ENEMIGOS PÚBLICOS

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Tengo algunas preguntas, para quien corresponda: ¿cuándo nos convertimos en Enemigos Públicos? ¿Por qué nos convirtieron en Enemigos Públicos? ¿Quiénes decidieron que somos Enemigos Públicos?

Es más que una obviedad que todas las medidas que toma el gobierno de Mauricio Macri van en una sola dirección: atacar a la mayoría de los habitantes del país, beneficiando a una minoría muy menor. Por lo tanto, esa gran mayoría se convierte en blanco de ataques permanentes, continuados, sin pausa. En la práctica esa mayoría entonces ocupa el lugar del Enemigo Público, Enemigo contra el que combate denodadamente la administración de Cambiemos.

Si repasamos todos los diarios, y cuando digo todos, digo todos, comprobamos que no hay una sola medida tomada a favor de los orejones del tarro. Ni una sola. Incluso las inciativas que en apariencia "benefician" a los nadies, en la letra chica no lo hacen, de hecho, están redactadas para engañar al supuesto beneficiado y al resto de los orejones y luego reventarles la cabeza con un palo (eso sí, con una sonrisa e informando a cámara que ellos no son los que están desparramando los sesos de las víctimas, que las huellas digitales están ahí porque les dejaron una "pesada herencia").

Han destruido en menos de ocho meses la vida cotidiana de la mayor parte de los argentinos, hipotecando por generaciones a otro montón de argentinos que aún no tienen pensado nacer. Cada uno de los aspectos de la vida de la sociedad fueron desarticulados de hecho por los constantes ataques de decretos, leyes y caprichos que se lanzan cada día desde el poder ejecutivo con la complicidad del poder judicial y el legislativo. Y las explicaciones falaces sobre estos cachetazos por parte de los funcionarios que nos dicen que no pasa lo que pasa, que pasa lo que pasa porque antes éramos unos niños mimados, que seguirá pasando porque somos hijos del rigor, que nos conformemos porque es apenas un par de pizzas más, un par de taxis menos, un llanto de hambre más o menos, emanan desprecio. La sorna, la ironía, la crueldad de las palabras horadan el aire tajeándonos la cara, informándonos que apenas somos un estorbo, que más nos valdría rompernos el lomo en silencio y agradecer a la buena voluntad del patrón el mendrugo que desliza de su mesa para que mantengamos la posición vertical.

Sin duda somos el Enemigo a vencer, el objetivo de su estrategia de combate. Buscan aniquilarnos, quitarnos del medio, reducirnos al silencio, a la condición de objetos parlantes cuya única voluntad sea la de los que mandan.

En definitiva, nos han convertido en Enemigos Públicos.

Vuelvo a preguntar: ¿Quién? ¿Por qué? ¿Para qué?

Advertencia final y retirada: hablaré por mi, dado que me exoneré del "todismo". Como Adversario Político que tiene el lomo marcado por la lucha soy jodido, complicado, alguien al que mejor no le ladrás si no tenés con qué morder. Pero como Enemigo soy temible y como Enemigo Público lisa y llanamente intratable. Cuando me ponés de aquel lado y me declarás irrecuperable, blanco móvil, objeto de escarnio e insulto, será mejor que tengas una buena espalda, porque como Enemigo soy abominable.