Se me ocurren rápidamente algunas cosas:
1.-No es la tecnología al servicio de la Fe sino al servicio del negocio. Un negocio en donde la fe mueve dólares.
2.-Es genial el concepto de Vela Digital: no tienen que gastar en una vela física y tampoco encenderla. Un negocio redondo, todo es ganancia. Se paga por una vela que no existe y una acción que tampoco tiene sustancia física.
3.-La "vela virtual" cuesta u$s 1,85. Pavada de costo por un acto de fe. Amén y ¡clin caja!.
(Los adjetivos que se deriven de este post corren por cuenta del lector)
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Bueno, os dejo en libertad. Disculpen las molestias ocasionadas.