jueves, 26 de enero de 2012

FANATISMO

La mayor parte de los fanatismos requieren y exigen pureza ideológica: ideas no contaminadas, ortodoxas, que puedan reconocerse inmediatamente y de las que el individuo no puede apartarse ni un ápice so pena de expulsión del grupo, una excomunión que conlleva ubicarlo en el bando de "los otros" y que lo hace merecedor del escarnio colectivo.
No hay que ser una lumbrera para inferir que un comportamiento como el descripto implica obediencia y un cierto grado de ceguera, voluntaria o no. Y no creo necesario agregar que una coyuntura tal, o sea, la pretensión de pureza ideológica y su búsqueda por todos los medios, es más que peligrosa.

7 comentarios:

  1. Y justo uno vino a nacer desobediente. ¿que cosa no?

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  2. @tilio:
    Desobediente y heterodoxo. Que ya he tenido problemas en todas partes por no creer en verdades reveladas.

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  3. Mire como será, Dormi, que mi novia milita en un frente universitario favorable a Cristina y algunos de sus compañer@s me dicen, en tono de broma (y no tanto... en rigor, la última vez casi "pudro" a uno) "trosko".
    Y eso que voté a Cristina y estoy muy de acuerdo con la tendencia que viene llevando (no con todo, por supuesto) el gobierno.

    Sí. Soy de izquierda, pero...¿"trosko" (con todo lo que ello conlleva debido a la resignificación que ha sufrido esta palabra en los últimos cuatro años)?
    En fin...
    Lo cierto es que últimamente me encuentro cada vez con más frecuencia con posturas dogmáticas entre grupos que piensan más o menos igual acerca de ciertas cuestiones generales. Y de tales enfrentamientos ¿quien suele salir beneficiada?
    Sí: La derecha.

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  4. Cosmo:
    Yo pienso que cualquier ortodoxia deriva en derecha. Porque, como bien sabemos, es la praxis la que marca la naturaleza misma de la acción. O sea, por más que las palabras digan otra cosa, el recurso a la ortodoxia es siempre un giro a la derecha.

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  5. Si a mi me dicen trosco los cago a trompadas. Otra que ortodoxia ni que mierda.

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  6. Don:
    No se caliente Don.
    Es curioso como las palabras van adquiriendo ribetes peyorativos en tanto se hacen vehículo de descalificación: pensaba en "piquetero" más precisamente, cosa que muchas veces me han dicho como si me insultaran.

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Bueno, os dejo en libertad. Disculpen las molestias ocasionadas.