Leyendo éste post de Mundo Perverso me enteré de la existencia de esta nota de Orlando Barone. El post es muy lúcido y pone el acento en un tema candente: la forma y el contenido. Acá, como se desprende de lo que publicamos y miramos, pensamos que la forma también es contenido. Que no alcanza con proclamarse como un "progresista" o "de izquierda" (contenido) sino que además la praxis cotidiana tiene que ser coherente con lo que se proclama (forma). Porque la forma no es un vacío categorial, es la objetivación de las opciones asumidas por el sujeto. Por tanto (y como le ocurre a más de un partido de izquierda) se pueden invocar las doctrinas más revolucionarias y dialécticas, pero el anquilosamiento, la osificación de las ideas que se convierten en dogmas de fe, transforman la práctica en reaccionaria. También en este espacio hemos señalado esa contradicción en partidos que se apegan a pie juntillas a un ideario que no se mueve, que ha dejado de ser dialáctico y por tanto, ya no es un método ni una construcción cotidiana sino la búsqueda desesperada de un santo grial (en este sentido, las ideas políticas actúan como la religión entendida en tanto axioma en función del cuál debemos aplicar una hermenéutica determinada que nos brindará por resultado el sentido último de la historia, un sentido que es un a priori y a su vez, insuperable e implacable).
De eso se ocupa con mucha solvencia Mundo Perverso. Por lo tanto abordaremos otro aspecto, en realidad otras consecuencias, derivadas del artículo de Barone.
La primera luz de alarma se enciende cuando Barone trae al ruedo la categoría de "irrecuperables". Un irrecuperable es, por definición, un sujeto que no merece esfuerzo alguno. Aquí también usa el concepto de "irrazonable". Que es más o menos lo mismo que el irrecuperable pero peor, porque está cegado por el odio y la violencia. Con ambos, con el irrecuperable y con el irrazonable no vale la pena el esfuerzo Hace falta el enfrentamiento. Como verán, maniqueismo puro y duro que se solaza de la propia virtud (real o supuesta). Esta división del mundo en buenos y malos destruye el diálogo, envilece cualquier intento de comunicación, declara como una petición de principio que el otro es un enemigo. Con el que no vale otra estrategia que la pelea. ¿Tengo que describir la cantidad de peligros que derivan de esta ceguera dogmática? Solo añadir que en la jerga de la dictadura del ´76 un irrecuperable era un próximo desaparecido.
El enemigo es el enemigo, dice Barone. A veces si y a veces no. A veces el enemigo está revestido de los mismos colores que uno viste y entonces o lo vemos o no. O, más cerca de la complejidad de la sociedad y las relaciones humanas, el otro piensa distinto, más cerca de mis propias apreciaciones, más lejos, a veces coincidiendo y a veces no. Y esto, en política, no significa pragmatismo. No no. Se pueden tener profundas convicciones, defenderlas y, a la misma vez, estar dispuesto a comprender que pese a miradas inconmensurables existen territorios de acuerdo, deben existir, porque la lógica binaria deposita en escenarios en donde las víctimas comienzan a ser moneda corriente. Territorios de acuerdo que son además una construcción colectiva de no iguales. En esto consiste a su vez la diversidad.
Barone pone en juego bondad o maldad como categorias políticas. No son tales, son parte de la ética y la moral que a veces coinciden con las prácticas políticas y a veces no.
Pero también ingresa el concepto de "duro". Los famosos "halcones", los paladares negros. Los que no se confunden, los que la tienen clara, los que saben más que esa gilada que se atreve a criticar algunas cosas. Barone habla de arrogancia. No creo que haya algo más parecido a la arrogancia que proponerse infalible.
Por último, y para no cansarlos, Barone funda aquí la doctrina de la infalibilidad política. Derivada de su observación acerca del demasiado entusiasmo por la crítica, la llamada "bondad" que está enfrentada a la "maldad" o sea, la crítica despiadada del "enemigo" que tiene el mismo fundamentalismo que el texto de Barone, el periodista plantea que no hace falta analizar sino obedecer. Hacer lo que los conductores sabios indican, seguir el camino que marcan sin volver la vista a un lado o al otro, presuponer que hay un propósito mayor detrás de sus acciones y someterse a sus designios sin chistar. De lo contrario nos volveríamos demasiado bondadosos y en un plazo no muy lejano, enemigos de la causa.
Aunque machaquemos en lo mismo una y otra vez, la autocrítica es imprescindible. Sin autocrítica terminaremos pensando que Barone tiene razón y que el único papel del sujeto político en este proceso es convertirse en objeto político.
Y en eso Barone, no ha lugar.
Dormi, no es como lo cuenta.
ResponderEliminarPrimero, la idea es de "espejos" y se compara - y si es espejos, es igual - con dichos de carrió. Y ahí la cosa se pone seria, la boludez implícita es muy grande.
Citar a Barone por lo que escribe (y no relacionarlo con lo que, en ese sentido, dice en 678; es una pifiada porque toma literal lo que es una ironía.
Dice Barone, el kirchnerista "malo" no le da bola al opositor, no discute, no le da charla, lo combate a cara de perro - el K, "bueno" es un dulce, no se pelea, no se enoja, se aguanta los sopapos con una sonrisa y,....y?, nada, igual es "irrecuperable", malo, cooptado, comprado, un delincuente en la guerra mediática absoluta contra el gobierno K. ¿Qué pasa si hay un opositor "bueno"?, lo mismo, ese opositor pasa a ser una porquería, "intercambiable" con el "bueno K", en tanto basuras ambos.
Se puede compartir o no esa idea, pero no sirve, o no debiera servir, para "espejarla" con la maldad delirante de carrió.
Encima se va más allá y se pretende generar una "autocrítica" y, ay, ahí "Barone es un pelotudo, 678 no sirve, la guerra con clarín me tiene harto". ¿A cambio de qué?, de que soy un puro bárbaro, me podrán tirar un Scania encima que lo mismo seré un "ganador moral". Y no, Dormi, es política, no alta peluquería; una pelea callejera, nunca un grupo de comadres tomando el té.
Se puede - y es imprescindible - tener miradas críticas sobre lo importante y de trazo grueso, lo básico; entrar en esa clase de "espejos" es una boludez, frente a una contra que se mueve en bloque, que pega y reacciona en bloque y a quienes no les importa ni la forma ni el contenido, sólo les importa la guita y hacer moco al gobierno nacional (y con él, hacernos moco a nosotros, no por ser K, sino por bajarnos el costo de explotación).
Es tan elemental que, la verdad, no deja de maravillarme tanto entusiasmo en tanta "polèmica", al pedo.
Ram:
ResponderEliminarYo repito lo que ya he dicho más de una vez: no me gustan los fanáticos. Con los fanáticos no se puede hablar, discutir, polemizar porque el fanático cree. Como en dios. Cree.
Y el que cree no cuestiona y el que no cuestiona no construye.
Es cierto que nos destuirían, pero para defenderme no me voy a convertir en Lanata. Claro que no.
Dormi, no se fanatice, sí?.
ResponderEliminarAcá lo que hay (y se nota mucho) es el escaso aprecio a una persona - Barone - que alguna vez se autodefinió como "talibán" y, por supuesto, hay almas sensibles heridas qe se largan como moscas al dulce.
¿Cuál es el terrible pecado del tipo?, uno muy simple, decir claramente que el no está dispuesto a ir a los medios opositores a que lo hagan moco, no quiere ser K "bueno". Cada uno sabe con quién está dispuesto a discutir y cómo, eso no hace a nadie "fanático".
Con un criterio así, tan rápido a lahora de las etiquetas, como no estoy de acuerdo con usted, nos puteamos, nos denunciamos como "fanáticos" y a otra cosa, no?. NO. No sirve toda esa historia de la "autocríticas" y menos por dichos o textos. ¿No pasan cosas más importantes?, hay ahora una situación de 0 riesgos que se puede bancar un juego permanente de "autocrìticas" por cualquier cosa, porque alguien dijo algo, escribió algo o no me gusta la cara que pone?.
Disculpe, pero lamento encontrarlo en este cabotaje menor e inconducente.
Ram:
ResponderEliminarSi me pregunta, que Barone o cualquiera indique que hay "irrecuperables" me asusta. Porque lo que sigue no es bueno.
Insisto, no me gustan los fanáticos, porque están dispuestos a defender cualquier cosa que les indique su dogma.
Prefiero defensores lúcidos, armados con argumentos e ideas.
No me parece un asunto menor intentar fundar un talibanismo de estado que escupa a los tibios. ¿Cuál fue el general ése que dijo primero los subversivos, luego su familia, luego los tibios...?
Lo de Barone, salvando las distancias, se parece mucho.
Y no descalifico a Barone porque es Barone, combato sus argumentos ad hominem con argumentos que intentan refutar la descalificación a priori que no sólo incluye "enemigos" sino a todo aquel que no comparta el fundamentalismo de Barone.
No es menor el tema, no es menor, pensando en que semejante recurso a la ortodoxia produjo cosas como la Triple A.
Discúlpeme la insistencia, eso si.
Insistencia, se paga con insistencia.
ResponderEliminarLa palabrita "irrecuperable", Barone la usó hasta el aburrimiento en este sentido: NO HAY kirchnerista "bueno", en tanto sos kirchnerista sos "malo", "irrecuperable" - desde la mirada de los otros; no la de Barone.
Que el tipo diga boludeces, las dice, pero ésta no lo es, se puede estrar de acuerdo o no pero es muy verosímil y verificable sin vueltas, en el discurso opositor.
Hay una mala interpretación, encima lo "espejan" con la chiflada multipropósito, o sea, falsedad 1 más falsedad 2, pregunto, ¿vale la pena?, ¿cuál es la razón de ocuparse de algo menor si, por ejemplo, un jefe de la cana "socialista" resulta narco, el gobernador se entera por los diarios (no, por página, que los otros tampoco sabían nada)?. Ahí tiene un tema grave, medios y gobierno provincial haciéndose los boludos y un discurso encubridor entre ridículo y pelotudo y... ¿por acá nos ocupamos de Barone?, y de una boludez, se da manija y termina en la tripleA. Dormi, es mucho; además el clon de las 3 vocales anda en otro lados y con otras caruchas, no?.
Ram:
ResponderEliminarInsisto con que no es un tema menor. Pero bueno, ya expuse los argumentos.
Sobre el jefe de la cana de una provincia socialista diré que si removemos el cieno verá aparecer a la policía de más de una provincia mezclada en el tema del narcotráfico.
Sin ir más lejos, acá nomás a Scioli habría que preguntarle a cara descubierta porqué ampara a los funcionarios policiales que ampara y de mauri ni le cuento.
Creo que el asunto es que ya no veo blancos y negros, veo grises, incluso donde debería haber blancos y negros.
Ram:
ResponderEliminarY sí, nos ocupamos de Barone como tantas veces nos ocupamos de la corrupción policial y recién ahora hay "sorprendidos".
Hay mucha agenda que hemos fundado y que recién ahora aterriza en la consideración pública.