viernes, 23 de agosto de 2013

FORROS DEL BICENTENARIO

Según todos estos "profesionales", estamos a punto de fenecer. Eso dicen al menos Marcos Aguinis, René Balestra, Eduardo Caridi, Andrés Cisneros, Dante Cracogna, José Claudio Escribano, Rosendo Fraga, Mariano Grondona, Alieto Guadagni, Mario Mariscotti, Daniel Montamat, Avelino Porto, Abel Posse y Daniel Sabsay.
Vale la pena leer el texto completo:
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"América del Sur padece un profundo enfrentamiento ideológico entre un bloque populista y otro republicano. La Argentina navega en la indefinición: mientras que el Gobierno tiende inocultablemente a un esquema bolivariano, la mayoría de la sociedad defiende nuestra tradicional pertenencia republicana. Como Brasil, Uruguay, Chile, Perú y Colombia.

De allí la importancia de las dos elecciones, de aquí a 2015, porque no solo vamos a elegir nuevos gobernantes: vamos a elegir bajo qué sistema queremos vivir.
La marcada acentuación del hegemonismo en la última década ha perjudicado no solo a la democracia, sino también a una idea de inserción en el mundo que sea perdurable.
Esto se vincula directamente con la política exterior. El mundo observa el comportamiento de los países que no son previsibles más allá de un período presidencial y descarta asociarse con ellos.
Sin embargo, la actual situación mundial es equiparable a la del mejor momento internacional de la Argentina en toda su historia, el que se conoce como la Generación del 80. Aquellos compatriotas consiguieron un lugar en el mundo por haber organizado la vida institucional del país y por haber respetado la división de poderes, con una Justicia independiente y con un orden político que mantuvo el sistema republicano durante nada menos que setenta años.
Pero los gobernantes hegemónicos provocan la desconfianza internacional, porque promueven el espíritu de facción, aumentando el autoritarismo hacia adentro y, hacia afuera, la marginación del país en el contexto global. Una cosa va con la otra. La recuperación del sistema republicano y el combate contra el hegemonismo se encuentran, por eso, íntimamente ligados con la política exterior.
En ese marco, la irrupción del papa Francisco emerge como un mensaje ecuménico de paz y solidaridad, de amor, y no de odio. “La política es unidad y búsqueda de acuerdo en lo esencial. Sin ella, la identidad nacional está en riesgo de desintegración”, ha dicho. Esto golpea en su línea de flotación a gobiernos cuya herramienta principal es la constante promoción del enfrentamiento como mecanismo para acumular poder.
El modelo centralista hacia adentro y aislacionista hacia afuera ya ha cumplido su ciclo. El que lo reemplace, con una visión verdaderamente republicana hacia adentro e internacionalista hacia afuera, está esperando a los Alberdi que puedan diseñarlo. Todo consistirá en bajarse de una interpretación anacrónica e insolvente sobre el estado del país y su destino y subir de una vez por todas a la Historia."
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Lo que padece América del Sur son estos pseudo-intelectuales de pacotilla que atrasan por lo menos tres décadas. La deuda intelectual que tienen quienes dicen abordar estas cuestiones es enorme. El pensamiento autónomo que debieran estar pergeñando brilla por su ausencia y solo se limitan a repetir fórmulas perimidas, agendas mediáticas y lugares comunes del liberalismo, dirfrazando la operación con palabras rimbombantes en donde sobran adjetivos y faltan más que nada ideas.
Nunca se harán cargo, eso sí. Ellos piensan que son el alfa y el omega. Y apenas llegan a conformar un grupo de ancianos que extrañan sus privilegios.

2 comentarios:

  1. Entre los firmantes veo (sin ninguna sorpresa) a dos de los grúes filosóficos del Cooperativismo Agrario Argentino. René Balestra y Dante Cracogna. Si algo deo reconocerles es su prolongada coherencia ideológica...

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Bueno, os dejo en libertad. Disculpen las molestias ocasionadas.