Acá lo tenés a Guillermo Kohan jugando a condenar el golpe de estado de 1976 (hace como que, porque ni bien uno rasca la pintura ve que no está convencido de lo que dice) y a su vez, equiparando la dictadura militar nacida al calor de tipos que pensaban o piensan como Kohan con el rol del estado en la economía bajo otros parámetros que no sean los neoliberales.
Es un asco desde que arranca hasta que termina. Pero hay que reconocele a Kohan el esfuerzo de torcer la realidad para acomodarle sus argumentos: eso mismo de lo que los tipos como Kohan nos acusan todos los días "el relato".
Merecen especial mención los sofismas todísticos de Kohan sobre la historia argentina. No hay una sola prueba, todo se sustenta en un gran "porque lo digo yo". O sea, la imposición de dogmas neoliberales a la que nos tienen acostumbrados los friedmaníacos de todos los tiempos.
Peor me quiero parar a los efectos de aplaudir esta acrobacia retórica: "Pero aún en medio de este debate, y fuera de las posiciones extremas por
derecha y por izquierda sobre la violencia de los 70 en la Argentina,
parece existir hoy, a 40 años del regreso de la Democracia, un consenso
mayoritario en el país que rechaza la idea de los Golpes de Estado,
mucho menos aceptaría convivir con el terrorismo de Estado o la
violencia política ejercida desde el Estado contra individuos
particulares. La reacción masiva de la sociedad que se movilizó tras la
muerte del fiscal Alberto Nisman tiene algo que ver con ese sentido de
preservación."
Grande Kohan. Haceme de tu pandilla.
...
...
Cualquier coincidencia con aquel discurso de Joe Martínez de Coz acerca de que "Se abre, señores, un nuevo capítulo en la historia económica
argentina. Hemos dado vuelta una hoja del intervencionismo estatizante y
agobiante de la actividad económica para dar paso a la liberación de
las fuerzas productivas. [...]La inflación en la República Argentina es provocada esencialmente por los gastos improductivos del Estado [...] Debe pues [...] encararse la realización conjunta y gradual en los plazos fijados de un trípode de medidas: reducción del gasto fiscal, aumento de los ingresos o recursos presupuestarios, incremento sustancial de la inversión productiva del país. [...] La reducción del gasto fiscal debe realizarse a través del redimensionamiento de la actividad estatal atacando simultáneamente cuatro áreas: a) la racionalización de la administración central, b) la eliminación del déficit de las empresas estatales, c) la reducción gradual y eliminación del aporte federal para cubrir los déficits en los presupuestos provinciales, d) el encuadramiento de las obras públicas en los límites máximos posibles permitidos por una financiación genuina y no inflacionaria.[...]
Hay una Argentina que muere, la del Estado elefantiásico que subsidia empresas ineficientes y cobija tanto a empresarios indolentes como a sindicalistas inescrupulosos [...]" es pura coincidencia.
¿Ves Kohan para qué sirven la memoria?
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Bueno, os dejo en libertad. Disculpen las molestias ocasionadas.