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Basta recorrer los comentarios (y los artículos, aunque ahí disimulan un poco) de los medios serios y amordazados del país para verificar, como en un experimento científico, que ahí nomás, apenas rascas la capa retórica sobre la defensa de la república y las instituciones del 8N, está el odio. Ni te cuento los blogs en donde una marea humana tan intensa como la que marchó el 8N salió a la cancha con un grito de guerra que hace pensar, a los que no compartimos el planteo de la protesta, que nos aguarda un destino de horca y guillotina por ser "lacayos" del gobierno, situación ésta que significa no pensar como los caceroleros.
Vi con mucho agrado carteles en la marcha que decían "Pensar distinto está bien". Pero claro que si. pensar distinto es la esencia de una democracia. Sin esa diversidad no es posible optar por un proyecto político o por otro, por una idea o por otra, por ésto o por aquello. Lo llamativo es que ese "Pensar Distinto" se considera en el bando de la virtud si uno comparte la consigna de los caceroleros. Si no lo hace, no está bien, por lo tanto, el cartel miente: debería decir "Pensar como yo está bien".
¿Por qué digo lo anterior? Un poco por el tema del respeto que intenté analizar hace algunos días en este post. Otro poco porque en algunos comentarios que han dejado también en este humilde pasquín de obviedades han manifestado claramente que el ánimo es de revancha. Se me ha señalado en repetidas oportunidades que me, nos mueve el resentimiento. Eso lo podemos discutir. Pero lo que es obvio, evidente en sí mismo es que a muchos de los que protestaban el 8N también los animaba un sentimiento semejante. No son blancas palomitas republicanas que, con la mayor inocencia, salen a reclamar por su alpiste. De ningunísima manera.
Sobre las frases que prometen venganza lanzadas por los simpatizantes del 8N no hace falta extenderme. Cualquiera puede comprobar el tenor de las mismas. Un detalle: yo me asusto mucho cuando alguien repite tantas veces la palabra libertad y justicia. No sé porqué.
"Si el nombre es arquetipo de la cosa..." indicaba Borges en el poema aquel. El símbolo más acabado de esta marcha, del 8N no son las miles de personas que marcharon, los globos, las banderas argentinas, los cantitos o cosas por el estilo. El arquetipo de la cosa fue la destrucción de la placa en homenaje a Rodolfo Walsh y la vandalización del mural que recuerda al escritor y periodista desaparecido. Ese nombre, ese hecho, resume, de una vez, la naturaleza de la protesta. Podrían haber agregado una frase como "fuera zurdos", pero no querían ahuyentar a los confundidos que estaban ahí, marchando más o menos al lado de sus opresores.
Se me dirá que lo mio es reduccionismo burdo, análisis epidérmico, etc. No lo es. Pero no porque lo digo yo, lo dijeron las personas que fueron entrevistadas durante la marcha. En todas ellas primó un dispositivo de ocultamiento discursivo: recubrían sus intenciones, comenzaban hablando de instituciones, república, independencia de los poderes, libertad y luego, de a poco, comenzaban a revelar eso que traían adentro como un entripado y que sus buenos modales no dejaba salir frente a las cámaras.
La reacción del salame que le pegó al periodista fue mucho más sincera que todas las declaraciones anteriores en donde los entrevistados pretendían defender un supuesto orden institucional pero lo que querían era algo muy distinto, inconfesable, aún en un ámbito amigable para sus ideas.
Hablando de Walsh, recordé una frase del escritor mientras miraba en los distintos canales el desarrollo del 8N y pensaba en la placa destruida con saña y, bueno es repetirlo, odio: "La oligarquía, dominante frente a los argentinos y dominada frente al
extranjero. Que esa clase esté temperamentalmente inclinada al
asesinato, es una connotación importante que deberá tenerse en cuenta
cada vez que se encare la lucha contra ella. No para duplicar sus
hazañas, sino para no dejarse conmover por las sagradas ideas, los
sagrados principios y, en general, las bellas almas de los verdugos”
Calculo que viene como anillo al metatarso.
Nota:
Préstese atención a la retótica de los participantes del cacerolazo. Como dice Walsh, no se dejen engañar.
Que frase la de Walsh.
ResponderEliminarLo mas honesto en las declaraciones de los 8N fue esa señora respondiendo a la pregunta: -"Que espera del gobierno?";
-"Que se vayan".
Peleles.
ResponderEliminarAñoran el Orden desorganizado para poder pasear su moral de tiburones sin culpas,y esa impotencia los violenta.
Les encanta el gallinero,ser cagados no importa,lo importante es poder cagar a otro y que se tome el acto con total naturaleza,y cuando se les impide usar el upite contra el prójimo el ganglio neuronal se les convulsiona.
se la tendrán que bancar porque siguen siendo una minoría sin representación política
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