...
En donde me crié los perros eran perros. Digamos, con todos los privilegios y obligaciones que tiene un perro que vive en el campo. Los privilegios consisten en casa, comida, afecto y protección por parte de los humanos. Las obligaciones dependen de las habilidades que muestre el can: cuidar la casa, acompañar al campo al puestero, ayudar con la majada, etc. Pero incluso cuando el perro no muestra ninguna habilidad en particular se tiene en cuenta su carácter: digamos si es buena compañía o juega con los niños o cosas por el estilo.
La única falta que no está permitida (porque involucra la supervivencia de una familia que vive en el campo y que debe tender a la autarquía) es que sea "dañino".
¿Qué significa "dañino"? Un perro adquiere ese status cuando depreda los bienes comestibles de la familia. Por ejemplo, cuando no puede controlar el atavismo de la especie y ataca el gallinero, matando a un par de ejemplares que tarasquea un poco pero no come. No tiene hambre pero le resulta imposible resistirse a matar. Tal conducta demuestra que nunca asimilará por completo las reglas de convivencia doméstica y que por tanto no puede permanecer en la familia.
Para la cultura urbana esta parece un conclusión draconiana, pero en el campo que un perro maté a la mitad de las gallinas implica un golpe a la economía cotidiana que incluso pone en peligro la subsistencia.
Por lo general, una vez que el animal probó el placer de la caza, repite esa conducta una y otra vez. La familia no puede permitirse ese lujo. Cuando no existían otros medios el perro simplemente era sacrificado. En estos días basta con regalarlo a algún pariente del pueblo o que no tenga una casa llena de tentaciones. Incluso castrarlo. (en "Colmillo Blanco" de Jack London hay una escena memorable en donde el perro lobo comprende que si mata otra gallina lo pasan a mejor vida ¿qué pasa luego? ahh no se, lean "Colmillo Blanco")
En conclusión: un perro "dañino" en estos términos no tiene otro destino que la expulsión, cuando no el fin de sus días si no hay otro remedio.
El gobierno de la Alianza Cambiemos, encabezado por Mauricio Macri es un gobierno "dañino". Todos sus funcionarios probaron sangre alguna vez y están cebados. Una vez en la función pública prosiguen con sus costumbres depredadoras. Con absoluta impunidad, dado que una porción de la ciudadanía les entregó las llaves del gallinero.
Y no van a modificar su conducta. Porque provienen de un ámbito que los entrena para ser "dañinos". Se premia su capacidad de daño, su apetito depredador. Al frente de los hilos de un gobierno hacen lo que aprendieron a hacer: daño.
Como los perros "dañinos" del campo, un gobierno "dañino" no puede convivir en sociedad. No tenemos la alternativa de regalarlo o enviarlo a algún lugar en donde no tenga oportunidad de hacer daño.
Quedan, si me preguntan, una sola opción.
El punto es que para disponer del "dañino" es necesario adquirir el estatus de dueño del perro.
ResponderEliminarPor caso, hoy en internacionales podemos ver que en Francia se aprueba la ley que da prioridad a los acuerdos por empresa sobre las paritarias. La precarización laboral globalizada avanza sin pausas.
Después de meses de multitudinarias protestas, de divisiones públicas en el oficialismo y de debate parlamentario, la cuestionada reforma laboral impulsada por el presidente francés, François Hollande, fue aprobada ayer de forma definitiva, luego de que la oposición no consiguiera presentar una moción de censura, al punto que las dos veces que el texto pasó por la Cámara baja.
La izquierda crítica no logró conseguir los votos necesarios y la derecha, que se encuentra dividida de cara a sus próximas primarias presidenciales, no quiso abrir la puerta a una posible caída del gobierno de Valls y una eventual crisis política nacional: Gobernabilidad.
¿Entonces que hicieron?
El primer ministro, Manuel Valls, recurrió a un artículo de la Constitución Nacional que otorga una media sanción sin someter la iniciativa a una votación. Es decir que directamente cagaron encima de la voluntad de las mayorías y es claro que en esa acción clausuraron el debate.
La verdad es que tanto la derecha como los socialistas rebeldes y otras fuerzas de izquierda no han mostrado una real voluntad de presentar una moción de censura porque creen que nada va a impedir la aprobación de la controvertida ley.
O sea, para disponer del "dañino" no sólo hay que tener leyes que determinan quién es el dueño del perro o, sentir que se es el dueño del perro, también hay que ser el dueño. Y eso empieza en la mente.
Me crié en un pueblo rural, muy cerca del campo y mis vacaciones obligadas eran en un estancia de Las Heras provincia de Buenos Aires. Comprendo perfectamente de lo que habla y la comparación es perfecta
ResponderEliminarRT:
ResponderEliminarAl menos en los papeles, se supone que somos los dueños del perro. Y como ud. dice basta darse cuenta. Y la forma en que eso comienza a pasar es, como señalo en la metáfora texto, el perro compromete la supervivencia del dueño. Por desgracia (y el ejemplo francés es muy claro al respecto) no hay caminos institucionales para que el dueño pueda desambarazarse del perro.
Adrián:
ResponderEliminarGracias. Es complicado explicar estas cosas cuando uno se acostumbró a los perros de ciudad que no son más perros.
Pero en el campo la cosa es tan maniquea como lo señalado.
Y a nosotros nos está pasando lo mismo.
Una cosita, llamar "dañino" a este (des)gobierno es un exceso, de bondad, de corrección del lenguaje, se abuenó, Dormi, una lástima....
ResponderEliminarLo cierto es que sí es una amenaza para la "subsistencia familiar", y amenaza peligrosa con tendencia a MUY peligrosa.... tenía un tío que tenía criadero de pollos, cuando le tocaba un perro como los que menciona en el post, la solución era un poquitín drástica, una soga, un árbol....
El comentario del "perro dañino" es profundo pero no olvidemos que hay otros animalitos de granja que ayudan a que el perro de mierda nos mate las gallinas.
ResponderEliminarCompañero donchango, me ganó por hora y media, ese es el problema. Y no son "otros animalitos". En un gallinero de cien gallinas, cincuenta y una decidieron abrirle la puerta de alambre al perro más cebado, sabiendo que estaba cebado. Algunas de esas cincuenta y un gallinas se equivocaron, otras no. Esas otras le abrieron al perro para que -de una vez por todas- las demás gallinas, las de abajo, no se subieran a sus palos del gallinero, demasiado cerca se ponían.
ResponderEliminarNo voy a decir que la culpa no es del chancho (o del perro), pero el chancho ya sabés cómo es y qué defiende... cuesta creer lo que defienden las gallinas.
En general:
ResponderEliminarNadie le pide opinión a las gallinas.
Incluso si abrieron el gallinero.
¡Qué tiempos aquellos! Los perros se querían pero nadie los trataba como humanos. Cuando estaban a punto de espichar, si sufrían mucho se les apuraba el camino al paraíso sin tanta alharaca.
ResponderEliminar¿Y comprarle comida balanceada en un supermercado? Ni soñarlo. Nosotros ni comprábamos gaseosas, tomábamos cuando salíamos a comer afuera.