Nunca he visto -y mirá que revisé miles en gran parte de mi existencia- una encuesta tan impalpable. Me gustaría saber cuál es el instrumento de medición que permite "medir" creencias. Y, más que nada y metodológicamente hablando, cuál es el instrumento que permite dar por cierta una situación acerca de la cual el sujeto solo posee percepciones, a lo sumo preconceptos.
Preconceptos de los que no se puede afirmar otra cosa que lo dicho: son preconceptos.
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¿Quién se atreve a mostrar los resultados de una encuesta en donde un fenómeno objetivo como el poder adquisitivo (en todo caso medible en términos cuantitativos) se transforma en objeto de fe?
Pongamos un ejemplo para ilustrar el asunto: ¿al lector le parecería correcto realizar una encuesta en donde preguntara si el encuestado "cree" que la capital de Finlandia es Helsinki? Suena ridícula. Y lo es, porque Helsinki es la capital de Finlandia, es un dato objetivo (políticamente hablando).
Por tanto, el poder adquisitivo es un dato objetivo (menor o mayor). El preguntado no necesita "creer" que su poder adquisitivo es menor o mayor. Lo sabe porque es su poder adquisitivo. Y ese dato se verifica en su existencia cotidiana en un sistema económico concreto. Ahí el dinero le alcanza menos o más. No necesita "creerlo". Y los encuestadores cometen al menos un error al preguntarle sobre artículos de fe en torno a un dato que impacta en la vida de relación inmediata. A lo sumo una consulta acerca de si el dinero le alcanza menos o más. Pero consultarlo acerca de si "cree". Vamos.
Pero hay más cosas más bizarras: derivar un índice inflacionario de la percepción subjetiva es todo un asunto que dejaría culo pa´rriba a más de un investigador. Porque, ohhh fortuna, se cruzan en semejante mamotreto datos duros con preconceptos y apreciaciones. Pseudo-conocimiento solemos llamarle nosotros. Que no es desdeñable, pero deber ser abordado con un rigor metodológico, y más que nada, epistemológico, que no se aprecia en los resultados de la encuesta que se presenta como verdad revelada.
Antes que nada, la llamada "vigilancia epistemológica" que requiere tener plena conciencia del contexto de descubrimiento y el de justificación del que hablara Reichenbach, digamos, para resumir sin demasiada profundidad, la historicidad de la ciencia y de los científicos, comprendiendo que la objetividad es pretensión de objetividad.
Cualquiera que le haya entrado un alguito nomás a la tarea de investigar conoce las dificultades que presenta la "medición" de percepciones y "creencias". Tan complicadas son en términos de los estudios sociales que, desde el ángulo instrumental, se abordan desde la comprensión. Y casi nunca se fundan en encuestas de tinte cuantitativo dado que la percepción o la creencia de uno o varios sujetos es un fenómeno complejo y contradictorio que necesita una entrevista exhaustiva en donde el discurso puede alumbrar al menos en parte los procesos que son evidencia de las mismas. De hecho, pretender una "medición" de una creencia es un craso error, enorme error en tanto que una creencia requiere un enfoque comprensivo para que tenga alguna relevancia. Preguntar a diez personas si "creen" en dios, me dirá que por ejemplo, siete creen y los tres restantes no o más o menos. Pero sobre la "creencia", sobre la fe me dirá bien poco. Puedo concluir parcialmente que hay una mayoría que "cree" en dios, pero no mucho más en tanto esa fe requiere una elucidación que no proviene de una mirada cuantitativa.
Ahí está la trampa de esta encuesta.
Porque deriva cualidades y conceptos de percepciones. Propone un "ergo" en donde la premisa es endeble e incompleta.
De una percepción relevada cuantitativamente solo se puede obtener una cuantificación de percepciones que se puede expresar con un "siete de cada diez creen que dios existe". Hasta ahí todo más o menos, pero derivar que "Por tanto, dios existe" es una licencia del investigador que necesita afirmar una petición de principio mediante una encuesta.
Así estamos país, indagando percepciones para crear sentido común. Que, ya lo sabemos, es el enemigo mortal de la ciencia.
La idea es crear una opinión pública que lleve a la profecía autocumplida, vale decir, "si mucha gente cree que su poder adquisitivo es menor" ergo instalan que "el poder adquisitivo es menor" y ya, total ellos no pretenden describir la realidad, a ellos no les interesa decir verdades o mentiras, su interés pasa exclusivamente porque la gente crea lo que dicen y punto.
ResponderEliminarAdrian:
ResponderEliminarEsapto.
Y fundan las supuestas investigaciones en prejuicios a los que disfrazan de datos objetivos.
Una maquinita de supuestos...
Éste sí que es un tema... estoy seguro que si pregunto en sectores bastante amplios de medio p'arriba, es decir, tipos que el 32 pulgadas se lo dejaron a la doméstica, o que llegaron al "ceroK" de trescientos mil o más pesos, me van a contestar que ya no se puede vivir por la inflacion, que cada vez ganan menos, etcétera. ¿se acuerdan de los precios del inútil lustó, la lavandina para él a $ 25, no les creía a los que la pagaron $ 10 en el chino de la vuelta, y el precio cuidado es de seis y monedas? No es una postura, LO CREEN DE VERDAD.
ResponderEliminarSi amplío el panorama a todos los sectores medios, el mismo tipo por fin llegó al "uno" o al "gol", y que hace unos años comía salteado, responderá lo mismo, en acuerdo con esa "encuesta" o con algún otro bodrio más falso aún. Esos mismos tipos se quejarán amargamente de la inflación, cuando el año pasado pagaban 18 o 20 pesos el kg de pollo y hoy, todos los viernes, lo pagan menos de 13. Así y todo... la inflación no los deja vivir.
Y para peor... capaz que en sus respuestas te mezclan alguna frase textual de los zócalos de TN, de la tapa de Clarín, o de alguno de los subnormales de canal 13.
Estas cosas no son de hoy... Bolívar, al leer una carta de G. R. de Francia, exclamó:
"¡La p... ! ¡Haga usted patria con esta gente!"
Alejandro:
ResponderEliminarPor ese lado van, apuntando a los prejuicios del uomo cualunque.