Como decía el famoso Jack, vamos por partes:
1.-Dicen que los que participaron en el 8N no tienen representación política. Yo creo que sí, que la tienen. Sabemos y conocemos cuáles son sus candidatos. Pasa que ninguno de los candidatos a los que pueden apelar juntaría los votos suficientes para ganar una elección. Entonces, sería más acertado decir que no tienen representantes políticos que conciten la adhesión necesaria para imponerse en una elección.
2.-También se ha señalado que los que participaron del 8N no tienen propuestas. Yo creo que sí, que las tienen. En unos casos son inconfesables y se recubren con algún disfraz para que el gato parezca liebre y en otros son de orden general y señalan escenarios que consideran deplorables, sugiriendo, exigiendo reemplazarlos por otros más amigables con sus convicciones. Pero algo tienen en común, un punto de encuentro en donde todas esas propuestas coinciden: la exclusión. Tal como se ha señalado con acierto las propuestas del 8N apuntan al recorte de derechos como mecanismo compensatorio.
3.-Decían algunos carteles del 8N que “eran de la mitad que mantiene a la otra mitad”. Nada más falso que ese argumento. Ya lo hemos desguazado en otro momento pero agrego: pensar de esa forma es ignorar que existe una brecha nada despreciable entre los que tienen mayores ingresos y los que reciben una porción ínfima de la torta. La famosa brecha entre ricos y pobres. Este índice significa en la práctica que quienes acumulan más riqueza la obtienen a costa de los que tienen menos ingresos. No hace falta explicar los vericuetos de la plusvalía y la producción social de la riqueza ¿no? Eso de que el capital acumulado es en realidad sobretrabajo apropiado ¿no? Entonces, sería más acertado decir “Soy de la mitad mantenida por la otra mitad, yo la junto con pala dada la existencia de una mitad que suda para abultarme los bolsillos” invirtiendo el sentido del signo. Los señores pueden apelar indicando que la mitad que supuestamente ellos mantienen “no labura”, “vive de los planes”, etc. Entonces responderé que necesitan interiorizarse sobre el concepto de ejército de reserva y aplicar esas pretendidas leyes de oferta y demanda con las que encandilan a los ingenuos.
4.-Muchos carteles indicaban que “la inseguridad no es una sensación”. Más allá de estadísticas y análisis rigurosos que podrían iluminar algo tan oscuro y nebuloso debo recordarle a los señores caceroleros que sí, que la “inseguridad” es una sensación. Y que, si ellos están en la calle es porque tienen esa “sensación”. Si señores. Se “sienten” inseguros. O sea, tienen la “sensación” de no tener seguridad. Más allá de que esa sensación sea acertada o no, la tienen. No tienen la certeza, tienen la sensación. Pueden aducir que han sido asaltados y entonces no es una sensación. El asalto no lo es, pero tener la percepción de que pueden volver a ser asaltados es una sensación. Y el asalto es algo concreto, un dato duro, que es parte del delito, como singularidad y como parte de una estadística.
Me dirán que el análisis es más bien rebuscado. De ninguna manera. Hablar de “inseguridad” es hablar de una sensación porque no hace referencia a hechos, aunque los hechos aparentemente la disparan: hace referencia a la percepción de una posibilidad, o sea, una sensación.
5.-Muchos de los que protestaron en el 8N adherían a la solicitud del periodista Jorge Lanata que propuso, con alguna teatralidad, hace algún tiempo la consigna “Queremos Preguntar”. Pero, tal como se pudo verificar en la cobertura que le dieron los medios concentrados a la protesta, ese derecho es una solicitud unilateral. Todos, sin excepción, descalificaron al equipo de 6,7,8 que fue al 8N a ¡preguntar! No les ha caído bien que los caceroleros hayan sido interrogados. Los epítetos van desde “soberbia” hasta “elitismo”, pasando por “provocación”. O sea, la solicitud de Lanata era unidireccional: preguntar sin ser preguntado, interrogar sin ser interrogado. Mirando con la paciencia necesaria se descubre que el pedido de “Queremos Preguntar” en realidad significa “Queremos ser los únicos que preguntan y no queremos responder”. Simplificándolo “Queremos ser la única voz, interrogadores e intérpretes”. Por tanto, únicos administradores de un discurso que no admite preguntas, eficaz y evidente por sí mismo. La objeción puede ser que los caceroleros respondieron a los entrevistadores a lo que diré que estábamos hablando de los medios concentrados no de los participantes en la protesta que hablaron y se los escuchó fuerte y claro.
6.-La protesta misma echa por tierra los argumentos de “falta de libertad de expresión” y “falta de libertad”. Porque si ese hecho se verificara en la práctica la marcha no hubiera existido, o, como nos ha pasado en muchos casos, la represión hubiera intentado disuadir a los que protestaban. Y bueno, las expresiones vertidas en carteles, consignas y otros soportes indican con meridiana claridad que tuvieron libertad de expresión, amplia y sin restricciones.
Hay más, pero por hoy se me acabaron las fuentes de plagio.
Ah, me olvidaba: se admiten objeciones argumentales, las descalificaciones personales no tendrán respuestas, aunque pueden insultar a gusto si les apetece.
Vamos a preguntar: ¿hace cuánto que en Argentina se puede hacer una manifestación sin que a un manifestante se le toque un pelo? Y me refiero incluso al período que cubre este gobierno, durante el cual sí se han reprimido manifestaciones.
ResponderEliminarNo es por nada, pero me dan ganas de enarbolar el siguiente discurso: ¿Qué hay de mi derecho a circular por la ciudad sin ser molestado por esta chusma? ¿Dónde está la policía, por qué no los caga a palos a estos revoltosos que no dejan a la mayoría vivir tranquilos? ¿Eh?
Hola, Dormi (si me permite la confianza).
ResponderEliminarLo sigo con intermitencia constante pero me perdí sus comentarios sobre la falacia "Soy la mitad que mantiene etc...".
¿Me puede ilustrar en dónde escribió al respecto?
Me interesa su opinión
Saludos
Olivia:
ResponderEliminarLe permito.
Acá le dejo el link sobre el asunto de la mitad más uno:
http://grupoexpertosentodo.blogspot.com.ar/2012/09/la-mitad-mas-uno.html
Jack:
ResponderEliminarSería devolverles la pelota con su propio condimento...