"Ý descubrí que no es la muerte lo que más temen esos guardianes de la dignidad humana contemporánea, sino la indiferencia, esa muerte más fría y perversa y peligrosa que se instala en nuestra alma cuando vemos algo insensato y terrible y cruel y preferimos olvidar los desmanes que hemos presenciado, en vez de levantar la voz en protesta." (Ariel Dorfman. "Otros Septiembres")
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Incómoda y precisa descripción de un mal que nos aqueja. Añado a las lúcidas palabras de Dorfman las pobres especulaciones de mi pluma: la indignación es un tipo de indiferencia que se camufla detrás de una improbable solicitud de justicia. La indignación es una apuesta por el status quo porque no busca cambios sino silenciar la conciencia. La indignación es superficial, apenas fluye se evapora sin dejar ninguna huella.
Entonces, romper la indiferencia no es indignarse. Indignarse, por el contrario, refuerza la indiferencia.
Lo saben tantos asesinos que contaron con la anuencia tácita de una indignación culpable.
"la indignación es un tipo de indiferencia que se camufla detrás de una improbable solicitud de justicia"
ResponderEliminarMe gustan más sus palabras, Dormidano, que las de Ariel Dorfman
Jorge:
ResponderEliminarEspero repetir este acierto en otros temas que el blog aborde.
No siempre se puede, es bueno confesarlo.
Muchas gracias.