lo leí y me guio por lo que dice Aguer. Entonces, el debate es con Aguer (como casi siempre hacemos acá, en donde los dogmas se pasean en paños menores sin que a nadie se le mueva la peluca).
Aguer dice "Programas de Educación Sexual Engañosos". No se me ocurre cuál debería ser la naturaleza de esos programas para ser engañosos. Sugerir por ejemplo que los niños nacen de un repollo o que el sexo es un pecado fuera del matrimonio. También serían engañosos si, en vez de educar al sujeto para que conozca su cuerpo, para que no le tenga miedo, para que no piense que el sexo es algo sucio que requiere arrepentimiento y absolución, lo impulsaran a sospechar que tiene que mortificar el cuerpo, negarlo y reducirlo a un simple objeto de escarnio. Se me ocurre que el engaño sería más profundo si le propusieran en esos programas una ética sexual basada en dogmas religiosos que no todos comparten, sosteniendo que esa es la versión del sentido común y lo que manda la naturaleza. Ahí sí, claro que serían engañosos. Decir todo lo anterior me trae algunos recuerdos que no puedo borrar ¿qué será che?
Luego indica Aguer que antaño se enseñaba sobre la sexualidad "el fenómeno humano, delicadísimo, bello, profundo, que el sentido común de antaño, la razón natural bien fundada en datos científicos y la Iglesia, siempre han defendido".
Si se me permite una alusión a mi propia educación, el sentido común de antaño no me enseño una mierda de todo éso. Al contrario. ¿Fenómeno humano, delicadísimo, bello, profundo? Las pelotas. Lo que intentaron enseñarme fue a tener miedo del cuerpo, de sus reacciones, de su desarrollo, de su crecimiento. Miedo a mi propio cuerpo y miedo al cuerpo del otro. Miedo a "pecar" por tener un cuerpo y no saber reprimirlo convenientemente. Eso si que trataron de enseñarme y me costó un buen tiempo y más de un disgusto comprender que me habían macaneado fiero y parejo. ¿Por qué trataron de entrenarme para tener miedo? Porque el control de ese miedo, el manejo de una conciencia culpable es el fundamento del poder de la Iglesia Católica. Sin eso, sin el miedo no hay poder posible.
No se dejen engañar por la prosa florida de Aguer. No le interesa un centavo la vida, ni el desarrollo integral de los sujetos, ni nada de éso: lo que quiere es no perder el control de las conciencias. Él y muchos de sus jefes que en eso andan desde el Sínodo para la Nueva Evangelización del otro día, que fue el reverso ideológico del Concilio Vaticano II, cosa que Escrivá de Balaguer y su buen amigo Juan Pablo II hubieran aplaudido hasta dejarse las manos en carne viva.
Prosigo:
¿Razón natural bien fundada en datos científicos? Si, como no. Si hay algo que la iglesia católica no acepta son hechos bien fundados en datos científicos. Ni qué decir que el sentido común se lleva a las patadas con dicho conocimiento, por lo que la frase de Aguer es una contradicción que camina. Lo de razón natural merece una mención de honor en el cuadro del animismo. La razón de lo natural, claro, así pueden creer que comer un cacho de pan borra los horrores cometidos.
Y para cerrar el galimatías que corona la torta: Aguer, que ha insultado a la ciencia en todas las oportunidades que se le han presentado ahora recurre a ella para justificar sus dogmas. Mirá que lindo. Resulta que, si la ciencia dice cosas que a él le agradan, esa ciencia es válida. No sirve cualquier otra ciencia, sólo la que avala sus conclusiones. ¿No es un puema?
No sirve para nada que haya cientos de miles de estudios, investigaciones, etc., que niegan sus conclusiones. Esa ciencia puede ser descartada. Pero lo de Volpi, que es ciencia y no religión, es palabra santa. Perdón, palabra científica, que es palabra santa según Aguer.
Impecable.
Ni el falsacionismo de Popper, ni los paradigmas de Kuhn, ni el obstáculo epistemológico de Bachelard, nada, suspéndanlon a todos: ahora se viene el Teociencismo de Aguer.
...
Hablando de engañosas, estas engañosas conclusiones provienen de la boca siempre lista del inquisidor mayor del Río de La Plata, Monseñor en Ejercicio Héctor Aguer. Vienen a cuento de la lectura de un libro de Roberto Volpi llamado ""El Sexo Superado: El crepúsculo de la reproducción sexual en Occidente". Volpi parece ser un investigador dedicado a la demografía y la estadística. No he podido recabar mayores precisiones acerca de su biografía, asi que, si alguien conoce algo más, bienvenido será el aporte (aunque sospecho para qué lado apuntan los cañones del citado).
En ese libro, según Aguer, Volpi indica que el divorcio es la principal causa de la escasa natalidad registrada en Europa, que la educación sexual y el uso de preservativos incrementan los embarazos adolescentes y las enfermedades de transmisión sexual: "No hay eficacia alguna verdaderamente demostrable del preservativo contra la transmisión de enfermedades de origen sexual y contra los nacimientos y los abortos en la edad adolescente" dice Don Aguer que dice el libro y acá estamos dispuestos a creerle.
Luego desgrana una perorata acerca del dogmatismo, con el falso argumento de que los dogmas contemporáneos (el económico por ejemplo, pero hay varios más a los que la Iglesia Católica aplaude con el mayor entusiasmo, participando de ellos con deleite) hacen que la iglesia no sea dogmática porque se opone a ellos con su propio dogma, con lo que tendríamos al menos el enfrentamiento entre los dogmas, si es que disentir con la Iglesia Católica configura un dogma. No es un dogma, por ejemplo, apoyar la economía de libre mercado, porque la iglesia católica cree en el libre mercado. No creer en el libre mercado es un dogma, eso sí, comunista para más datos, populista, tercermundista, subversivo, etc. Vemos con este ejemplo de ternura cómo se produce el desplazamiento de significado del término que, de ahora en adelante, indica no asentir respetuosamente con la cabeza cada vez que la madre iglesia declare santo algún sector que la apañe.
No es el objetivo de este humilde post debatir con Volpi, mitad porque el libro no lo leí y me guio por lo que dice Aguer. Entonces, el debate es con Aguer (como casi siempre hacemos acá, en donde los dogmas se pasean en paños menores sin que a nadie se le mueva la peluca).
Aguer dice "Programas de Educación Sexual Engañosos". No se me ocurre cuál debería ser la naturaleza de esos programas para ser engañosos. Sugerir por ejemplo que los niños nacen de un repollo o que el sexo es un pecado fuera del matrimonio. También serían engañosos si, en vez de educar al sujeto para que conozca su cuerpo, para que no le tenga miedo, para que no piense que el sexo es algo sucio que requiere arrepentimiento y absolución, lo impulsaran a sospechar que tiene que mortificar el cuerpo, negarlo y reducirlo a un simple objeto de escarnio. Se me ocurre que el engaño sería más profundo si le propusieran en esos programas una ética sexual basada en dogmas religiosos que no todos comparten, sosteniendo que esa es la versión del sentido común y lo que manda la naturaleza. Ahí sí, claro que serían engañosos. Decir todo lo anterior me trae algunos recuerdos que no puedo borrar ¿qué será che?
Luego indica Aguer que antaño se enseñaba sobre la sexualidad "el fenómeno humano, delicadísimo, bello, profundo, que el sentido común de antaño, la razón natural bien fundada en datos científicos y la Iglesia, siempre han defendido".
Si se me permite una alusión a mi propia educación, el sentido común de antaño no me enseño una mierda de todo éso. Al contrario. ¿Fenómeno humano, delicadísimo, bello, profundo? Las pelotas. Lo que intentaron enseñarme fue a tener miedo del cuerpo, de sus reacciones, de su desarrollo, de su crecimiento. Miedo a mi propio cuerpo y miedo al cuerpo del otro. Miedo a "pecar" por tener un cuerpo y no saber reprimirlo convenientemente. Eso si que trataron de enseñarme y me costó un buen tiempo y más de un disgusto comprender que me habían macaneado fiero y parejo. ¿Por qué trataron de entrenarme para tener miedo? Porque el control de ese miedo, el manejo de una conciencia culpable es el fundamento del poder de la Iglesia Católica. Sin eso, sin el miedo no hay poder posible.
No se dejen engañar por la prosa florida de Aguer. No le interesa un centavo la vida, ni el desarrollo integral de los sujetos, ni nada de éso: lo que quiere es no perder el control de las conciencias. Él y muchos de sus jefes que en eso andan desde el Sínodo para la Nueva Evangelización del otro día, que fue el reverso ideológico del Concilio Vaticano II, cosa que Escrivá de Balaguer y su buen amigo Juan Pablo II hubieran aplaudido hasta dejarse las manos en carne viva.
Prosigo:
¿Razón natural bien fundada en datos científicos? Si, como no. Si hay algo que la iglesia católica no acepta son hechos bien fundados en datos científicos. Ni qué decir que el sentido común se lleva a las patadas con dicho conocimiento, por lo que la frase de Aguer es una contradicción que camina. Lo de razón natural merece una mención de honor en el cuadro del animismo. La razón de lo natural, claro, así pueden creer que comer un cacho de pan borra los horrores cometidos.
Y para cerrar el galimatías que corona la torta: Aguer, que ha insultado a la ciencia en todas las oportunidades que se le han presentado ahora recurre a ella para justificar sus dogmas. Mirá que lindo. Resulta que, si la ciencia dice cosas que a él le agradan, esa ciencia es válida. No sirve cualquier otra ciencia, sólo la que avala sus conclusiones. ¿No es un puema?
No sirve para nada que haya cientos de miles de estudios, investigaciones, etc., que niegan sus conclusiones. Esa ciencia puede ser descartada. Pero lo de Volpi, que es ciencia y no religión, es palabra santa. Perdón, palabra científica, que es palabra santa según Aguer.
Impecable.
Ni el falsacionismo de Popper, ni los paradigmas de Kuhn, ni el obstáculo epistemológico de Bachelard, nada, suspéndanlon a todos: ahora se viene el Teociencismo de Aguer.
martes, 27 de noviembre de 2012
INTRODUCCION AL PENSAMIENTO CIENTIFICO
Llegó la Revolución Científica. ¡Que lindo cuando la ciencia avanza que da gusto! Si esto no es ecumenismo, el ecumenismo ¿dónde está?
FELIPE VALLESE, VANDOR Y UN EJERCICIO DE CINISMO ESCALOFRIANTE
"Por su parte, la CGT de Moyano homenajeará a Vandor con un acto en el Salón Felipe Vallese de la sede de Azopardo y la presencia de los hijos del ex líder sindical, además de los de José Ignacio Rucci, confirmaron fuentes de la central obrera."
...
El salón Felipe Vallese, ahí harán el "homenaje" a Vandor. Se nota que el cinismo no tiene límite alguno. ¿Por qué digo lo anterior? Por esto:
...
"Esto no sirve cuando el rebelde tiene ciertas condiciones, cuando se llama Felipe Vallese y es un luchador sin miedo. Aparece aquí el tercer escalón: la policía. Secuestra, tortura, mata. No importa que el secuestrado en la comisaría de Villa Lynch dé a dos detenidos que salen en libertad el número telefónico de la UOM; no importa que en efecto, llamen ahí: "El sindicato no mueve un dedo". No importa que todavía haga llegar a Vandor un mensaje desesperado donde dice que lo están destrozando; el papelito se pierde, Vallese es "comunista".
...
El que escribió lo anterior es Rodolfo Walsh en "¿Quién mató a Rosendo?". Calculo que aclara el asunto del cinismo del que hablábamos al comienzo. Un cinismo que casi es una carcajada siniestra y que recuerda momentos espantosos que estos muchachos extrañan con una mirada soñadora y a la vez, calculadora.
Por supuesto la CGT "oficial" también homenajeará a Vandor.
Y sobre la oportunidad de un homenaje a Vandor, sigamos leyendo a Walsh:
...
"Vandor se ha mantenido diez años al frente de su gremio, y lo que pensaban sus representados se ignoró hasta mayo de 1967, cuando dos listas opositoras se presentaron a discutirle la conducción. Cualquiera de las dos, la gris o la rosa, bastaba para derrotarlo. Pero sus amigos de 1959 habían escalado posiciones: el subdirector de relaciones San Sebastián era ya el secretario de Trabajo San Sebastián, y en ese carácter ordenó la suspensión de las elecciones en la UOM y la prórroga de los mandatos de sus dirigentes. La maniobra resultó visible hasta para el comentarista gremial de La Nación."Esta disposición -dijo- salvará a Vandor del riesgo muy posible de perder el mando de su gremio." (...) "Qué lástima -dijo Vandor-. Entonces no hay comicios." Y se quedó, elegido por el secretario de Trabajo del gobierno elegido por nadie."
...
Ahora entiendo el homenaje. Claro, no pueden menor que homenajearlo siendo quienes son y pensando en lo que quieren ser.
Una vez que el "homenaje" suceda habrá que pensar en desagraviar a Felipe Vallese, cuyo destino fue minuciosamente negado por el homenajeado.
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El salón Felipe Vallese, ahí harán el "homenaje" a Vandor. Se nota que el cinismo no tiene límite alguno. ¿Por qué digo lo anterior? Por esto:
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"Esto no sirve cuando el rebelde tiene ciertas condiciones, cuando se llama Felipe Vallese y es un luchador sin miedo. Aparece aquí el tercer escalón: la policía. Secuestra, tortura, mata. No importa que el secuestrado en la comisaría de Villa Lynch dé a dos detenidos que salen en libertad el número telefónico de la UOM; no importa que en efecto, llamen ahí: "El sindicato no mueve un dedo". No importa que todavía haga llegar a Vandor un mensaje desesperado donde dice que lo están destrozando; el papelito se pierde, Vallese es "comunista".
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El que escribió lo anterior es Rodolfo Walsh en "¿Quién mató a Rosendo?". Calculo que aclara el asunto del cinismo del que hablábamos al comienzo. Un cinismo que casi es una carcajada siniestra y que recuerda momentos espantosos que estos muchachos extrañan con una mirada soñadora y a la vez, calculadora.
Por supuesto la CGT "oficial" también homenajeará a Vandor.
Y sobre la oportunidad de un homenaje a Vandor, sigamos leyendo a Walsh:
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"Vandor se ha mantenido diez años al frente de su gremio, y lo que pensaban sus representados se ignoró hasta mayo de 1967, cuando dos listas opositoras se presentaron a discutirle la conducción. Cualquiera de las dos, la gris o la rosa, bastaba para derrotarlo. Pero sus amigos de 1959 habían escalado posiciones: el subdirector de relaciones San Sebastián era ya el secretario de Trabajo San Sebastián, y en ese carácter ordenó la suspensión de las elecciones en la UOM y la prórroga de los mandatos de sus dirigentes. La maniobra resultó visible hasta para el comentarista gremial de La Nación."Esta disposición -dijo- salvará a Vandor del riesgo muy posible de perder el mando de su gremio." (...) "Qué lástima -dijo Vandor-. Entonces no hay comicios." Y se quedó, elegido por el secretario de Trabajo del gobierno elegido por nadie."
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Ahora entiendo el homenaje. Claro, no pueden menor que homenajearlo siendo quienes son y pensando en lo que quieren ser.
Una vez que el "homenaje" suceda habrá que pensar en desagraviar a Felipe Vallese, cuyo destino fue minuciosamente negado por el homenajeado.
YO NO DIJE LO QUE DIJE
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Habría que revisar los editoriales del #8N.
Seguro que ahí encontraríamos algo de eso ¿no?
lunes, 26 de noviembre de 2012
SUDACAS ATREVIDOS
Mirá vos la ocurrencia.
Andar protegiendo la industria.
Un poco de solidaridad con el Primer Mundo che.
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SE ACABO LA COARTADA
En este blog no solemos hablar de Clarín, de la "corpo" o cosa por el estilo. Mitad porque en muchos blogs se ocupan del tema con mayor solvencia que nosotros. Pero hoy es necesario dedicarle a los señores de la cornetita algunos párrafos.
Hasta hace un tiempo, más bien hasta hoy, el Grupo Clarín tenía como bandera (aunque no como práctica) la libertad de prensa, la libertad de expresión y cosas por el estilo. A partir de esta denuncia acaban de ceder ese argumento y de ahora en adelante no podrán volverlo a usar dado que sus propias acciones lo han demolido.
No es que alguna vez hayan creído o defendido o sostenido la libertad de prensa y la libertad de expresión. Al contrario, todos sus esfuerzos tendían a cercenar ese derecho en los otros, con lo que teníamos que libertad de prensa y libertad de expresión se había transformado, por vía de alguna magia que no conozco, en la preservación de los privilegios del grupo.
Hoy esa argucia discursiva se ha desmoronado, porque el escorpión es el escorpión. Tarde o temprano iban a mostrar la hilacha abiertamente.
La mostraron, como esperábamos, porque no podían permanecer en su impostura durante toda la eternidad.
No es nada que no supiéramos.
Algunos tendrán que comenzar a enterarse.
Y otros muchos deberán sincerar sus objetivos. Porque muchachos, Clarín o el escorpión, los ha dejado en evidencia. Eso sacan por defender indefendibles.
domingo, 25 de noviembre de 2012
UNIDOS Y NEGOCIANDO
Si es por eso, no se unirán jamás. Porque "del lado del trabajador" hace demasiado tiempo que no están, tanto que parecen representar a la patronal y no al laburante, es más, tanto que ya son la patronal.
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¡Hay días en que extraño mucho al Gringo Tosco!
Como hoy por ejemplo.
Y pienso en Cavalieri ponele y más lo extraño.
¿SERÁ ESTA LA COMPETITIVIDAD QUE ANDAN BUSCANDO ALGUNOS NOSTÁLGICOS?
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Algunos pícaros nostálgicos andan buscando "recuperar la competitividad" de la mano de medidas como las que están tomando en España y que aquí ya sufrimos allá cerca y no muy lejos. Por eso baten el parche con cosas como esta, esta y esta.
Esto vendría siendo un ayudamemoria para los salames que, olvidando lo que no tienen que olvidar, aplauden las recetas que apuntan al corazón mismo de su tujes. Falsa conciencia se llama, protagonizar la ética de la clase dominante siendo el dominado.
A esta altura y con tanto elemento para juzgar, de adentro y de afuera, de ahora y de ayer, nadie es engañado sin su consentimiento.
sábado, 24 de noviembre de 2012
¿EL VIEJO TRUCO?
Dice Noam Chomsky que la "libre empresa" es “La socialización del costo y el riesgo, y la privatización de los beneficios”. En eso pensaba mientras leía esta nota.
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Y tambiém me acordé de esta otra nota.
Y dije en voz alta: "El viejo truco..."
No puedo sacarme esa sensación de la cabeza.
A pesar de las prolijas explicaciones.
Mis alarmas no suelen fallar, eso me temo.
PROLAMENTO
Estoy un poco cansado de tanto lamento.
Es el distrito con más recursos del país.
Que ha convertido el lamento en un género literario.
Y en una política de gobierno.
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La única vez que, por el resultado de las encuestas, se han hecho cargo de algo, se quejan, se quejan, se quejan, se quejan y no para de quejarse. Además de echarle la culpa al gobierno nacional por anticipado y para abrir el paraguas pensando en el momento aciago al que su ineptitud los conduce en cada caso. No hay una sola política del PRO que no haya terminado con muertos, lastimados, desplazados o perjudicados. Es su marca de fábrica.
Y el lamento, claro está.
viernes, 23 de noviembre de 2012
EL MUERTO Y SUS ASESINOS
El lenguaje muestra y oculta, en un doble juego de luces y sombras que señala y a la misma vez, ignora. También moldea una forma de mirar el mundo, de nombrarlo. Y nombrar algo es hacerlo aparecer de un modo preciso y determinado, pero sólo de ese modo y no de ningún otro.
Algunos pueden inferir esta doble potencia de la comunicación y, al recibir un mensaje, sospechar o al menos, suponer, que algo no les fue comunicado. Las razones de este recorte son múltiples, indiquemos las dos que nos interesan a los efectos de este opúsculo: primero, el mundo es complejo y no existe acto comunicativo alguno que lo pueda expresar en su totalidad, y segundo, el que comunica posee unos intereses particulares y colectivos que se objetivan en el recorte efectuado.
Ninguna de las dos razones anteriores reviste la condición de denuncia. No estamos, al menos por ahora, estableciendo un juicio ético sobre la naturaleza del recorte. Decimos que no existe acto comunicativo que no sea un recorte. Entenderlo, comprender esa condición permite al destinatario destrabar las pretensiones de totalidad que asumen algunos mensajes y de esa forma, relativizar su alcance y eficacia explicativa.
Dicho lo anterior analicemos este titular: “La muerte de un palestino por disparos israelíes desafía la tregua”. La noticia está en la portada del diario español “El País”. Véase cómo la frase alumbra y oculta, usando los parámetros que mencionamos anteriormente: tal como está escrita parece que quien desafía la tregua es el que murió. “La muerte de un palestino” es el sujeto cuyo predicado dice “desafía la tregua”. Parece ser que el palestino se murió nada más que para poner en peligro la tregua. Se puede comprobar sin mucho esfuerzo el desplazamiento que efectúa el redactor del titular: sin mucha sutileza desplaza el eje de la culpa del victimario a la víctima. El victimario puede ser disculpado dado que el palestino desafió con sus actos, en este caso la muerte, la tregua. Ergo, son los palestinos los que quieren quebrar esa tregua.
La complejidad del conflicto además, queda reducida a la manifiesta mala intención de los palestinos que ¡se mueren para quebrar la tregua!
Observemos otro detalle no menor del titular: la ruptura de la relación entre los efectores de los disparos y la muerte del palestino. ¿Cómo se logra ese efecto? Cambiando el nombre del acto: no es “El asesinato de un palestino por disparos israelíes desafía la tregua” es “La muerte de un palestino por disparos israelíes desafía la tregua”. Al transformar el crimen en una “muerte” la responsabilidad también se desplaza. Si el asesinato es nombrado como tal aparece con absoluta claridad la condición de victimarios de los israelíes responsables de los disparos y el desafío a la tregua tiene que ver con esos disparos. Cambia de mano la intencionalidad de los hechos y aparece lo que el periodista no quiere mostrar. Por eso usa la palabra “muerte”, para sacarle el peso ético y moral que contiene la palabra asesinado, o al menos “muerto”. Al insistir con “muerte” busca cierta neutralidad en el lenguaje que le brinde una escapatoria ética al victimario.
Muestra y oculta. Y además hace aparecer una interpretación que no se sigue de los hechos.
La intención de disculpar a los victimarios se refuerza con el titular interno: “Un palestino muere en el primer incidente tras la tregua entre Israel y Hamas”. Aquí se puede confirmar hacia dónde se dirige la mirada. El palestino sigue muriendo, casi por generación espontánea, pero Naiara Galarraga, la periodista que escribió el artículo, incorpora una nueva palabra para sugerir las malas intenciones de Hamas: dice “en el primer incidente entre Israel y Hamas”. La palabra “incidente” trata de hacernos pensar en un litigio en el que hubo al menos dos acciones, una provocación y una reacción. Dado que el palestino muere y esa muerte es un desafío a la tregua, la provocación provino del palestino. Los israelíes responsables del asesinato reaccionaron. O sea, la civilización está del lado de los victimarios, la víctima en el bando de la barbarie y de alguna forma se buscó su propio destino que es a su vez un desafío a la tregua.
El cuerpo de la nota insiste en la condición de no víctimas de los palestinos: dice “fallecidos”, “palestinos que resultaron heridos”, o sea, víctimas colaterales que nadie deseaba. Heridos y muertos más que nada por la casualidad. Los soldados israelíes aparecen mencionados pero en la voz de los palestinos, pero como esa voz está previamente desautorizada, carece de legitimidad para señalar a los culpables del asesinato. Tratar a lo dicho por los palestinos como habladurías de vecinos chusmas logra que el lector reste importancia a esas declaraciones.
Incorporar una declaración, sin verificar, hecha en Twitter de la portavoz del Ejército, Avital Leibovich: “Ahora mismo, en el lazo de Gaza de la frontera, docenas de palestinos están tirando piedras en un intento de romper la verja” le otorga verosimilitud al planteo de la nota acerca de las malas intenciones de los palestinos. Además, esta declaración tiene nombre y apellido, una responsable. La civilización asediada se exculpa en la violencia de los bárbaros.
Hay más para decir pero creo que el punto ha quedado establecido.
Como última consideración diría que hay que tener mucho cuidado cuando con lo que uno lee. Pero creo que, por el hecho de andar hurgando en este antro de inconformismo, daré eso por sentado.
Saludos, manga de desconfiados por naturaleza.
Algunos pueden inferir esta doble potencia de la comunicación y, al recibir un mensaje, sospechar o al menos, suponer, que algo no les fue comunicado. Las razones de este recorte son múltiples, indiquemos las dos que nos interesan a los efectos de este opúsculo: primero, el mundo es complejo y no existe acto comunicativo alguno que lo pueda expresar en su totalidad, y segundo, el que comunica posee unos intereses particulares y colectivos que se objetivan en el recorte efectuado.
Ninguna de las dos razones anteriores reviste la condición de denuncia. No estamos, al menos por ahora, estableciendo un juicio ético sobre la naturaleza del recorte. Decimos que no existe acto comunicativo que no sea un recorte. Entenderlo, comprender esa condición permite al destinatario destrabar las pretensiones de totalidad que asumen algunos mensajes y de esa forma, relativizar su alcance y eficacia explicativa.
Dicho lo anterior analicemos este titular: “La muerte de un palestino por disparos israelíes desafía la tregua”. La noticia está en la portada del diario español “El País”. Véase cómo la frase alumbra y oculta, usando los parámetros que mencionamos anteriormente: tal como está escrita parece que quien desafía la tregua es el que murió. “La muerte de un palestino” es el sujeto cuyo predicado dice “desafía la tregua”. Parece ser que el palestino se murió nada más que para poner en peligro la tregua. Se puede comprobar sin mucho esfuerzo el desplazamiento que efectúa el redactor del titular: sin mucha sutileza desplaza el eje de la culpa del victimario a la víctima. El victimario puede ser disculpado dado que el palestino desafió con sus actos, en este caso la muerte, la tregua. Ergo, son los palestinos los que quieren quebrar esa tregua.
La complejidad del conflicto además, queda reducida a la manifiesta mala intención de los palestinos que ¡se mueren para quebrar la tregua!
Observemos otro detalle no menor del titular: la ruptura de la relación entre los efectores de los disparos y la muerte del palestino. ¿Cómo se logra ese efecto? Cambiando el nombre del acto: no es “El asesinato de un palestino por disparos israelíes desafía la tregua” es “La muerte de un palestino por disparos israelíes desafía la tregua”. Al transformar el crimen en una “muerte” la responsabilidad también se desplaza. Si el asesinato es nombrado como tal aparece con absoluta claridad la condición de victimarios de los israelíes responsables de los disparos y el desafío a la tregua tiene que ver con esos disparos. Cambia de mano la intencionalidad de los hechos y aparece lo que el periodista no quiere mostrar. Por eso usa la palabra “muerte”, para sacarle el peso ético y moral que contiene la palabra asesinado, o al menos “muerto”. Al insistir con “muerte” busca cierta neutralidad en el lenguaje que le brinde una escapatoria ética al victimario.
Muestra y oculta. Y además hace aparecer una interpretación que no se sigue de los hechos.
La intención de disculpar a los victimarios se refuerza con el titular interno: “Un palestino muere en el primer incidente tras la tregua entre Israel y Hamas”. Aquí se puede confirmar hacia dónde se dirige la mirada. El palestino sigue muriendo, casi por generación espontánea, pero Naiara Galarraga, la periodista que escribió el artículo, incorpora una nueva palabra para sugerir las malas intenciones de Hamas: dice “en el primer incidente entre Israel y Hamas”. La palabra “incidente” trata de hacernos pensar en un litigio en el que hubo al menos dos acciones, una provocación y una reacción. Dado que el palestino muere y esa muerte es un desafío a la tregua, la provocación provino del palestino. Los israelíes responsables del asesinato reaccionaron. O sea, la civilización está del lado de los victimarios, la víctima en el bando de la barbarie y de alguna forma se buscó su propio destino que es a su vez un desafío a la tregua.
El cuerpo de la nota insiste en la condición de no víctimas de los palestinos: dice “fallecidos”, “palestinos que resultaron heridos”, o sea, víctimas colaterales que nadie deseaba. Heridos y muertos más que nada por la casualidad. Los soldados israelíes aparecen mencionados pero en la voz de los palestinos, pero como esa voz está previamente desautorizada, carece de legitimidad para señalar a los culpables del asesinato. Tratar a lo dicho por los palestinos como habladurías de vecinos chusmas logra que el lector reste importancia a esas declaraciones.
Incorporar una declaración, sin verificar, hecha en Twitter de la portavoz del Ejército, Avital Leibovich: “Ahora mismo, en el lazo de Gaza de la frontera, docenas de palestinos están tirando piedras en un intento de romper la verja” le otorga verosimilitud al planteo de la nota acerca de las malas intenciones de los palestinos. Además, esta declaración tiene nombre y apellido, una responsable. La civilización asediada se exculpa en la violencia de los bárbaros.
Hay más para decir pero creo que el punto ha quedado establecido.
Como última consideración diría que hay que tener mucho cuidado cuando con lo que uno lee. Pero creo que, por el hecho de andar hurgando en este antro de inconformismo, daré eso por sentado.
Saludos, manga de desconfiados por naturaleza.
jueves, 22 de noviembre de 2012
ES UN BUEN MOMENTO PARA LEER LO QUE SIGUE
Es una presentación de Alejandro Olmos.
Teniendo en cuenta los acontecimientos de hoy, merece una lectura atenta y puntillosa.
Teniendo en cuenta los acontecimientos de hoy, merece una lectura atenta y puntillosa.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
LA MALA PALABRA
¿Les pido un favorcito? A todos, a propios y ajenos, pero más que nada a los propios: dejen de criticar el paro del 20 de noviembre diciendo que fue “un paro político”. Por favor, pongan en esto el mayor esmero. Abandonen el argumento que indica que el paro no fue legítimo porque fue “político”.
Habrá, hay, otros motivos, puntuales, legibles, verificables, que se pueden explorar para refutar el carácter del paro. Claro que señalarlos requiere mucha mayor elucidación y análisis. Más laburo intelectual bah.
¿Los motivos de este pedido, de este ruego, de esta oración elevada a los feligreses de ambos bandos, si es que hubiera dos aunque ya sabemos que la realidad no se divide en mitades ni siquiera con Sofovich fungiendo como conductor?
Todo paro, toda toma, toda protesta, toda movilización, de dos, tres, cuatro o ciento veinte millones de tipos es “política”. ¿Qué otra naturaleza va a tener? Desde la Marcha del Orgullo Gay hasta el Día de la Resistencia pasando por la movilización al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de los traductores de gringos turistas que no saben pedir muzza con fainá. Las tomas de colegios secundarios en Buenos Aires, las protestas de pueblos originarios en el norte, la movilización de bañeros de hace algunos días, el cacerolazo del #8N, todos tienen carácter político. ¿Son menos legítimas por eso? De ninguna manera.
La discusión no está ahí. Muevan el tarro que están errando el chorro.
Los cortes de ruta de los ruralistas tenían carácter político, pero no era por eso que los discutíamos. Más bien el debate se daba en torno a otras características de las protestas por la 125, por su legitimidad de origen, por el país que imaginan e imaginaban. No estábamos de acuerdo con la mirada política que expresaban y con el país que anhelan todavía como escenario para perpetuar sus privilegios de clase.
No es, repito, el carácter político como condición inmanente de un hecho de esta naturaleza (una protesta de cualquier tipo) lo que uno debe discutir, sino el modo, la cosmovisión, la concepción política que defiende y propone esa protesta (porque una protesta tiene un fuerte componente prospectivo, le guste a quien le gustare).
Es de por sí evidente que una protesta es además una protesta contra una determinada política, sea esta cual fuere. Una política que motiva la resistencia. Una resistencia que tiene, no puede ser de otra manera, una indubitable condición política. O sea, una mirada alternativa que se hace visible. Nos agrade o no esa forma de pensar el futuro a partir del rechazo del presente.
No es otra cosa lo que hemos hecho en la calle desde hace décadas: refutar in situ un presente que considerábamos espantoso para proponer a los gritos, desde las paredes, mediante cantos, banderas y multitudes otro tipo de futuro.
En este blog hemos señalado hasta la náusea el desatino que compone desvirtuar una protesta diciendo que es “política”. Le hemos dicho a una manada de políticos que no pueden atacar una protesta diciendo que es “política”. Tienen que precisar los términos e identificar cuáles son las condiciones que no la hacen deseable, exponerse, que sería además una forma de exponer sus ideas al respecto. No se puede ser político y decir, sin que se te mueva un pelo, que algo es “político” como si fuera el “caca caca” con el que uno pretende desalentar la exploración que hacen los infantes de lugares u objetos francamente deleznables.
Lo seguimos pidiendo: no destruyan la política, esta vez a unos y a otros, dado que parecen estar de acuerdo oficialistas y opositores en lanzar al aire esta falacia descalificadora.
Decir que algo es malo porque es “político” significa en primera instancia atacar a la política como medio de construcción. Decir que algo está teñido de nulidad porque es “político” equivale a decir que la política carece de legitimidad para proyectar y ejecutar, restarle su potencia prospectiva. Decir que algo no debe ser tenido en cuenta porque es “político” implica empujar a la sociedad fuera del campo en donde se tienen que discutir ideas, propuestas y en el que los disensos son el motor y no el obstáculo de cualquier proceso.
Así que, ¡basta para mi basta para todos!.
Por suerte el paro de ayer fue político. Si quieren refutarlo o apoyarlo, a esforzar la neurona, abandonando los lugares comunes que sirven para hacer como que uno piensa.
Habrá, hay, otros motivos, puntuales, legibles, verificables, que se pueden explorar para refutar el carácter del paro. Claro que señalarlos requiere mucha mayor elucidación y análisis. Más laburo intelectual bah.
¿Los motivos de este pedido, de este ruego, de esta oración elevada a los feligreses de ambos bandos, si es que hubiera dos aunque ya sabemos que la realidad no se divide en mitades ni siquiera con Sofovich fungiendo como conductor?
Todo paro, toda toma, toda protesta, toda movilización, de dos, tres, cuatro o ciento veinte millones de tipos es “política”. ¿Qué otra naturaleza va a tener? Desde la Marcha del Orgullo Gay hasta el Día de la Resistencia pasando por la movilización al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de los traductores de gringos turistas que no saben pedir muzza con fainá. Las tomas de colegios secundarios en Buenos Aires, las protestas de pueblos originarios en el norte, la movilización de bañeros de hace algunos días, el cacerolazo del #8N, todos tienen carácter político. ¿Son menos legítimas por eso? De ninguna manera.
La discusión no está ahí. Muevan el tarro que están errando el chorro.
Los cortes de ruta de los ruralistas tenían carácter político, pero no era por eso que los discutíamos. Más bien el debate se daba en torno a otras características de las protestas por la 125, por su legitimidad de origen, por el país que imaginan e imaginaban. No estábamos de acuerdo con la mirada política que expresaban y con el país que anhelan todavía como escenario para perpetuar sus privilegios de clase.
No es, repito, el carácter político como condición inmanente de un hecho de esta naturaleza (una protesta de cualquier tipo) lo que uno debe discutir, sino el modo, la cosmovisión, la concepción política que defiende y propone esa protesta (porque una protesta tiene un fuerte componente prospectivo, le guste a quien le gustare).
Es de por sí evidente que una protesta es además una protesta contra una determinada política, sea esta cual fuere. Una política que motiva la resistencia. Una resistencia que tiene, no puede ser de otra manera, una indubitable condición política. O sea, una mirada alternativa que se hace visible. Nos agrade o no esa forma de pensar el futuro a partir del rechazo del presente.
No es otra cosa lo que hemos hecho en la calle desde hace décadas: refutar in situ un presente que considerábamos espantoso para proponer a los gritos, desde las paredes, mediante cantos, banderas y multitudes otro tipo de futuro.
En este blog hemos señalado hasta la náusea el desatino que compone desvirtuar una protesta diciendo que es “política”. Le hemos dicho a una manada de políticos que no pueden atacar una protesta diciendo que es “política”. Tienen que precisar los términos e identificar cuáles son las condiciones que no la hacen deseable, exponerse, que sería además una forma de exponer sus ideas al respecto. No se puede ser político y decir, sin que se te mueva un pelo, que algo es “político” como si fuera el “caca caca” con el que uno pretende desalentar la exploración que hacen los infantes de lugares u objetos francamente deleznables.
Lo seguimos pidiendo: no destruyan la política, esta vez a unos y a otros, dado que parecen estar de acuerdo oficialistas y opositores en lanzar al aire esta falacia descalificadora.
Decir que algo es malo porque es “político” significa en primera instancia atacar a la política como medio de construcción. Decir que algo está teñido de nulidad porque es “político” equivale a decir que la política carece de legitimidad para proyectar y ejecutar, restarle su potencia prospectiva. Decir que algo no debe ser tenido en cuenta porque es “político” implica empujar a la sociedad fuera del campo en donde se tienen que discutir ideas, propuestas y en el que los disensos son el motor y no el obstáculo de cualquier proceso.
Así que, ¡basta para mi basta para todos!.
Por suerte el paro de ayer fue político. Si quieren refutarlo o apoyarlo, a esforzar la neurona, abandonando los lugares comunes que sirven para hacer como que uno piensa.
martes, 20 de noviembre de 2012
NO PERO SI
Que notable.
Tanta suavidad y cortesía para con un paro.
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Humor y diplomacia.
Que lindo consenso.
¿ Y A DÓNDE SE LO QUERÍAN LLEVAR?
...
¿Podrían explicarme los pibes de Fortuna para qué es el crecimiento?
Porque parece que no lo tienen claro, parece.
Claro, si sos liberal libertario, bueno, que no te pisen.
AUSENCIAS
Nótese la ausencia de la palabra "Rehenes" tan en boga en otros paros.
Hoy parece que no hubo secuestro extorsivo che.
(Bueno, la utilizó Randazzo, pero ése no cuenta, es KK)
lunes, 19 de noviembre de 2012
MALA PRENSA II
-."La OTAN dice que Israel tiene derecho a defenderse, pero le pide moderación", frase cuya traducción es: si hay miseria que no se note, sabemos que tienen que matar a esos árabes intratables pero con discreción. Esto y declarar zona liberada es lo mismo o incluso, peor.
-.El Papa invita a los no creyentes a vivir "como si Dios existiera", frase cuya traducción es: "El Papa invita a los no creyentes a vivir como si la Iglesia Católica fuera su guía" aún cuando son, vaya el pequeño detalle, no creyentes. Toda la perorata pseudo-filosófica desgranada en el artículo se resume en que por las rupias danza el primate.
-.El Papa invita a los no creyentes a vivir "como si Dios existiera", frase cuya traducción es: "El Papa invita a los no creyentes a vivir como si la Iglesia Católica fuera su guía" aún cuando son, vaya el pequeño detalle, no creyentes. Toda la perorata pseudo-filosófica desgranada en el artículo se resume en que por las rupias danza el primate.
domingo, 18 de noviembre de 2012
¿QUIERES UN ALOMOHADONCITO TÍO?
Y que no se te acalambren las hemorroides.
...
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Ya vamos.
Si no llegamos arranquen nomás.
sábado, 17 de noviembre de 2012
MONSEÑOR DANIEL
Ya tenemos en Salta a Monseñor Urtubey y ahora se incorpora a la curia Monseñor Daniel que no quiere quedar mal parado frente a dios y sus representantes oficiales.
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Tratando de conseguir el pase a primera, Daniel sabe que con ser lamebotas no alcanza, además tiene que transitar el camino del chupacirios. Para que no se enoje su santidad que anda preocupado porque el secularismo le quita aportantes.
viernes, 16 de noviembre de 2012
DELICIAS DE UN CHARLATÁN
Gastronómicas:
Desconfíe señora cuando en el menú de una fonda el nombre de un plato use un adjetivo calificativo como parte de la descripción del potaje a servir: por ejemplo "Medallón de salmón rosado con salsa suave de mostaza" u "Ojo de bife a la mauritana con salsa de crema con finas hierbas". Desconfíe.
Siempre es mejor la más burda, concisa y taxativa denominación "Carne al horno con papas" o "Ñoquis con salsa bolognesa". Y se dice así, "Ñoqui", nada de "Gnocchi" que es escribe más fino pero tiene menos sabor y es considerablemente más caro.
Gastronómicas II:
El único ramo en donde los apócopes tienen el uso más que permitido es en la gastronomía popular: muzza, chori y otras nobles denominaciones que hacen referencia a una cocina concreta, sabrosa y generosa.
Marketing:
En estos días a cualquier cosa le ponen "Grupo". Un tipo que tiene dos locales de ropa, o de quiniela, o de venta de alpiste para jilgueros decide darse aires de empresario poderoso y le agrega a la razón social el inciso "Grupo". "Grupo Cacho" ponele. Loques lambición mijo.
Marketing II:
Siguiendo la lógica del enunciado anterior, el mismo tipo, el dueño del "Grupo Cacho" que ahora además de vender alimento para jilgueros incorporó una línea de morfi para perros anuncia la novedad indicando que ahora es "Grupo Cacho: División alimento para canes". Así hay "Grupos" de dos locales con "Divisiones" ad hoc que se multiplican hasta la náusea, de acuerdo a la imaginación del Cacho, que ahora además es "CEO".
...
Volveremos.
Desconfíe señora cuando en el menú de una fonda el nombre de un plato use un adjetivo calificativo como parte de la descripción del potaje a servir: por ejemplo "Medallón de salmón rosado con salsa suave de mostaza" u "Ojo de bife a la mauritana con salsa de crema con finas hierbas". Desconfíe.
Siempre es mejor la más burda, concisa y taxativa denominación "Carne al horno con papas" o "Ñoquis con salsa bolognesa". Y se dice así, "Ñoqui", nada de "Gnocchi" que es escribe más fino pero tiene menos sabor y es considerablemente más caro.
Gastronómicas II:
El único ramo en donde los apócopes tienen el uso más que permitido es en la gastronomía popular: muzza, chori y otras nobles denominaciones que hacen referencia a una cocina concreta, sabrosa y generosa.
Marketing:
En estos días a cualquier cosa le ponen "Grupo". Un tipo que tiene dos locales de ropa, o de quiniela, o de venta de alpiste para jilgueros decide darse aires de empresario poderoso y le agrega a la razón social el inciso "Grupo". "Grupo Cacho" ponele. Loques lambición mijo.
Marketing II:
Siguiendo la lógica del enunciado anterior, el mismo tipo, el dueño del "Grupo Cacho" que ahora además de vender alimento para jilgueros incorporó una línea de morfi para perros anuncia la novedad indicando que ahora es "Grupo Cacho: División alimento para canes". Así hay "Grupos" de dos locales con "Divisiones" ad hoc que se multiplican hasta la náusea, de acuerdo a la imaginación del Cacho, que ahora además es "CEO".
...
Volveremos.
jueves, 15 de noviembre de 2012
MALA PRENSA I
-."Llegó al país Lady Gaga, la artista más rentable del momento y un fenómeno de los negocios": esta es la presentación que hace de la cantante el Cronista. Mala prensa, te voy a decir. Nunca escuché un disco entero de la mencionada, pero le garanto Don Chupino que con esta publicidad voy a evitar minuciosamente cualquier encuentro con la obra gaguiana.
-."A la Reina de San Carlos le robaron sus atributos durante un desfile." Cuando lei el titular no pude menos que pensar que esta chica es muy pero muy distraida o el ladrón es un capo. Sin atributos, por otra parte, más que reina es rey.
-."Preocupa al Papa el "ateísmo práctico" de la sociedad actual", algunos se preocupan por cada pavada. Quizás, si saliera al mundo Don Papa podría ver que hay, para un hombre tan piadoso como él, asuntos mucho más graves por los que preocuparse.
-."Interior excusa la agresión a un menor de 13 años como una cuestión ‘fortuita’. Pero claro, el pibe se llevó por delante el palito de abollar ideológías por azar, de pura mala suerte che. Ya se sabe que estos señores funcionarios de la ley son unos humanistas bárbaros.
...
Juro que habrá más. No se sabe cuándo.
-."A la Reina de San Carlos le robaron sus atributos durante un desfile." Cuando lei el titular no pude menos que pensar que esta chica es muy pero muy distraida o el ladrón es un capo. Sin atributos, por otra parte, más que reina es rey.
-."Preocupa al Papa el "ateísmo práctico" de la sociedad actual", algunos se preocupan por cada pavada. Quizás, si saliera al mundo Don Papa podría ver que hay, para un hombre tan piadoso como él, asuntos mucho más graves por los que preocuparse.
-."Interior excusa la agresión a un menor de 13 años como una cuestión ‘fortuita’. Pero claro, el pibe se llevó por delante el palito de abollar ideológías por azar, de pura mala suerte che. Ya se sabe que estos señores funcionarios de la ley son unos humanistas bárbaros.
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Juro que habrá más. No se sabe cuándo.
miércoles, 14 de noviembre de 2012
EL TANO
Se me han revolvido los recuerdos, por esas cosas que tiene la edad que se avecina como una tormenta inevitable. Venía hoy caminando por la estropeada avenida Brasil, y el cartel de la rotisería en donde suelo comprar mi almuerzo me trajo a la memoria a mi amigo Sergio. El Tano para más datos. Tano de denserio, tano hasta los huesos del metatarso. Sergio, hijo de padres italianos, vivía en un lugar llamado Colonia San Jorge que era, es (aunque un poco menos) una colonia agrícola vecina al pueblo.
Desde allí, desde esas honduras rodeadas de médanos y vegetación brava, emergía Sergio montado en una motoneta desvencijada que apenas conservaba los elementos necesarios para funcionar. Tenía un notable parecido con el cómico inglés Benny Hill lo que, obviamente, le había procurado un apodo previsible pero certero.
Nos hicimos amigos debido a los buenos oficios de otro de mis amigos impresentables que, en una de esas reuniones en donde uno deja discurrir el tiempo, nos presentó digamos, formalmente. Pasa que Sergio, criado a la antigua, tenía esa cortesía formal que lo empujaba a tratar a todo el mundo de Ud., y usaba como una letanía la palabra “caballero”. No usaba “señor”, ese calificativo lo dejaba para las personas que le merecían algún respeto. Cuando decía que alguien era un señor se acompañaba con un gesto imperceptible de la mano izquierda que elevaba unos centímetros para dar énfasis a sus palabras.
Bichos raros, él, yo, y agreguemos, el resto de mis amigos, congeniamos inmediatamente. El tano fungía como secretario de un juzgado de paz, juzgado que estaba a cargo de un señor que tenía buenas intenciones pero escasas habilidades. Por tanto el secretario, en la práctica, se ocupaba casi de todo, excepto firmar. En ese lugar su formalidad le venía como anillo al dedo. Para evitar el viaje, más bien el safari, el Tano vivía de lunes a viernes en la casa contigua al juzgado. Allí solíamos juntarnos de noche a tomar mate y hablar de bueyes perdidos y vacas atadas.
El hermano del Tano vivía en Italia, en Módena. Le iba bastante bien como carpintero. Un día le propuso a Sergio por carta, que emigrara junto con él para montar una pequeña empresa de carpintería de oficinas. Semejante propuesta sumergió al Tano en un mar de dudas y esperanzas. Digamos, tenía un buen trabajo, con posibilidades de ascenso pero por otro lado estaba Italia, la Italia de sus padres en donde estaba su hermano y una promesa de un futuro menos previsible pero más interesante. Al fin y al cabo, luego de un largo proceso de evaluación, decidió irse.
Y se fue nomás, dejando la motoneta guardada en el galpón de su casa, llevándose apenas algunas valijas y los miedos y anhelos propios del que emigra. A partir de ese momento comenzaron a circular las cartas aéreas, esas que vienen con una guarda de color azul y rojo en los bordes. En aquellos días no había correo electrónico ni skype, así que uno debía conformarse con el papel y las fotos instantáneas.
Pasó el tiempo y por los motivos de siempre y por el más importante: la distancia, perdimos el contacto. En el medio Sergio se había casado y separado de una novia argentina, trabajaba con su hermano y seguía en Módena, ahora en San Posidonio.
Yo, que también tenía que trabajar, era encargado del laboratorio de informática en un taller del programa de informática educativa de Mendoza. Ese laboratorio funcionaba en las instalaciones de una biblioteca. Justo enfrente, y éste es un dato importante, hay una estación de servicio.
Un día de comienzos de noviembre, urgido por el calor de la siesta mendocina, crucé al minimercado de la estación a comprar una gaseosa fría. Cuando me aproximaba al lugar vi un tremendo auto negro, Mercedes Benz, reluciente y poderoso. Pensé para mi coleto “¿No tendrá miedo de pincharse las patas este señor?”. Pasé de largo mirando de reojo el vehículo. Justo antes de entrar al comercio escuché una voz que me gritó desde el interior del Mercedes deslumbrante. Una voz conocida que pronunció mi apellido emulando la entonación del juez de paz de mi pueblo: “-Señor Fernández”, dijo, desde la penumbra del habitáculo.
“Esa voz la conozco” pensé y giré agachándome para ver quién hablaba, sospechando quien era pero sin dar crédito a lo que veía: ahí adentro, muy lejos de aquella motoneta en ruinas estaba El Tano, al comando del Mercedes negro, cuál auriga improbable.
Los saludos fueron interminables y los encuentros con el resto de la manada nos ocuparon varias semanas. Y la anécdota del cambio, Siambretta por Mercedes Benz, ocupó el centro del asunto. No sólo por la obvia mejora en el parque automotor del Tano sino por el recuerdo de aquellos tiempos en los que veíamos llegar al Sergio montado sobre la motoneta, masticando tierra e insultando la inconstancia del motor.
El tiempo siguió pasando, aquel retorno fue pasajero y a la vez, parte de un retorno más largo que también terminó en un nuevo viaje a Italia. Sergio volvió a irse y retomó el trabajo con su hermano. En eso estaba cuando se dio un golpe, un muy mal golpe, cayendo desde lo alto de una escalera. Salvó su vida por intercesión de Tutatis. Y cuando creíamos que ya había superado el mal trago luego de un año de convalecencia, tuvo una recaída y sin más, partió de este mundo.
Murió allá en Italia, sin darnos la oportunidad de una despedida, sin haber podido conocer su casa y probar el jamón de San Posidonio ni visitar la fábrica de Ferrari, planes que habíamos forjado y que quedaron truncos. Ya no estaba el Tano para guiarnos en la península.
Cada vez que lo recuerdo, como hoy, lo primero que me viene a la cabeza es una imagen indeleble: la nube de tierra que levantaba la Siambretta en la calle sin pavimentar mientras el Tano intentaba mantener la estabilidad en esa endiablada motoneta. Y su cara que resumía el buen tipo que era y el tamaño de su corazón.
No pude decirle a rivederci.
Aprovecho la ocasión para hacerlo ahora, mientras pienso en la nobleza de las Siambrettas, vehículos tanos al fin.
Desde allí, desde esas honduras rodeadas de médanos y vegetación brava, emergía Sergio montado en una motoneta desvencijada que apenas conservaba los elementos necesarios para funcionar. Tenía un notable parecido con el cómico inglés Benny Hill lo que, obviamente, le había procurado un apodo previsible pero certero.
Nos hicimos amigos debido a los buenos oficios de otro de mis amigos impresentables que, en una de esas reuniones en donde uno deja discurrir el tiempo, nos presentó digamos, formalmente. Pasa que Sergio, criado a la antigua, tenía esa cortesía formal que lo empujaba a tratar a todo el mundo de Ud., y usaba como una letanía la palabra “caballero”. No usaba “señor”, ese calificativo lo dejaba para las personas que le merecían algún respeto. Cuando decía que alguien era un señor se acompañaba con un gesto imperceptible de la mano izquierda que elevaba unos centímetros para dar énfasis a sus palabras.
Bichos raros, él, yo, y agreguemos, el resto de mis amigos, congeniamos inmediatamente. El tano fungía como secretario de un juzgado de paz, juzgado que estaba a cargo de un señor que tenía buenas intenciones pero escasas habilidades. Por tanto el secretario, en la práctica, se ocupaba casi de todo, excepto firmar. En ese lugar su formalidad le venía como anillo al dedo. Para evitar el viaje, más bien el safari, el Tano vivía de lunes a viernes en la casa contigua al juzgado. Allí solíamos juntarnos de noche a tomar mate y hablar de bueyes perdidos y vacas atadas.
El hermano del Tano vivía en Italia, en Módena. Le iba bastante bien como carpintero. Un día le propuso a Sergio por carta, que emigrara junto con él para montar una pequeña empresa de carpintería de oficinas. Semejante propuesta sumergió al Tano en un mar de dudas y esperanzas. Digamos, tenía un buen trabajo, con posibilidades de ascenso pero por otro lado estaba Italia, la Italia de sus padres en donde estaba su hermano y una promesa de un futuro menos previsible pero más interesante. Al fin y al cabo, luego de un largo proceso de evaluación, decidió irse.
Y se fue nomás, dejando la motoneta guardada en el galpón de su casa, llevándose apenas algunas valijas y los miedos y anhelos propios del que emigra. A partir de ese momento comenzaron a circular las cartas aéreas, esas que vienen con una guarda de color azul y rojo en los bordes. En aquellos días no había correo electrónico ni skype, así que uno debía conformarse con el papel y las fotos instantáneas.
Pasó el tiempo y por los motivos de siempre y por el más importante: la distancia, perdimos el contacto. En el medio Sergio se había casado y separado de una novia argentina, trabajaba con su hermano y seguía en Módena, ahora en San Posidonio.
Yo, que también tenía que trabajar, era encargado del laboratorio de informática en un taller del programa de informática educativa de Mendoza. Ese laboratorio funcionaba en las instalaciones de una biblioteca. Justo enfrente, y éste es un dato importante, hay una estación de servicio.
Un día de comienzos de noviembre, urgido por el calor de la siesta mendocina, crucé al minimercado de la estación a comprar una gaseosa fría. Cuando me aproximaba al lugar vi un tremendo auto negro, Mercedes Benz, reluciente y poderoso. Pensé para mi coleto “¿No tendrá miedo de pincharse las patas este señor?”. Pasé de largo mirando de reojo el vehículo. Justo antes de entrar al comercio escuché una voz que me gritó desde el interior del Mercedes deslumbrante. Una voz conocida que pronunció mi apellido emulando la entonación del juez de paz de mi pueblo: “-Señor Fernández”, dijo, desde la penumbra del habitáculo.
“Esa voz la conozco” pensé y giré agachándome para ver quién hablaba, sospechando quien era pero sin dar crédito a lo que veía: ahí adentro, muy lejos de aquella motoneta en ruinas estaba El Tano, al comando del Mercedes negro, cuál auriga improbable.
Los saludos fueron interminables y los encuentros con el resto de la manada nos ocuparon varias semanas. Y la anécdota del cambio, Siambretta por Mercedes Benz, ocupó el centro del asunto. No sólo por la obvia mejora en el parque automotor del Tano sino por el recuerdo de aquellos tiempos en los que veíamos llegar al Sergio montado sobre la motoneta, masticando tierra e insultando la inconstancia del motor.
El tiempo siguió pasando, aquel retorno fue pasajero y a la vez, parte de un retorno más largo que también terminó en un nuevo viaje a Italia. Sergio volvió a irse y retomó el trabajo con su hermano. En eso estaba cuando se dio un golpe, un muy mal golpe, cayendo desde lo alto de una escalera. Salvó su vida por intercesión de Tutatis. Y cuando creíamos que ya había superado el mal trago luego de un año de convalecencia, tuvo una recaída y sin más, partió de este mundo.
Murió allá en Italia, sin darnos la oportunidad de una despedida, sin haber podido conocer su casa y probar el jamón de San Posidonio ni visitar la fábrica de Ferrari, planes que habíamos forjado y que quedaron truncos. Ya no estaba el Tano para guiarnos en la península.
Cada vez que lo recuerdo, como hoy, lo primero que me viene a la cabeza es una imagen indeleble: la nube de tierra que levantaba la Siambretta en la calle sin pavimentar mientras el Tano intentaba mantener la estabilidad en esa endiablada motoneta. Y su cara que resumía el buen tipo que era y el tamaño de su corazón.
No pude decirle a rivederci.
Aprovecho la ocasión para hacerlo ahora, mientras pienso en la nobleza de las Siambrettas, vehículos tanos al fin.
martes, 13 de noviembre de 2012
LA ZANAHORIA DE BULAT Y EL BIFE DEL OPUS DEI
“El modelo económico basado en el consumo interno se agotó. No tiene nada de malo, cumplió un ciclo, ahora hay que promover de nuevo el de la exportación y de la inversión, como fue entre 2003 y 2007. Pero para eso se necesita más zanahoria que látigo, más conocimiento y menos órdenes.”
...
Esto leía ayer en un artículo del ¿periodista? Tomás Bulat. Semejantes afirmaciones me recordaron una discusión que tuve allá lejos y hace tiempo con un economista del Opus Dei en el lejano pueblo de Mendoza en donde viví hasta hace algún tiempo.
Resulta que, en el marco de un debate sobre el destino del departamento (el equivalente a partido en territorio bonaerense) que tuvo lugar en un club de esa zona me topé con un economista ultraortodoxo. El señor economista, que era del Opus Dei, tenía el aspecto inequívoco de los miembros de esa prelatura: una especie de sacerdote secular vestido con traje de calle, con el infaltable pin de una prestigiosa universidad privada en la solapa.
El eje central del debate era proponer alternativas para que el departamento despegara de su condición “parasitaria”, entendida ésta como la dependencia fiscal y operativa del lugar de la administración central que financiaba a la municipalidad. No se podía, no se puede todavía, autofinanciarse, dada la escasa recaudación impositiva que se obtiene. Y de paso cañazo, mejorar las condiciones de vida de los habitantes que son los que sufren la mishiadura. Los motivos de ese estado de cosas deben buscarse en las sucesivas crisis agrarias que dejaron al lugar culo pa´rriba, la modificación de la matriz productiva que determino la cuasi desaparición de las pequeñas unidades productivas reemplazadas por modos de producción intensivos que concentraron la tierra y expulsaron trabajadores. Además, y el punto central del problema, la ausencia de un proyecto acerca del rumbo a seguir que junte en un acuerdo mínimo a los partidos políticos, incluso cada uno de ellos carece de ese proyecto y en las campañas políticas sólo tienen un arsenal de promesas vacías (sobre este tema me extenderé en otra ocasión, prometido).
Cuando le toco el turno al opusdeista expuso sus propuestas para sacar del ostracismo al lugar, propuestas que podemos resumir diciendo que había que “hacer atractivo” al departamento para que vinieran inversiones, se asentaran industrias y así comenzara a girar un círculo virtuoso que daría por resultado un departamento pujante y lleno de sonrisas. La zanahoria de Bulat. Las medidas que detalló consistían en una batería de exenciones impositivas, disminución de costos laborales ¡a cargo de la municipalidad!, así como lo escuchan el señor proponía que el municipio se hiciera cargo de parte del salario de los obreros rurales de las grandes firmas vitivinícolas para lograr que vinieran en patota al departamento, facilidades para ayudar a esas empresas a exportar, etc. O sea, y en castellano, proponía que para “hacer atractivo” el departamento se financiaran los costos de las empresas que tuvieran la deferencia de venir al lugar. Abrirse de piernas es una expresión cruda pero notablemente más eficaz. Todo esto dicho con la atildada seguridad de quien enarbola una verdad indiscutible.
Pensando que alguien con un poco de lucidez le iba a retrucar esos argumentos, me quedé en silencio digiriendo el discurso en medio del aplauso que le brindaron los incautos de la concurrencia. Como no hubo preguntas, a continuación, sabiendo que iba a arar en el desierto, me dispuse a refutar esas paparruchadas.
Le pregunté en primer lugar si las propuestas no eran parecidas a la “promoción industrial” que tantas satisfacciones había causado en los bolsillos de políticos y empresarios de San Luis. Promoción industrial que consistió en unas exenciones impositivas negociadas bajo cuerda, fábricas con “rueditas” que producían en sus locaciones originales y facturaban en San Luis y que, luego del período de gracia, huían a toda velocidad dejando inmensas estructuras vacías y un reguero de desocupados para sumar a los existentes de ahí y de otros lugares.
Me dijo que si se establecían reglas claras eso no pasaría porque había que controlar y además, la prosperidad de las empresas se derramaría sobre el lugar como se derramó en San Luis.
A lo que objeté que lo que se derramó obedece muy poco a beneficios genuinos y que San Luis más bien se parecía a un Phillips Whirlpool enorme, cosa que explicaba muy bien la aparición de fastuosas obras como el estadio Ave Fénix y el sostenimiento del equipo de básquet GEPU, y así (cabe acotar que el tiempo me da cada vez más la razón, dado que la supuesta pujanza industrial de San Luis se sigue diluyendo y las obras faraónicas continúan apareciendo milagrosamente).
Contestó que eso era evidencia de mal funcionamiento, que fallaron los controles, pero que la propuesta era buena, porque, a pesar de todo, había generado “empleo”.
Objeté que el empleo en realidad había sido tomado por trabajadores industriales ya formados. Trabajadores que en San Luis no existían al momento de establecerse la promoción industrial. Entonces, las plazas, las escasas plazas que aparecieron, fueron cubiertas por obreros industriales de otras provincias y los puntanos casi quedaron excluidos del asunto. Que la promoción no había desarrollado a la provincia porque, asunto básico, las industrias que habían levantado sus galpones en principio no venían a producir y segundo, no desplegaban ninguna actividad que tuviera relación con la matriz productiva original.
Respondió con astucia que en el caso del departamento, ese problema podía ser evitado dado que las empresas que debían convocarse eran agroindustriales, o sea, relacionadas con la matriz productiva del departamento.
Rebatí diciendo que en ese sentido, el problema no era la actividad, el ramo: el inconveniente mayor era la forma, distinta, que asumía la explotación agraria del departamento y la que llevaban adelante las grandes empresas agroindustriales. La primera arraigaba al obrero a la tierra, le permitía desarrollarse en función de sus saberes y de esa forma desarrollar el territorio y la segunda expulsaba mano de obra aplicando tecnología en forma intensiva y terminaba de remachar el problema que no se solucionaba sino que se agravaba. Más que nada teniendo en cuenta que los métodos de producción intensiva agotan la tierra y los recursos y a cambio, no dejan ninguna compensación impositiva porque se las ha eximido de las mismas.
Entonces contraatacó con la pregunta esperada: ¿qué propone Ud.?
Expuse: en principio comprender cabalmente cuál es la realidad con la que se va a trabajar: cuáles son los saberes de los productores, cuál es el estado de las tierras, régimen de tenencia, el estado de la red de riego, las deudas que pesan sobre los productores, los métodos que se están aplicando en la producción, elaboración y empaquetamiento de los productos, antigüedad de las herramientas de producción, etc. O sea, un diagnóstico exhaustivo. Luego, con esa información (para no laburar sobre arena movediza) formular un proyecto viable que rearticule a los productores con el mercado mediante estrategias que permitan situar la producción sobre ejes que no se vean afectados por las variables habituales que impactan a la producción agrícola: o sea, desarrollar una zona productiva con características diferenciadas, con una producción conformada por productos que no tengan competencia en virtud de sus condiciones particulares, etc., etc.
Luego, consensuar un proyecto o varios proyectos, entre todas las instituciones del departamento y establecerlos, mediante las fuerzas políticas existentes, como políticas de estado que sean acuerdos básicos para orientar el trabajo en la dirección deseada.
Y laburar en función de esos proyectos, tratando de que todas las acciones de cualquier orden se encaminen a concretarlos. Por ejemplo, impulsar la formación de profesionales tales como ingenieros agrónomos, veterinarios, etc., que puedan ayudar a desarrollar la producción agroindustrial, desalentar la venta “a granel” de productos intentando que todo producto cultivado en el departamento sea al mismo tiempo, elaborado, empaquetado y comercializado en el mismo para de esa forma retener el valor agregado y otro montón de cosas así.
Eso que propone es una utopía, me dijo el economista.
A mi no me lo parece, le contesté. Es mucho más utópico apelar a la buena voluntad de una empresa y a su responsabilidad social. Cierto es que mi propuesta requiere mucho más trabajo, mucho más compromiso, y ante todo, una mirada distinta de la economía.
Es lo mismo que le contesto a Bulat. El problema es que el desarrollo no es una consecuencia de la buena voluntad de una empresa, ni de su aprovechamiento de “oportunidades de negocio”. El desarrollo entendido como tal, consiste en desplegar las capacidades productivas del país y proyectarlas hacia adentro y hacia afuera, en un doble movimiento que involucra esfuerzos privados y públicos. Eso que propone Bulat, como lo que proponía el economista del Opus Dei, ya lo probamos: el país fue todo lo “atractivo” que se pudo durante mucho tiempo y terminó vaciado por una razón muy básica: una empresa no viene a desarrollar nada, viene a obtener ganancias lo más rápido posible y con la menor cantidad de controles. No quiere, no está entre sus objetivos promover la industrialización de ningún lugar ni mucho menos mejorar las condiciones de vida de los laburantes. Quiere hacer una diferencia, rápido, si es posible ayer y es más, si esa diferencia está subsidiada mejor (el hecho de que esas ganancias veloces se obtienen en el rubro de servicios me exime de explicar porqué no “invierten” en fábricas o cosas así. Y si desean “invertir” en el rubro industrial, reclamarán flexibilización del obrero industrial, para ser “competitivas”, tal como piden los cretinos locales, que ante todo son capitalistas).
El desarrollo bien entendido necesita mucho laburo, muy complejo, superar obstáculos, articular, consensuar pero además, enfrentarse con quienes impiden por conveniencia o ignorancia, alcanzar los objetivos fijados. No es imposible, pero no es milagroso. No hay milagro, hay mucho sudor y lágrimas.
Un bife atractivo es un buen plato de comida, pero una vez deglutido sólo queda un hueso solitario con la nostalgia de esplendores esquivados.
No hay que dejarse engañar por sofistas como Bulat o como el opusdeista: el camino más rápido, el más simple, es a la vez el más doloroso y al final no hay nada que se parezca a un paraíso.
Nota:
El departamento sigue igual: ni una cosa ni la otra. Exploraron la propuesta veloz del opusdeista (era economista ¿entendés? y hablaba con palabras difíciles y vendía milagros) y se llevaron por delante la renuencia de la administración provincial que consideró que ese camino la llevaba de cabeza a financiar una festichola en la que no participaría y nutriría los bolsillos de algunos vivos, sin lograr otra cosa que un fracaso doble: para el departamento y para el erario provincial (calculo también que no se deslizó el diego correspondiente pero eso lo agrego de mal pensado que soy).
Por supuesto, lo contrario o sea, el proyecto que alentábamos varios y yo, fue supinamente ignorado. Las razones, supongo que son obvias.
...
Esto leía ayer en un artículo del ¿periodista? Tomás Bulat. Semejantes afirmaciones me recordaron una discusión que tuve allá lejos y hace tiempo con un economista del Opus Dei en el lejano pueblo de Mendoza en donde viví hasta hace algún tiempo.
Resulta que, en el marco de un debate sobre el destino del departamento (el equivalente a partido en territorio bonaerense) que tuvo lugar en un club de esa zona me topé con un economista ultraortodoxo. El señor economista, que era del Opus Dei, tenía el aspecto inequívoco de los miembros de esa prelatura: una especie de sacerdote secular vestido con traje de calle, con el infaltable pin de una prestigiosa universidad privada en la solapa.
El eje central del debate era proponer alternativas para que el departamento despegara de su condición “parasitaria”, entendida ésta como la dependencia fiscal y operativa del lugar de la administración central que financiaba a la municipalidad. No se podía, no se puede todavía, autofinanciarse, dada la escasa recaudación impositiva que se obtiene. Y de paso cañazo, mejorar las condiciones de vida de los habitantes que son los que sufren la mishiadura. Los motivos de ese estado de cosas deben buscarse en las sucesivas crisis agrarias que dejaron al lugar culo pa´rriba, la modificación de la matriz productiva que determino la cuasi desaparición de las pequeñas unidades productivas reemplazadas por modos de producción intensivos que concentraron la tierra y expulsaron trabajadores. Además, y el punto central del problema, la ausencia de un proyecto acerca del rumbo a seguir que junte en un acuerdo mínimo a los partidos políticos, incluso cada uno de ellos carece de ese proyecto y en las campañas políticas sólo tienen un arsenal de promesas vacías (sobre este tema me extenderé en otra ocasión, prometido).
Cuando le toco el turno al opusdeista expuso sus propuestas para sacar del ostracismo al lugar, propuestas que podemos resumir diciendo que había que “hacer atractivo” al departamento para que vinieran inversiones, se asentaran industrias y así comenzara a girar un círculo virtuoso que daría por resultado un departamento pujante y lleno de sonrisas. La zanahoria de Bulat. Las medidas que detalló consistían en una batería de exenciones impositivas, disminución de costos laborales ¡a cargo de la municipalidad!, así como lo escuchan el señor proponía que el municipio se hiciera cargo de parte del salario de los obreros rurales de las grandes firmas vitivinícolas para lograr que vinieran en patota al departamento, facilidades para ayudar a esas empresas a exportar, etc. O sea, y en castellano, proponía que para “hacer atractivo” el departamento se financiaran los costos de las empresas que tuvieran la deferencia de venir al lugar. Abrirse de piernas es una expresión cruda pero notablemente más eficaz. Todo esto dicho con la atildada seguridad de quien enarbola una verdad indiscutible.
Pensando que alguien con un poco de lucidez le iba a retrucar esos argumentos, me quedé en silencio digiriendo el discurso en medio del aplauso que le brindaron los incautos de la concurrencia. Como no hubo preguntas, a continuación, sabiendo que iba a arar en el desierto, me dispuse a refutar esas paparruchadas.
Le pregunté en primer lugar si las propuestas no eran parecidas a la “promoción industrial” que tantas satisfacciones había causado en los bolsillos de políticos y empresarios de San Luis. Promoción industrial que consistió en unas exenciones impositivas negociadas bajo cuerda, fábricas con “rueditas” que producían en sus locaciones originales y facturaban en San Luis y que, luego del período de gracia, huían a toda velocidad dejando inmensas estructuras vacías y un reguero de desocupados para sumar a los existentes de ahí y de otros lugares.
Me dijo que si se establecían reglas claras eso no pasaría porque había que controlar y además, la prosperidad de las empresas se derramaría sobre el lugar como se derramó en San Luis.
A lo que objeté que lo que se derramó obedece muy poco a beneficios genuinos y que San Luis más bien se parecía a un Phillips Whirlpool enorme, cosa que explicaba muy bien la aparición de fastuosas obras como el estadio Ave Fénix y el sostenimiento del equipo de básquet GEPU, y así (cabe acotar que el tiempo me da cada vez más la razón, dado que la supuesta pujanza industrial de San Luis se sigue diluyendo y las obras faraónicas continúan apareciendo milagrosamente).
Contestó que eso era evidencia de mal funcionamiento, que fallaron los controles, pero que la propuesta era buena, porque, a pesar de todo, había generado “empleo”.
Objeté que el empleo en realidad había sido tomado por trabajadores industriales ya formados. Trabajadores que en San Luis no existían al momento de establecerse la promoción industrial. Entonces, las plazas, las escasas plazas que aparecieron, fueron cubiertas por obreros industriales de otras provincias y los puntanos casi quedaron excluidos del asunto. Que la promoción no había desarrollado a la provincia porque, asunto básico, las industrias que habían levantado sus galpones en principio no venían a producir y segundo, no desplegaban ninguna actividad que tuviera relación con la matriz productiva original.
Respondió con astucia que en el caso del departamento, ese problema podía ser evitado dado que las empresas que debían convocarse eran agroindustriales, o sea, relacionadas con la matriz productiva del departamento.
Rebatí diciendo que en ese sentido, el problema no era la actividad, el ramo: el inconveniente mayor era la forma, distinta, que asumía la explotación agraria del departamento y la que llevaban adelante las grandes empresas agroindustriales. La primera arraigaba al obrero a la tierra, le permitía desarrollarse en función de sus saberes y de esa forma desarrollar el territorio y la segunda expulsaba mano de obra aplicando tecnología en forma intensiva y terminaba de remachar el problema que no se solucionaba sino que se agravaba. Más que nada teniendo en cuenta que los métodos de producción intensiva agotan la tierra y los recursos y a cambio, no dejan ninguna compensación impositiva porque se las ha eximido de las mismas.
Entonces contraatacó con la pregunta esperada: ¿qué propone Ud.?
Expuse: en principio comprender cabalmente cuál es la realidad con la que se va a trabajar: cuáles son los saberes de los productores, cuál es el estado de las tierras, régimen de tenencia, el estado de la red de riego, las deudas que pesan sobre los productores, los métodos que se están aplicando en la producción, elaboración y empaquetamiento de los productos, antigüedad de las herramientas de producción, etc. O sea, un diagnóstico exhaustivo. Luego, con esa información (para no laburar sobre arena movediza) formular un proyecto viable que rearticule a los productores con el mercado mediante estrategias que permitan situar la producción sobre ejes que no se vean afectados por las variables habituales que impactan a la producción agrícola: o sea, desarrollar una zona productiva con características diferenciadas, con una producción conformada por productos que no tengan competencia en virtud de sus condiciones particulares, etc., etc.
Luego, consensuar un proyecto o varios proyectos, entre todas las instituciones del departamento y establecerlos, mediante las fuerzas políticas existentes, como políticas de estado que sean acuerdos básicos para orientar el trabajo en la dirección deseada.
Y laburar en función de esos proyectos, tratando de que todas las acciones de cualquier orden se encaminen a concretarlos. Por ejemplo, impulsar la formación de profesionales tales como ingenieros agrónomos, veterinarios, etc., que puedan ayudar a desarrollar la producción agroindustrial, desalentar la venta “a granel” de productos intentando que todo producto cultivado en el departamento sea al mismo tiempo, elaborado, empaquetado y comercializado en el mismo para de esa forma retener el valor agregado y otro montón de cosas así.
Eso que propone es una utopía, me dijo el economista.
A mi no me lo parece, le contesté. Es mucho más utópico apelar a la buena voluntad de una empresa y a su responsabilidad social. Cierto es que mi propuesta requiere mucho más trabajo, mucho más compromiso, y ante todo, una mirada distinta de la economía.
Es lo mismo que le contesto a Bulat. El problema es que el desarrollo no es una consecuencia de la buena voluntad de una empresa, ni de su aprovechamiento de “oportunidades de negocio”. El desarrollo entendido como tal, consiste en desplegar las capacidades productivas del país y proyectarlas hacia adentro y hacia afuera, en un doble movimiento que involucra esfuerzos privados y públicos. Eso que propone Bulat, como lo que proponía el economista del Opus Dei, ya lo probamos: el país fue todo lo “atractivo” que se pudo durante mucho tiempo y terminó vaciado por una razón muy básica: una empresa no viene a desarrollar nada, viene a obtener ganancias lo más rápido posible y con la menor cantidad de controles. No quiere, no está entre sus objetivos promover la industrialización de ningún lugar ni mucho menos mejorar las condiciones de vida de los laburantes. Quiere hacer una diferencia, rápido, si es posible ayer y es más, si esa diferencia está subsidiada mejor (el hecho de que esas ganancias veloces se obtienen en el rubro de servicios me exime de explicar porqué no “invierten” en fábricas o cosas así. Y si desean “invertir” en el rubro industrial, reclamarán flexibilización del obrero industrial, para ser “competitivas”, tal como piden los cretinos locales, que ante todo son capitalistas).
El desarrollo bien entendido necesita mucho laburo, muy complejo, superar obstáculos, articular, consensuar pero además, enfrentarse con quienes impiden por conveniencia o ignorancia, alcanzar los objetivos fijados. No es imposible, pero no es milagroso. No hay milagro, hay mucho sudor y lágrimas.
Un bife atractivo es un buen plato de comida, pero una vez deglutido sólo queda un hueso solitario con la nostalgia de esplendores esquivados.
No hay que dejarse engañar por sofistas como Bulat o como el opusdeista: el camino más rápido, el más simple, es a la vez el más doloroso y al final no hay nada que se parezca a un paraíso.
Nota:
El departamento sigue igual: ni una cosa ni la otra. Exploraron la propuesta veloz del opusdeista (era economista ¿entendés? y hablaba con palabras difíciles y vendía milagros) y se llevaron por delante la renuencia de la administración provincial que consideró que ese camino la llevaba de cabeza a financiar una festichola en la que no participaría y nutriría los bolsillos de algunos vivos, sin lograr otra cosa que un fracaso doble: para el departamento y para el erario provincial (calculo también que no se deslizó el diego correspondiente pero eso lo agrego de mal pensado que soy).
Por supuesto, lo contrario o sea, el proyecto que alentábamos varios y yo, fue supinamente ignorado. Las razones, supongo que son obvias.
lunes, 12 de noviembre de 2012
LA LISTA DE JACK
Como decía el famoso Jack, vamos por partes:
1.-Dicen que los que participaron en el 8N no tienen representación política. Yo creo que sí, que la tienen. Sabemos y conocemos cuáles son sus candidatos. Pasa que ninguno de los candidatos a los que pueden apelar juntaría los votos suficientes para ganar una elección. Entonces, sería más acertado decir que no tienen representantes políticos que conciten la adhesión necesaria para imponerse en una elección.
2.-También se ha señalado que los que participaron del 8N no tienen propuestas. Yo creo que sí, que las tienen. En unos casos son inconfesables y se recubren con algún disfraz para que el gato parezca liebre y en otros son de orden general y señalan escenarios que consideran deplorables, sugiriendo, exigiendo reemplazarlos por otros más amigables con sus convicciones. Pero algo tienen en común, un punto de encuentro en donde todas esas propuestas coinciden: la exclusión. Tal como se ha señalado con acierto las propuestas del 8N apuntan al recorte de derechos como mecanismo compensatorio.
3.-Decían algunos carteles del 8N que “eran de la mitad que mantiene a la otra mitad”. Nada más falso que ese argumento. Ya lo hemos desguazado en otro momento pero agrego: pensar de esa forma es ignorar que existe una brecha nada despreciable entre los que tienen mayores ingresos y los que reciben una porción ínfima de la torta. La famosa brecha entre ricos y pobres. Este índice significa en la práctica que quienes acumulan más riqueza la obtienen a costa de los que tienen menos ingresos. No hace falta explicar los vericuetos de la plusvalía y la producción social de la riqueza ¿no? Eso de que el capital acumulado es en realidad sobretrabajo apropiado ¿no? Entonces, sería más acertado decir “Soy de la mitad mantenida por la otra mitad, yo la junto con pala dada la existencia de una mitad que suda para abultarme los bolsillos” invirtiendo el sentido del signo. Los señores pueden apelar indicando que la mitad que supuestamente ellos mantienen “no labura”, “vive de los planes”, etc. Entonces responderé que necesitan interiorizarse sobre el concepto de ejército de reserva y aplicar esas pretendidas leyes de oferta y demanda con las que encandilan a los ingenuos.
4.-Muchos carteles indicaban que “la inseguridad no es una sensación”. Más allá de estadísticas y análisis rigurosos que podrían iluminar algo tan oscuro y nebuloso debo recordarle a los señores caceroleros que sí, que la “inseguridad” es una sensación. Y que, si ellos están en la calle es porque tienen esa “sensación”. Si señores. Se “sienten” inseguros. O sea, tienen la “sensación” de no tener seguridad. Más allá de que esa sensación sea acertada o no, la tienen. No tienen la certeza, tienen la sensación. Pueden aducir que han sido asaltados y entonces no es una sensación. El asalto no lo es, pero tener la percepción de que pueden volver a ser asaltados es una sensación. Y el asalto es algo concreto, un dato duro, que es parte del delito, como singularidad y como parte de una estadística.
Me dirán que el análisis es más bien rebuscado. De ninguna manera. Hablar de “inseguridad” es hablar de una sensación porque no hace referencia a hechos, aunque los hechos aparentemente la disparan: hace referencia a la percepción de una posibilidad, o sea, una sensación.
5.-Muchos de los que protestaron en el 8N adherían a la solicitud del periodista Jorge Lanata que propuso, con alguna teatralidad, hace algún tiempo la consigna “Queremos Preguntar”. Pero, tal como se pudo verificar en la cobertura que le dieron los medios concentrados a la protesta, ese derecho es una solicitud unilateral. Todos, sin excepción, descalificaron al equipo de 6,7,8 que fue al 8N a ¡preguntar! No les ha caído bien que los caceroleros hayan sido interrogados. Los epítetos van desde “soberbia” hasta “elitismo”, pasando por “provocación”. O sea, la solicitud de Lanata era unidireccional: preguntar sin ser preguntado, interrogar sin ser interrogado. Mirando con la paciencia necesaria se descubre que el pedido de “Queremos Preguntar” en realidad significa “Queremos ser los únicos que preguntan y no queremos responder”. Simplificándolo “Queremos ser la única voz, interrogadores e intérpretes”. Por tanto, únicos administradores de un discurso que no admite preguntas, eficaz y evidente por sí mismo. La objeción puede ser que los caceroleros respondieron a los entrevistadores a lo que diré que estábamos hablando de los medios concentrados no de los participantes en la protesta que hablaron y se los escuchó fuerte y claro.
6.-La protesta misma echa por tierra los argumentos de “falta de libertad de expresión” y “falta de libertad”. Porque si ese hecho se verificara en la práctica la marcha no hubiera existido, o, como nos ha pasado en muchos casos, la represión hubiera intentado disuadir a los que protestaban. Y bueno, las expresiones vertidas en carteles, consignas y otros soportes indican con meridiana claridad que tuvieron libertad de expresión, amplia y sin restricciones.
Hay más, pero por hoy se me acabaron las fuentes de plagio.
Ah, me olvidaba: se admiten objeciones argumentales, las descalificaciones personales no tendrán respuestas, aunque pueden insultar a gusto si les apetece.
1.-Dicen que los que participaron en el 8N no tienen representación política. Yo creo que sí, que la tienen. Sabemos y conocemos cuáles son sus candidatos. Pasa que ninguno de los candidatos a los que pueden apelar juntaría los votos suficientes para ganar una elección. Entonces, sería más acertado decir que no tienen representantes políticos que conciten la adhesión necesaria para imponerse en una elección.
2.-También se ha señalado que los que participaron del 8N no tienen propuestas. Yo creo que sí, que las tienen. En unos casos son inconfesables y se recubren con algún disfraz para que el gato parezca liebre y en otros son de orden general y señalan escenarios que consideran deplorables, sugiriendo, exigiendo reemplazarlos por otros más amigables con sus convicciones. Pero algo tienen en común, un punto de encuentro en donde todas esas propuestas coinciden: la exclusión. Tal como se ha señalado con acierto las propuestas del 8N apuntan al recorte de derechos como mecanismo compensatorio.
3.-Decían algunos carteles del 8N que “eran de la mitad que mantiene a la otra mitad”. Nada más falso que ese argumento. Ya lo hemos desguazado en otro momento pero agrego: pensar de esa forma es ignorar que existe una brecha nada despreciable entre los que tienen mayores ingresos y los que reciben una porción ínfima de la torta. La famosa brecha entre ricos y pobres. Este índice significa en la práctica que quienes acumulan más riqueza la obtienen a costa de los que tienen menos ingresos. No hace falta explicar los vericuetos de la plusvalía y la producción social de la riqueza ¿no? Eso de que el capital acumulado es en realidad sobretrabajo apropiado ¿no? Entonces, sería más acertado decir “Soy de la mitad mantenida por la otra mitad, yo la junto con pala dada la existencia de una mitad que suda para abultarme los bolsillos” invirtiendo el sentido del signo. Los señores pueden apelar indicando que la mitad que supuestamente ellos mantienen “no labura”, “vive de los planes”, etc. Entonces responderé que necesitan interiorizarse sobre el concepto de ejército de reserva y aplicar esas pretendidas leyes de oferta y demanda con las que encandilan a los ingenuos.
4.-Muchos carteles indicaban que “la inseguridad no es una sensación”. Más allá de estadísticas y análisis rigurosos que podrían iluminar algo tan oscuro y nebuloso debo recordarle a los señores caceroleros que sí, que la “inseguridad” es una sensación. Y que, si ellos están en la calle es porque tienen esa “sensación”. Si señores. Se “sienten” inseguros. O sea, tienen la “sensación” de no tener seguridad. Más allá de que esa sensación sea acertada o no, la tienen. No tienen la certeza, tienen la sensación. Pueden aducir que han sido asaltados y entonces no es una sensación. El asalto no lo es, pero tener la percepción de que pueden volver a ser asaltados es una sensación. Y el asalto es algo concreto, un dato duro, que es parte del delito, como singularidad y como parte de una estadística.
Me dirán que el análisis es más bien rebuscado. De ninguna manera. Hablar de “inseguridad” es hablar de una sensación porque no hace referencia a hechos, aunque los hechos aparentemente la disparan: hace referencia a la percepción de una posibilidad, o sea, una sensación.
5.-Muchos de los que protestaron en el 8N adherían a la solicitud del periodista Jorge Lanata que propuso, con alguna teatralidad, hace algún tiempo la consigna “Queremos Preguntar”. Pero, tal como se pudo verificar en la cobertura que le dieron los medios concentrados a la protesta, ese derecho es una solicitud unilateral. Todos, sin excepción, descalificaron al equipo de 6,7,8 que fue al 8N a ¡preguntar! No les ha caído bien que los caceroleros hayan sido interrogados. Los epítetos van desde “soberbia” hasta “elitismo”, pasando por “provocación”. O sea, la solicitud de Lanata era unidireccional: preguntar sin ser preguntado, interrogar sin ser interrogado. Mirando con la paciencia necesaria se descubre que el pedido de “Queremos Preguntar” en realidad significa “Queremos ser los únicos que preguntan y no queremos responder”. Simplificándolo “Queremos ser la única voz, interrogadores e intérpretes”. Por tanto, únicos administradores de un discurso que no admite preguntas, eficaz y evidente por sí mismo. La objeción puede ser que los caceroleros respondieron a los entrevistadores a lo que diré que estábamos hablando de los medios concentrados no de los participantes en la protesta que hablaron y se los escuchó fuerte y claro.
6.-La protesta misma echa por tierra los argumentos de “falta de libertad de expresión” y “falta de libertad”. Porque si ese hecho se verificara en la práctica la marcha no hubiera existido, o, como nos ha pasado en muchos casos, la represión hubiera intentado disuadir a los que protestaban. Y bueno, las expresiones vertidas en carteles, consignas y otros soportes indican con meridiana claridad que tuvieron libertad de expresión, amplia y sin restricciones.
Hay más, pero por hoy se me acabaron las fuentes de plagio.
Ah, me olvidaba: se admiten objeciones argumentales, las descalificaciones personales no tendrán respuestas, aunque pueden insultar a gusto si les apetece.
HABLAR AL PEDO
De eso se trata proclamar escalas de valores que no tienen efecto en la práctica. Si usamos el análisis de Jean Paul Sartre, las cosas son cuando están siendo. Son cuando son. De lo contrario, apenas configuran un decálogo anodino con el que las buenas gentes dejan sus conciencias en paz ante los espejos.
Algo de eso hubo en el 8N.
Muchas palabras que no tienen otro contenido que el de figurar en una taxonomía ausente, en una escala proclamada pero no vivida, en generalizaciones vaporosas que no definen más que una indefinición sistémica. Indefinición que permite al indefinido, si se me permite la redundancia, evitar cuidadosamente vivir de acuerdo a lo que proclama como sus valores fundamentales.
Por eso pueden odiar y a la misma vez creerse personas buenas, piadosas, bellas y llenas de sensibilidad.
Por eso olvidan, se olvidan, deciden olvidar con tanta facilidad.
Por eso pueden correrse de su responsabilidad y declararse parte de un bando lleno de probos mujeres y hombres apegados a la república y la democracia.
Por eso pueden huir del oprobio que debería causarles su propia sombra en la historia.
Por eso vimos lo que vimos.
Y veremos lo que vendrá.
domingo, 11 de noviembre de 2012
LA SOLUCIÓN SARLO
Un detalle Don Ban Ki: la población kelpers no es una "población colonizada". Es la población "colonizadora", en resumidas cuentas, la población usurpadora. Los colonizadores para más datos. O sea, si arrancamos pensando que los kelpers son los pobladores de un territorio colonizado por Incalaperra, vamos mal y terminaremos peor. Digo, de pronto, me parece.
...
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Porque, pensar así, usar esa hipótesis, dibuja un escenario ficticio, inexistente, otorgándole a los kelpes categoría de víctimas cuando son parte del equipo victimario.
sábado, 10 de noviembre de 2012
FANTASMING INTERNACIONAL
¿No era que a Gadafi, Khadafi o Qadafi lo habían hecho boleta?
...
...
No hay caso.
I HATE THEM ALL
...
Basta recorrer los comentarios (y los artículos, aunque ahí disimulan un poco) de los medios serios y amordazados del país para verificar, como en un experimento científico, que ahí nomás, apenas rascas la capa retórica sobre la defensa de la república y las instituciones del 8N, está el odio. Ni te cuento los blogs en donde una marea humana tan intensa como la que marchó el 8N salió a la cancha con un grito de guerra que hace pensar, a los que no compartimos el planteo de la protesta, que nos aguarda un destino de horca y guillotina por ser "lacayos" del gobierno, situación ésta que significa no pensar como los caceroleros.
Vi con mucho agrado carteles en la marcha que decían "Pensar distinto está bien". Pero claro que si. pensar distinto es la esencia de una democracia. Sin esa diversidad no es posible optar por un proyecto político o por otro, por una idea o por otra, por ésto o por aquello. Lo llamativo es que ese "Pensar Distinto" se considera en el bando de la virtud si uno comparte la consigna de los caceroleros. Si no lo hace, no está bien, por lo tanto, el cartel miente: debería decir "Pensar como yo está bien".
¿Por qué digo lo anterior? Un poco por el tema del respeto que intenté analizar hace algunos días en este post. Otro poco porque en algunos comentarios que han dejado también en este humilde pasquín de obviedades han manifestado claramente que el ánimo es de revancha. Se me ha señalado en repetidas oportunidades que me, nos mueve el resentimiento. Eso lo podemos discutir. Pero lo que es obvio, evidente en sí mismo es que a muchos de los que protestaban el 8N también los animaba un sentimiento semejante. No son blancas palomitas republicanas que, con la mayor inocencia, salen a reclamar por su alpiste. De ningunísima manera.
Sobre las frases que prometen venganza lanzadas por los simpatizantes del 8N no hace falta extenderme. Cualquiera puede comprobar el tenor de las mismas. Un detalle: yo me asusto mucho cuando alguien repite tantas veces la palabra libertad y justicia. No sé porqué.
"Si el nombre es arquetipo de la cosa..." indicaba Borges en el poema aquel. El símbolo más acabado de esta marcha, del 8N no son las miles de personas que marcharon, los globos, las banderas argentinas, los cantitos o cosas por el estilo. El arquetipo de la cosa fue la destrucción de la placa en homenaje a Rodolfo Walsh y la vandalización del mural que recuerda al escritor y periodista desaparecido. Ese nombre, ese hecho, resume, de una vez, la naturaleza de la protesta. Podrían haber agregado una frase como "fuera zurdos", pero no querían ahuyentar a los confundidos que estaban ahí, marchando más o menos al lado de sus opresores.
Se me dirá que lo mio es reduccionismo burdo, análisis epidérmico, etc. No lo es. Pero no porque lo digo yo, lo dijeron las personas que fueron entrevistadas durante la marcha. En todas ellas primó un dispositivo de ocultamiento discursivo: recubrían sus intenciones, comenzaban hablando de instituciones, república, independencia de los poderes, libertad y luego, de a poco, comenzaban a revelar eso que traían adentro como un entripado y que sus buenos modales no dejaba salir frente a las cámaras.
La reacción del salame que le pegó al periodista fue mucho más sincera que todas las declaraciones anteriores en donde los entrevistados pretendían defender un supuesto orden institucional pero lo que querían era algo muy distinto, inconfesable, aún en un ámbito amigable para sus ideas.
Hablando de Walsh, recordé una frase del escritor mientras miraba en los distintos canales el desarrollo del 8N y pensaba en la placa destruida con saña y, bueno es repetirlo, odio: "La oligarquía, dominante frente a los argentinos y dominada frente al
extranjero. Que esa clase esté temperamentalmente inclinada al
asesinato, es una connotación importante que deberá tenerse en cuenta
cada vez que se encare la lucha contra ella. No para duplicar sus
hazañas, sino para no dejarse conmover por las sagradas ideas, los
sagrados principios y, en general, las bellas almas de los verdugos”
Calculo que viene como anillo al metatarso.
Nota:
Préstese atención a la retótica de los participantes del cacerolazo. Como dice Walsh, no se dejen engañar.