domingo, 14 de agosto de 2011

EL DUEÑO

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Hace algunos días descubrí un argumento de autoridad al que no le había prestado la debida atención. Un argumento al que llamaré, a falta de otro nombre mejor, Argumento Midas (¿no sabés quién es Midas, rey para más datos). Midas, como habrás podido comprobar, era un tipo que convertía en oro todo lo que tocaba. El Argumento Midas actúa de la misma forma. A saber.
Escuchaba de reoreja (porque uno puede ver de reojo y escuchar de reoreja) una charla entre dos tipos de mi trabajo. La descripción de ambos dos es baladí por lo tanto la obviaremos. Uno le contaba al otro la temible situación a la que se enfrenta un conocido de él, que no puede salir a la calle con su auto importado por el temor a los robos y ahí el otro le respondió con el Argumento Midas: "-Yo conozco al tipo que es dueño de la cadena Mongofortunato, que es uno que vive ahí en Quilmes y que no lo conoce nadie porque el tipo se esconde y que tiene dos Ferraris y no las saca nada más que para andar por la autopista porque ahí puede andar rápido y nadie lo va a parar. Es más, el tipo anda cagando en la ruta aunque le saquen multas porque con la guita que tiene le conviene más pagarlas a que le roben el auto."
Ahí está de cuerpo entero el Argumento Midas. El hablante antes citado legitima sus prejuicios porque esas cosas también le pasan a un supuesto tipo de gran fortuna. El que de alguna forma "lo conozca" le otorga ante su interlocutor una pátina de personaje importante (¿mirá la gente con la que se codea?) y una autoridad con la que puede decretar la vigencia de sus dichos.
Si uno presta atención comenzará a escuchar por ahí cosas como "-Yo conozco al tipo que es el dueño de la cadena de restoranes de buseca de toda la argentina que tiene una casa ahí a tres cuadras de donde vive mi hermano y el tipo..." o "-Yo antes laburaba para el tipo que es dueño de todos los puestos de choripanes del país y él tipo...". A continuación siempre vendrá una petición de principio que el señor en cuestión respaldará con las acciones del personaje al que alude.
Yo por lo pronto, en mi larga y poco próspera vida, nunca tuve el placer de conocer al dueño de ninguna cadena de negocios, ni de una fortuna inmensa, ni de casi nada. Mi amigo el Negro tenía dos pancherías, pero eso no ranquea como "cadena" supongo. Y mi amigo Fernando tenia un Valiant boca de pescao y un jeep. Tampoco ranquea como flota.  Por lo tanto, no esperen de mi ningún Argumento Midas. No tengo dónde caerme muerto yo.
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5 comentarios:

  1. Muy bonito, ahora los enemigos de este blós van a tener razón. Usted miente.
    El "boca de pescado" era el Rambler del 64, nunca un Valiant, que para entonces no tenía aletas ni nada parecido a una curva en su línea.
    Lo bueno de esa buena gente, tenedora de autos que, pobres, no pueden usar del "cagazo" a que se los afanen; lo bueno, decía, es que no sé de qué se quejan si ése es un buen ejemplo de justicia, poética casi - Para tener esos autos de precios orgásmicos; ¿A cuántos cagan?, en vivo, en directo, de frente, de perfil?, a cuántos?, porque, parafraseando al filósofo luisito de camaño, "nadie garpa esos autos laburando".

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  2. Ram:
    Me ha pescado, nunca mejor dicho en este caso. Que auto el Rambler che. ¿Cuál era ese que parecía el batimóvil? No me le recuerdo che.
    Si, esos autos no se hacen barriendo la calle.

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  3. ¿Se imagina qué terrible ir a cenar a Puerto Madero con la Ferrari, y que los negritos esos que andan por ahí te lo rayen? Por favor, más policía para cuidarnos las Ferraris.

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  4. La pena es no ser rico, para poder contar la experiencia en 1ª persona. Que existan los ricos está bien, me queda la esperanza de serlo algun día, dicen que de ilusiones se vive.

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  5. Yo tengo un conocido que tiene una cadena,bueno unos curenta centimetros serán,y es barrabrava.

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Bueno, os dejo en libertad. Disculpen las molestias ocasionadas.