jueves, 30 de julio de 2015

UNA DE TERROR

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Ponele que te voy a contar un cuento. Ponele.
Situación: calle del suburbano bonaerense, barrio tranquilo. Vecina con cámara encendida y grabando las veinticuatro horas. Alerta. Tené en cuenta eso último.
Día de mitad de semana, poco más de la media tarde. Un vehículo con tres personajes busca una casa para entrar y chorear lo que estuviera a mano, y la encuentra. Uno de los tres baja del auto, es una mujer. Toca el timbre para comprobar si efectivamente la casa está sola, arroja algunas piedras a las ventanas de afuera para completar el chequeo. Cuando está segura de que no hay nadie avisa a sus cómplices que con agilidad saltan una pared, rompen la puerta de atrás e ingresan at home.
¿Recuerdan la vecina? Debido al monitor de la cámara en su casa se ha dado cuenta del robo y llama a todo dedo al 911. Han pasado cinco minutos, como mucho. Los ladrones siguen dentro de la casa y la cómplice los espera afuera en un automóvil. Pasa una patrulla, no se detiene. Resulta ser, se enterarán los afectados luego, que no era el móvil asignado para el asunto. Han pasado diez minutos. Aparece otra patrulla, esta sí la que viene justicia en mano a imponer la misma, etc. No acierta la dirección y pasa de largo. 
Todo lo anterior se puede elucubrar dado que la cámara, la que nombramos al principio, sigue filmando.
Alertados por el sonido de la primera patrulla los cacos saltan de nuevo la pared y escapan. La segunda patrulla al fin encuentra la casa. Se dan cuenta de que hay una persona esperando a los ladrones (que se fueron caminando tranquilamente en la dirección opuesta a la última patrulla) y la detienen con el escueto botín que habían conseguido sus cómplices: una mochila, entre mediana y pequeña, con objetos tomados a toda velocidad.
La policía ingresa a la casa.
Llegan los dueños de casa. No han pasado veinte minutos.
Encuentran a la policía dentro.
Falta el contenido de un estante completo, que se encuentra dentro de la mochila que los ladrones dejaron con la campana en el auto, y además, ropa. 
Mirando la filmación más tarde, comprobarán que los ladrones le dieron la mochila a la mujer, pero que no se podía apreciar que llevaran en la mano o en una bolsa o en algo ropa afanada del interior de la casa.
Lo robado, dentro de la mochila, es secuestrado como evidencia. Luego lo devolverán a los dueños, que comprobarán que faltan la mitad de las cosas. Tampoco se puede ver en la filmación que los ladrones abrieran la mochila para llevarse algo en particular. De hecho, en el apuro por escapar practicamente arrojaron la mochila dentro del auto. Acto seguido la policía detuvo a la cómplice. No hubo tiempo para separar algo y llevárselo.
Los afectados presentan la denuncia por el robo. Como corresponde, supone uno.
Pero luego la justicia, en la persona del fiscal actuante, le sugiere a los denunciantes que acepten un resarcimiento por parte de la mujer cómplice-campana en concepto de daño moral y que cambien la naturaleza de la denuncia de penal a civil.
Un cuento de terror.
Que, curiosamente, tiene moraleja. Uno no sabe si está protegido por la policía o a merced de la policía. Y la justicia bien gracias.
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Fuente de la imagen

4 comentarios:

  1. El cuento es de terror y muy creíble. Es más, supongo que debe suceder casi todos los días. ¿Salió publicado en algún lado? ¿En qué partido sucedió esto? ¿fiscal de que lugar?

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  2. No salió publicado en ningún lado.
    Partido de Almirante Brown, el lugar del cuento

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  3. Podría también imaginarse uno la segunda parte... la cana está entongada con la justicia, entonces la única denuncia que se puede hacer es la denuncia pública. Peeero, como también está entongada con los chorros (vamos, equivocarse con una dirección la policía? son motoqueros de delivery?) tampoco conviene hacer mucho ruido, no sea cosa que sucedan cosas como: ¡oh! ¡me robaron 3 veces en un mismo día! En fin, a veces me quedo pensando si los fachos no tienen algo de razón cuando proponen armarse. No sé si será posible algún día el control civil sobre la policía.

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  4. Nelson:
    Creo que la renovación y la purga necesaria en la policía todavía está en veremos.
    Y hace mucha falta, porque evidencias hay muchas.
    Yo no creo que hagan falta más policías sino una mejor policía. Y eso todavía es una deuda.
    Y esta policía tal como está es funcional a la derecha. No lo dude.

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Bueno, os dejo en libertad. Disculpen las molestias ocasionadas.