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Tenemos un gobierno que ha decidido abandonar a los orejones del tarro, a nosotros. Nos está quitando hasta el derecho de estar vivos, de comer, de abrigarnos, de respirar, de reir, de gritar, de llorar y decir estas patas son mías carajo, no las pises.
Tenemos unos legisladores que votamos para que nos defendieran de ese abandono (porque sabíamos que nos abandonarían) y también nos abandonaron.
Tenemos una justicia que no solo nos ha abandonado, sino que además nos condena por ser lo que somos.
Tenemos unos medios de comunicación que han decidido que somos invisibles, escoria, desecho.
Tenemos un prójimo que nos desea muertos, apaleados, castigados, denigrados, humillados.
Nos dejaron solos, con nuestra pena a cuestas, con la bronca que crece todos los días, con la impotencia del que se quedó sin voz, sin rostro. Sin consuelo.
Tal cual, solo vive el espanto. Pero la lucha, jamás se abandona.
ResponderEliminarEl pueblo se la aguantará como siempre, aguantar es lo que mejor sabemos hacer los orejones del tarro. Expertos somos en aguantar, los que no nos calienta el Iphone6 ni la chomba color crema. Los que todavía agradecemos en la mesa a Dios por un nuevo día, de eso no saben los que dan por descontado sus lujos de clase alta. Y los que se creyeron high class y ya no pueden pagar el gas, veremos a quien le van a rezar ahora. Yo creo en Dios, pero "Dios" no me va poner pan en la mesa ni le va a dar un país justo a mis hijos, y eso ya no lo puedo esperar de los que fueron votados para hacerlo realidad.
ResponderEliminarMientras haya democracia hay esperanza de una 3ra década peronista, y si quieren terminar con la democracia, bueno, no será la primera vez que lo intenten, ni la última.
Bo sé, Dormi, no siento éso del "desamparo", tal vez lo esté - desamparado - pero la sensación predominante es el ASCO, más profunco, más visceral y, claro, con toda la sucesión de yapas que nos significa esta peste amarilla.
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